Derechos humanos

Confirmada la cadena perpetua de Ratko Mladic, el 'Carnicero de Srebrenica'

El tribunal resuelve la apelación del excomandante serbio, condenado por genocidio y crímenes contra la humanidad

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Ratko Mladic cuando presentó la apelación el agosto del año pasado.

BarcelonaEl excomandante serbio Ratko Mladic, denominado el Carnicero de Srebrenica por el genocidio en esta ciudad bosnia –la peor masacre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial– y el asedio de Sarajevo, tendrá que cumplir la cadena perpetua a la que fue condenado en 2017. El Tribunal Especial para la Antigua Yugoslavia le impuso esta pena por los delitos de genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, y este martes el Mecanismo Residual Internacional –que se encarga de los casos pendientes tanto de este tribunal como del que juzgó los crímenes cometidos en Ruanda– ha rechazado su apelación y ha confirmado la sentencia.

Veintiséis años después de la masacre de Srebrenica, Mladic, de 78 años, que era el máximo responsable militar del ejército serbobosnio durante toda la Guerra de Bosnia (1992-1995), ha visto cómo el caso quedaba cerrado en una decisión que ya no se podrá recurrir. A la puerta del tribunal se han concentrado madres, hermanas y mujeres de los 8.000 hombres y chicos que fueron masacrados por las tropas serbias en la ciudad bosnia de Srebrenica –que había sido puesta bajo protección oficial de las Naciones Unidas a cambio de que las milicias bosnias se desarmaran–. Mladic fue condenado en 1996 poco después de la caída de la ciudad, pero se escondió durante quince años y ha pasado la última década entre rejas. El juicio duró cuatro años y participaron casi 600 testigos.

"Muchos se pensaban que este día no llegaría nunca, pero ha llegado, y esto es importante porque envía una señal contra la impunidad y una cierta justicia a los supervivientes. No es una justicia perfecta, porque nada puede hacer volver a los que fueron asesinados, pero sí una cierta sensación de justicia", explica al ARA Iva Vukusic, historiadora especializada en crímenes de guerra de la Universidad de Utrecht, en los Países Bajos. "Este juicio confirma que incluso cuando parece que ya no hay esperanza, como hoy cree mucha gente de Siria o de Palestina, se pueden cambiar las cosas –añade–. Los genocidios, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad se pueden perseguir muchos años después de los hechos (como vemos con los vigilantes de los campos de concentración nazis que hoy son octogenarios). El mensaje es que si hay voluntad y determinación política, los crímenes de guerra no quedan impunes".

Rosana Alija, coordinadora de la clínica jurídica de lucha contra la impunidad del programa Derecho al Derecho de la Universitat de Barcelona, recuerda que "una sentencia condenatoria es muy positiva para que [las víctimas] se sientan en cierta medida reparadas, sobre todo en el plano simbólico: los autores de crímenes de guerra no son héroes sino criminales y hay vías para que no queden impunes, pero hacen falta otras medidas que reconozcan su sufrimiento y los ayuden a reconstruir la vida". Alija destaca que el Tribunal Especial para la Antigua Yugoslavia "tenía el reto de aplicar tipos penales que no estaban lo suficientemente desarrollados y ha hecho un gran trabajo desarrollando el derecho penal internacional, con decisiones innovadoras, como la incorporación de la perspectiva de género".

Negacionismo del genocidio

La sentencia también es importante en un momento en el que gana terreno el negacionismo del genocidio en la guerra de los Balcanes, entre los actuales líderes políticos que hablan de tergiversación, a pesar de las apabullantes pruebas de limpieza étnica en Srebrenica y en todo el conflicto, el episodio más negro de la historia de Europa después del nazismo. Los negacionistas no son marginales, sino que ocupan cargos de primera fila: hace solo unas semanas el ministro de Justicia de Montenegro, Vladímir Leposavic, dijo en el Parlamento que el genocidio de Srebrenica "no se ha demostrado de manera creíble". La primera ministra serbia, Ana Brnaic, también ha osado calificar los hechos de Srebrenica de "masacre", negando que fuera un genocidio "porque las mujeres y los niños sobrevivieron". El líder de la República Srpska (la entidad serbia, una de las tres en las que quedó dividida Bosnia), dijo en 2018 que "los musulmanes de Bosnia no tenían un mito y se inventaron el genocidio de Srebrenica".

Vukusic no cree que el veredicto del tribunal sirva para cambiar esta narrativa. "No solo pasa en los Balcanes: los Estados Unidos, el Reino Unido, los Países Bajos, España o Francia también tienen todos sus propios conflictos con el pasado de violencia y dolor. Por desgracia, el negacionismo no es exclusivo de los Balcanes: todo el mundo quiere ser el bueno de la película y nadie quiere admitir que lo que se hizo en su nombre estaba mal", dice.

El responsable político de la campaña serbobosniana, Radovan Karadzic, fue condenado en 2016 a cuarenta años de prisión por genocidio y crímenes contra la humanidad y también cumple una pena de cadena perpetua. Pero esto no significa que en parte no consiguiera sus objetivos políticos: "Mladic puede dormir tranquilo. Su objetivo estratégico de dividir a los pueblos parece conseguido", apunta el investigador del Instituto de Historia de la Universidad de Sarajevo Jasmin Medic. Y esto no quita que la guerra de Bosnia sirvió para frenar el adelanto del fascismo en Europa.

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