China promete inversiones millonarias para mantener su influencia en África
Destinará al continente 46.000 millones de euros en tres años y creará un millón de puestos de trabajo
PekínLas relaciones entre China y África pasan por el "mejor momento de la historia", ha afirmado Xi Jinping desde Pekín ante una cincuentena de líderes africanos. La celebración en la capital china del Foro de Cooperación China-África ha servido para que el presidente chino festeje a sus socios africanos, pero sobre todo para proyectar una imagen de liderazgo sobre los países en desarrollo. El gigante asiático les ha prometido cerca de 46.000 millones de euros en fondos durante tres años. La cifra es más moderada quela oferta en anteriores ediciones, pero demuestra el compromiso que tiene Pekín de mantener su influencia en la región.
En los últimos 15 años China ha puesto el foco en África atraída por sus minerales y materias primas, pero también buscando influencia política. Ha tejido una red de intereses en el continente aprovechando el vacío y los errores de las potencias coloniales. Asimismo, intenta impulsar su papel de mediador en los conflictos locales para proteger sus intereses económicos, pero también para competir en influencia con Estados Unidos y la Unión Europea. Xi Jinping defiende un mundo multipolar frente a Occidente, y busca aliados para su iniciativa de "seguridad global", que rechaza las sanciones, la justicia internacional y la injerencia en los asuntos internos de otros países. De este modo, pretende asegurarse el apoyo africano a las votaciones de Naciones Unidas.
La importancia que China confiere a África se refleja en los diez viajes oficiales que ha hecho Xi desde que accedió al cargo en 2012. Actualmente, la República Popular es el principal socio comercial de África y también el principal prestamista. El comercio bilateral entre el continente y China ha sumado 151.800 millones de euros en el primer semestre de este año, según fuentes chinas. África importa de China bienes manufacturados y maquinaria, mientras que envía al gigante asiático una quinta parte de sus exportaciones, según el Fondo Monetario Internacional. Pekín sobre todo busca minerales y materias primas en África, que dispone de dos tercios del cobalto mundial, el diez por ciento del cobre y grandes reservas de litio. Sin embargo, la balanza comercial es deficitaria para los países africanos, pese a que creció hasta los cerca de 58.000 millones de euros el año pasado.
Ahora China ha prometido inversiones para crear un millón de puestos de trabajo en el continente, además de la millonaria ayuda financiera. También ha asegurado que aumentará las importaciones agrícolas desde África, una promesa que ya había hecho hace tres años, en la anterior cumbre, pero no ha cumplido. Más seguros son, sin embargo, los 127 millones de euros de ayuda militar no reembolsable. China está interesada en jugar un papel importante en esta materia, y tiene ya programas de formación para 6.000 efectivos militares.
La trampa de la deuda
Pekín ha tenido un papel principal en el desarrollo de infraestructuras en el continente africano durante las últimas décadas. Ha financiado la construcción de un centenar de puertos, un millar de carreteras y proyectos emblemáticos, como la línea de ferrocarril entre Kenia y Uganda. Las infraestructuras han ayudado al desarrollo regional, pero también han dejado endeudados a muchos países, que han quedado totalmente ligados a China. Por ejemplo, el 20% de la deuda de Zambia está con China. Los estados africanos presionan para reestructurar la deuda, pero de momento Pekín sólo acepta ampliar los plazos de vencimiento y no condonarlo.
El gobierno chino ha ido reduciendo el volumen de sus préstamos al continente africano: de los 27.000 millones de euros concedidos en el 2016 a los 4.200 millones de euros del año pasado. Ésta es la tendencia que previsiblemente se mantendrá, aunque Pekín ha prometido dinero para acabar algunos proyectos, como el ferrocarril entre Tanzania y Zambia, o la carretera Rironi-Mau Summit-Malaba entre Kenia y Uganda. De hecho, la ralentización de la economía china tampoco permite seguir planificando grandes infraestructuras. Ahora Xi Jinping apuesta por invertir en proyectos más pequeños, con especial atención al desarrollo de la energía renovable y la innovación digital. Quiere que África se convierta en un gran mercado para sus placas solares y sus coches eléctricos.
La presencia de China en África también ha creado roces y algunos líderes reclaman relaciones más equilibradas. Por ejemplo, desde Suráfrica se ha pedido una reducción del déficit y diversificar el comercio. El Foro de Cooperación China-África surgió en 2000 y se celebra cada tres años. La reunión de esta semana en Pekín ha sido la primera que ha tenido lugar de forma presencial desde la pandemia. El gigante asiático ha desplegado toda la pompa de las grandes ocasiones para seducir a los líderes africanos. El único país ausente ha sido Eswatini (antigua Swazilandia), que mantiene lazos diplomáticos con Taiwán.
Los monumentos y rascacielos de la capital china se han iluminado con juegos de luces y colores y el gobierno chino ha ofrecido un gran banquete con actuaciones musicales para recibir a los invitados. La reunión del Fórum se ha celebrado en el Gran Palacio del Pueblo, en la plaza de Tiananmen. La administración china ha desplegado la misma escenografía que utiliza durante la sesión anual del Parlamento. Xi Jinping apareció en el estrado acompañado de los presidentes y los primeros ministros africanos, y pronunció su discurso con los representantes africanos sentados detrás de él, como si fuera su comité central. Una imagen potente que transmitía que el presidente chino tiene toda África como aliada.