Biden está cada vez más solo y la presión de los demócratas crece

WashingtonLa atención estaba centrada plenamente en cada uno de los gestos de Joe Biden durante la rueda de prensa del jueves. A sus pies, sentados en primera fila, estaban los miembros de su equipo. Las caras de la secretaria de Comunicación de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y el del secretario de Estado, Antony Blinken, hablan más del futuro de Biden que la actuación del propio presidente. Cuando Biden se refirió a Kamala Harris como "vicepresidente Trump", Blinken cerró ellos ojos con resignación y Sullivan se tapó la boca, intentando disimular la intranquilidad.

Biden cada vez está más solo dentro de su partido y el problema más inmediato que tienen los demócratas ya no es buscarle un sucesor, sino conseguir convencerle para que se marche. En la rueda de prensa del jueves el presidente insistió en que quería "acabar el trabajo" y que es la persona "más calificada" para ganar a Donald Trump en las urnas: "Lo derroté una vez y lo volveré a hacer".

"No es inusual la preocupación de los congresistas, pero cinco presidentes ganaron las elecciones con números más malos que yo", afirmó Biden que sigue asegurando que las encuestas que le sitúan por detrás de Trump se equivocan. Lo que hace dos semanas originó divisiones dentro del partido parece que ahora le reunificará: hay que convencer a Biden para que deje la candidatura. El empeño del presidente y los errores que sigue cometiendo están haciendo que cada vez más aliados bajen del carro.

Obama y Pelosi desde la sombra

El expresidente Barack Obama ha mantenido conversaciones con la antigua speaker de la Cámara de los Representantes Nancy Pelosi sobre el futuro de la campaña del presidente. Obama, que fue una de las primeras personas que salió a defender a Biden tras el desastroso debate, ahora, según revela la CNN, ha compartido su preocupación con Pelosi sobre la capacidad de Biden de derrotar a Trump. Miércoles Pelosi ya había dicho a la MNSBC que había "muy poco tiempo" para que Biden tomara una decisión. La demócrata, aliada del presidente, pasaba por alto la carta que Biden había enviado el lunes a los congresistas para informarles de que seguía en la carrera electoral, y erosionaba sutilmente su autoridad.

Obama también habló con el actor George Clooney antes de que publicara su demoledor artículo en el New York Times en el que pedía a Biden que se retirara. Obama y Clooney tienen una buena relación y, según explica en Politico una persona conocedora del contenido de la conversación, el expresidente no animó a su amigo a escribir el artículo, pero tampoco se opuso. Clooney no sólo goza de una gran influencia como actor de Hollywood, sino que también es uno de los donantes del Partido Demócrata.

Personas que forman parte del equipo de Biden también han explicado al New York Times que creen que el presidente debe dar un paso al lado. Desde dentro, la rueda de prensa del jueves en la cumbre de la OTAN no se vivió como una nueva oportunidad para que Biden pudiera disipar las dudas sobre su salud, sino como un intento por hacer ver al presidente que quizá no esté tan capacidad como cree y que debe renunciar.

Las horas posteriores a la rueda de prensa, el líder demócrata de la Cámara de los Representantes, Hakeem Jeffries, se reunió con Biden en la Casa Blanca. Según una carta enviada por Jeffries a los congresistas demócratas, el político expresó a Biden "la amplitud de posturas, perspectivas y conclusiones sobre el camino a seguir que el caucus ha compartido últimamente". Una vez más, se miden las palabras para decir a Biden con mucha delicadeza que debe irse.

Una persona familiarizada con el encuentro ha explicado a la CNN que Jeffries no ofreció su apoyo a Biden durante la conversación. Aún así, el líder de la mayoría de la Cámara no ha dicho públicamente si Biden debe retirarse o no. A lo largo de la mañana del viernes, algunos medios estadounidenses apuntaron que un grupo de pesos pesados ​​del Partido Demócrata se están planteando visitar a Biden en la Casa Blanca y decirle que es hora de plegar.

El viernes por la mañana, el gobernador de Colorado, Jared Polis, aseguró que las discusiones sobre si Biden debería ser el candidato siguen siendo "legítimas" tras la rueda de prensa de ayer. Antes de entrar en la reunión de la Asociación Nacional de Gobernadores en Salt Lake City, Polis ha pedido que el presidente muestre "qué cambiará para tener la capacidad" de ganar en noviembre. "Cuando estás de bajada -y creo que es importante que el presidente Biden y su equipo se den cuenta de que están por detrás en las encuestas, y que, si las elecciones fueran hoy, probablemente las perdería- hay que cambiar algo", ha dicho el demócrata.

La "persuasión" de los donantes

Si de buenas maneras los miembros del partido no tienen suficiente fuerza para convencer a Biden, siempre se puede hacer de malos modos, yendo a atacar el lugar donde más duele: el dinero. Algunos donantes habían hecho pública ya su preocupación sobre la candidatura de Biden, como es el caso del cofundador de Netflix, Reed Hastings, o la heredera de la fortuna de la familia Disney, Abigail Disney. Pero hasta ahora sólo habían sido esto, palabras y declaraciones. Ahora parece que la comparecencia de ayer (con los lapsus sobre Zelenski, a quien confundió con Putin, y Harris) han empujado a los donantes a dar un paso más.

El super-PAC mayor que la campaña de Biden tiene detrás, Future Forward, ha paralizado 90 millones de dólares en donaciones mientras el demócrata continúe al frente de la candidatura, según han explicado dos personas del entorno al New York Times.