La dimisión de un aliado clave sume al gobierno Johnson todavía más en el caos

El secretario de estado para el Brexit, David Frost, se marcha en desacuerdo con la política contra el covid y en relación con la UE

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David Frost, ministro del Brexit, durante su intervención esta tarde en Lisboa

LondresBoris Johnson no levanta cabeza y el caos sigue en Downing Street. A última hora de este sábado, uno de los aliados clave del primer ministro británico, el secretario de estado para el Brexit, David Frost, hizo pública su dimisión y espetó un golpe durísimo a la ya muy erosionada credibilidad y capacidad de Johnson para seguir dirigiendo el país. Oficialmente, según la carta de dimisión, Frost se va en desacuerdo con la "dirección" que ha tomado el ejecutivo en los últimos meses: las medidas anticovid, la anunciada subida de impuestos para combatir el endeudamiento al que la pandemia ha obligado y varios desacuerdos fundamentales con el premier sobre la relación actual con la Unión Europea han profundizado la sensación de falta de rumbo en la sala de máquinas del país. Frost dimitió al principio del mes, pero se lo convenció de aguantar hasta enero. Cuando el sábado por la noche el Mail on Sunday publicó la noticia, inmediatamente confirmó la información e hizo efectivo su adiós.

Dos años después de su apabullante victoria electoral, Johnson ha llegado –de momento– al máximo grado de controversia y ha hecho buenos a los gobiernos ya bastante criticados de Theresa May. Los escándalos en relación con las fiestas ilegales durante los confinamientos de 2020 en Downing Street, la presunta financiación irregular de la remodelación de su apartamento particular, la oposición de buena parte de su partido a las medidas anticovid, una histórica derrota electoral el pasado jueves y la posibilidad de más malas noticias para la población los próximos días debido al adelanto de la variante ómicron han provocado una pérdida de autoridad moral y política de la que difícilmente se recuperará. Es cuestión de tiempo que el partido acabe con él.

Además, la prensa británica informa este domingo de que, en los próximos días, se harán públicas más grabaciones de ensayos de conferencias de prensa de su equipo como la que se conoció hace diez días y que acabó con la versión oficial del gobierno hasta entonces, según la cual nunca habían tenido lugar celebraciones de Navidad, ni de ningún tipo, en Downing Street durante los confinamientos. En este caso, el Mail on Sunday apunta que las bromas en estas grabaciones son relativas a las amantes del primer ministro y al número de hijos que tiene, entre los oficialmente reconocidos, siete, y los no reconocidos.

¿Excusa o realidad?

David Frost fue el hombre clave a la hora de negociar el acuerdo comercial con la Unión Europea a lo largo del año pasado y estaba inmerso con Bruselas en el rediseño del Protocolo de Irlanda del Norte, uno de los aspectos más conflictivos del pacto de divorcio, que se firmó en noviembre de 2019. En su carta de renuncia dice, dirigiéndose a Johnson: "Conocéis mis preocupaciones sobre la dirección actual [del gobierno]. Espero que avancemos cuanto más deprisa mejor hacia donde tenemos que llegar: una economía emprendedora poco regulada, con impuestos bajos, a la vanguardia de la ciencia moderna y del cambio económico. Trescientos años de historia demuestran que los países que toman esta ruta crecen y prosperan, y estoy seguro de que nosotros también lo haremos".

Seis años antes, sin embargo, Frost era un firme partidario de quedarse en la Unión Europea. Por esta razón, muchos analistas de la política británica se preguntan esta mañana de domingo si un adiós que deja tan tocado a Johnson es solo una rabieta por la introducción de medidas covid más restrictivas –pasaportes, uso de mascarillas, etcétera– o la verdadera constatación del lío enorme del Brexit y la imposibilidad física y matemática de encajar un cuadrado adentro de un círculo.

En este sentido, el Protocolo de Irlanda del Norte, los problemas con la frontera, la creación de una artificial entre la Gran Bretaña y la provincia en el mar de Irlanda y el hecho de que Johnson habría decidido no ir a la guerra comercial con Europa, admitiendo que será el Tribunal de Justicia de la Unión Europea quien tenga la última palabra en caso de conflicto, habrían sido detonantes también para que Frost tirara la toalla.

"¡Ya basta!"

La situación de desgobierno y guerra civil dentro del Partido Conservador se ha acentuado todavía algo más en las últimas horas cuando, poco después de que se conociera la dimisión de Frost, se han hecho públicos unos mensajes de WhatsApp de un grupo de más de cien diputados tories. Nadine Dorries, la ministra de Cultura, Deportes, Digital y Media, fue expulsada de este chat común por defender a Johnson. Steve Baker, un parlamentario libertario y ultrabrexiter, implicado en todas las conspiraciones que acabaron con Theresa May y administrador del grupo, la echó después de leer su mensaje y espetarle: "¡Ya basta!"

¿Acabará todo ello con Johnson? No de momento. Ninguno de los posibles candidatos a relevarlo querría ocupar ahora la silla del número 10 de Downing Street, puesto que todo parece indicar que, en función de la evolución de la pandemia, Johnson aprobará al menos dos nuevas semanas de confinamiento estricto, probablemente inmediatamente después de Navidad. Pero si aparecen nuevas informaciones sobre fiestas o sobre ensayos de conferencias de prensa haciendo broma a expensas del primer ministro, la situación habrá llegado a un límite insostenible.

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