Estados Unidos

Los congresistas demócratas de Texas se marchan del estado para impedir una reforma electoral favorable a Trump

Si se aprueba el rediseño de los distritos, la oposición tendría muy difícil recuperar el control del legislativo en las elecciones del 2026

WashingtonCincuenta y un congresistas demócratas han abandonado Texas para refugiarse en otros estados de mayoría demócrata durante al menos dos semanas. La ira de los republicanos vaqueros no se ha hecho esperar: en la Asamblea estatal han votado a favor de emitir una orden de arresto contra ellos; el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, les ha tasado de "delincuentes" y amenaza con extraditarlos, y el fiscal general estatal, Ken Paxton, republicano también, plantea detenerlos. La razón de todo este alboroto es una reforma del mapa electoral de Texas que los republicanos quieren aprobar y que facilitaría el trabajo a Donald Trump para mantener el control del Congreso en las elecciones de medio mandato del 2026.

La nueva distribución de las demarcaciones electorales, que cuenta con el ferviente apoyo del presidente, haría que los de aún más su plan para tomar en Trump el control del legislativo. En concreto, el de la Cámara de Representantes. En noviembre del próximo año estarán en juego los 435 escaños que conforman la cámara baja, donde los republicanos tienen una frágil mayoría que se sostiene por cinco diputados. El Senado lo controlan con 53 escaños frente a 47 y del total sólo se renovará un tercio (35 asientos).

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La sesión especial para aprobar el nuevo dibujo electoral, que debe durar hasta mediados de agosto, comenzaba este lunes con más de un tercio de la Asamblea tejana vacía. Más allá del gesto simbólico que supone la ausencia de los diputados demócratas, la legislación de Texas establece que para poder aprobar la reforma deben existir al menos dos tercios de los diputados locales presentes durante la votación. Es decir, de los 150 congresistas, debe haber al menos 100. Pero ahora mismo sólo hay 99.

Marchar del estado tampoco ha sido un gesto efectista. Era necesario para asegurar el bloqueo porque, si los demócratas se quedaban en Texas, la legislación local preveía la posibilidad de que la policía fuera a buscarlos y les obligara a comparecer en el Capitolio estatal para proceder con la votación. "No estamos huyendo de nuestras responsabilidades; hemos marchado de un sistema tramposo que rechaza escuchar a los votantes que representamos", ha dicho en un comunicado el presidente del grupo demócrata a la Asamblea tejana, Gene Wu.

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Illinois y Nueva York han sido los principales receptores de los legisladores demócratas. El gobernador demócrata de Illinois, JB Pritzker, ha comparecido con los legisladores huidos que denunciaban la reforma republicana como un intento injusto y autoritario de pisar la voluntad de los votantes. "Lo daremos todo. Hay que darlo todo cuando el líder de la secta y aspirante a dictador dice a Texas que debe cambiar las reglas del juego a media partida porque sabe que perderá en el 2026. Debemos darlo todo", declaró Pritzker. Ante la posibilidad de que se produzca la nueva distribución electoral en Texas, los demócratas aseguraron que también tomarán medidas similares en otros estados para compensar la diferencia.

La reforma del mapa electoral de Texas responde a la obligación constitucional de revisar las demarcaciones cada vez que se completa un nuevo censo, una vez cada diez años, para asegurarse de que los distritos representan de forma fiel a la población. El problema es que esta revisión ha dado lugar a una práctica frecuente por parte de ambos partidos: rediseñar los distritos para asegurarse la victoria.