'Black Myth: Wukong', ¿el videojuego que convertirá a China en una potencia cultural?

BarcelonaEste agosto he realizado mi viaje anual a China y la imagen que más he visto es la de un mono guerrero digital luchando contra divinidades taoístas entre espectaculares templos budistas. El videojuego más popular del momento, Black Myth: Wukong, me aparecía por todas partes: en las pantallas de los móviles en el metro, en la publicidad de marcas de café o en las redes sociales chinas. El rey mono Sun Wukong es una figura literaria en China comparable con Don Quijote, Dante o Gulliver. Personaje principal de la novela del siglo XVI Viaje al Oeste, niños y adultos chinos le reconocen al instante. Cada pocos años aparece una película o serie con el protagonista. El videojuego Black Myth: Wukong tenía todos los puntos por triunfar en China. Pero el asombro es que su éxito está siendo global. En tres días, el juego vendió 10 millones de copias y juegan con ella gamers de todo el mundo. ¿Puede ser Black Myth: Wukong ¿el inicio de una ola internacional de cultura china?

China, ahora mismo, es una potencia cultural desproporcionadamente pequeña en comparación con su poder económico y geopolítico. Japón o Corea del Sur, por ejemplo, han logrado que sus productos –cómics, series, música– tengan muchos más seguidores en todo el mundo. Mediante éste poder blando, los países consiguen una mejor imagen en el exterior, lo que puede traducirse en influencia diplomática, económica e ideológica. Hollywood fue el caso paradigmático.

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Para conseguir este poder blandoSin embargo, hay que tener productos artísticos famosos internacionalmente y que la cultura del país sea vista como cool. China, más allá de la ciencia ficción deEl problema de los tres cuerpos de Liu Cixin o algunas películas de artes marciales, ha tenido poco éxito mundial. Tampoco ha logrado que su cultura tradicional sea percibida como atractiva: la propia figura de Sun Wukong, por ejemplo, sólo había triunfado en el mundo a través de Son Goku, su "adaptación" japonesa.

Un gran mercado afectado por la censura

Este poco éxito cultural global es, en buena medida, culpa de las condiciones internas de China. En primer lugar, el país es un mercado gigante: hacer una película o música que sólo sea popular en China es perfectamente rentable. La serie china mejor valorada de la historia está basada en la espectacular novela del siglo XVII Sueño del Pabellón Rojo, pero no conozco a nadie que le haya visto en Occidente.

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En segundo lugar, la censura cultural perjudica a los creadores chinos. Más allá de límites a la libertad de expresión, es habitual la censura de productos que tengan escenas eróticas u homosexuales. Desde instancias oficiales, se ha criticado a los videojuegos, el rock, los famosos afeminados o la música pop como elementos corrosivos para la moralidad de los jóvenes. Bajo ese puritanismo es difícil desarrollar una cultura atractiva. Black Myth: Wukong es un paso en esa dirección. Pero dudo en que sea el inicio de un cambio radical en el modelo cultural chino.