Los demócratas publican documentos que acusan a Trump de pasar horas con una víctima sexual de Epstein
En un correo electrónico también se insinúa que el presidente estaba al corriente de las agresiones sexuales perpetradas por su viejo amigo
WashingtonEl fantasma de Epstein vuelve a perseguir a Donald Trump. Cuando el presidente estadounidense creía haber desactivado la última bomba de relojería relacionada con el pedófilo –la publicación de la felicitación de cumpleaños– y haber dejado atrás el único escándalo que realmente le ha desacreditado entre sus bases, este miércoles se publicaban nuevos correos electrónicos que estrechan el sitio. Concretamente, las comunicaciones apuntan a que el presidente pasó "horas" con una de las víctimas e insinúan que tenía conocimiento de la trama de abusos de menores que Jeffrey Epstein tenía, aunque el presidente lo ha negado en reiteradas ocasiones.
Los correos han sido publicados por los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes y son una serie de correspondencias entre Epstein, Ghislaine Maxwell, su pareja y asociada, y el escritor Michale Wolff. "Quiero que te des cuenta de que el perro que no ha ladrado es Trump. [El nombre de la víctima aparece tachado con "víctima"] pasó horas en mi casa con él [Trump]. Él nunca lo ha mencionado", dice un correo de Epstein dirigido a Maxwell en febrero del 2011. ~BK_SLT_L detenido y encarcelado, el multimillonario citaba a Mar-a-Lago, la mansión de Trump en Palm Beach. "Trump dijo que me pidió que se plegara" y añade "por supuesto que él sabía de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que parara". En otra comunicación, esta escrita por Wolff, el periodista recomendaba a Epstein adoptar una postura "anti-Trump" como forma de generar simpatía en medio de las acusaciones en su contra. "Creo que Trump ofrece una oportunidad ideal", escribía Wolff en Epstein en marzo del 2016, en plena campaña electoral. "Es una oportunidad para que la historia trate de algo que no seas tú, mientras, al mismo tiempo, te permite contar tu propia versión. Además, convertirte en una voz anti-Trump te da cierta cobertura política que ahora definitivamente no tienes".
Los documentos publicados este miércoles confirman las informaciones que en julio publicó el New York Times, que aseguraban que la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, había informado a Trump de que su nombre aparecía en los archivos del caso.
Los nuevos correos aún alargan más las sombras y dudas sobre la relación de Trump con Epstein. El magnate ya ha reconocido que durante 15 años tuvo una estrecha relación con el depredador sexual, hasta que en 2004 partieron peras. En septiembre la publicación de una felicitación del republicano en Epstein por su 50 aniversario en el 2003 ya hervió la olla política en Washington. Los mensajes crípticos de la felicitación –enmarcados por la silueta del cuerpo de una mujer con la presunta firma de Trump a la altura del pubis– no hacían más que atizar las conspiraciones de extrema derecha de sus bases que él mismo había alimentado. Epstein murió en el 2019 colgado en su celda a la espera del juicio por tráfico de personas, pero muchos de los hinchas trumpistas piensan que no fue un suicidio.
Durante la campaña electoral, Trump dijo que existía una lista Epstein donde constaban los nombres de figuras poderosas, incluidos demócratas, y que si volvía a la Casa Blanca la publicaría. La decepción entre los hinchas trumpistas fue mayúscula cuando la administración dijo en verano que no se publicaría tal lista porque no existía. Pero en lugar de enterrar las elucubraciones, esto no hizo más que atizarlas.
"Una trampa" de los demócratas
La Casa Blanca ha desestimado los correos y los ha tildado de "intentos de mala fe" por atacar al presidente. La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, ha vuelto a insistir en que Trump "expulsó a Jeffrey Epstein de su club hace décadas por ser un acosador con sus empleadas, incluida [Virgina Roberts] Giuffre". En las recientes memorias póstumas de la víctima más conocida de Epstein, Virgina Roberts Giuffre, una nota al pie de la página 222 exculpa a Trump, y asegura que rompió públicamente con el pederasta en octubre del 2007, después de que éste agrediera a la hija adolescente de un miembro del club Mar-a-Lago del actual presidente de Estados Unidos. Los hechos, de acuerdo con el libro, ocurrieron ocho meses antes de que Epstein aceptara su culpabilidad por la prostitución de una menor.
Cinco horas después de la revelación de los correos, Trump se ha pronunciado vía Truth Social, diciendo que la publicación es una maniobra política de los demócratas. "Los demócratas están intentando volver a sacar a la luz el "Engaño de Jeffrey Epstein" porque harán cualquier cosa para desviar la atención de lo mal que lo han hecho con el cierre del gobierno y otros temas. Sólo un republicano muy malo o estúpido caería en esta trampa", ha escrito el presidente. Poco antes, fuentes conocedoras explicaban a la CNN que se había convocado una reunión de emergencia en la Casa Blanca para abordar la publicación de los correos. Un claro síntoma de lo peligrosa que resulta la información para el presidente.
Antes de que Trump se pronunciara, los republicanos intentaban enterrar los correos bajo una montaña de información y publicaban también 23.000 páginas de los documentos que los herederos de Epstein habían entregado al comité. El gesto, más allá de saturar el espacio informativo, era también una manera de enmudecer las acusaciones demócratas de haber retenido información. Desde agosto habían estado en manos del republicano James Comer, que se había retrasado meses en su publicación. No está claro aún si contiene información relevante para el caso.
El regreso del fantasma de Epstein coincide con dos momentos relevantes dentro de la arena política del país: la irrupción de Zohran Mamdani, el nuevo alcalde electo de Nueva York, que ha devuelto la ilusión a las bases demócratas y ha mostrado una nueva forma de hacer oposición a Trump; y, por otra parte, la irrupción de los subsidios sanitarios como un tema primordial en la opinión pública de cara a las elecciones legislativas del próximo año, y sobre los que Trump no tiene propuestas concretas.