Como ha ganado Trump, los gráficos que explican un sorprendente triunfo

La inflación ha determinado el voto de la mayoría de grupos sociales, sobre todo en los estados clave, y las mujeres no se han movilizado como se esperaba

BarcelonaLa victoria de Donald Trump ha sido tan contundente que incluso supera su triunfo histórico del 2016. Esa vez ganó en voto electoral (304 electores) pero perdió el voto popular. Este año Trump ha ganado tanto en número de electores –cuya cifra aún no es definitiva pero que se prevé mucho más alta que aquella– y también en votos. Más de 71,1 millones de estadounidenses han votado a Trump, muchos más de los que le dieron la presidencia en el 2016. El recuento sigue en marcha y queda por ver si superará los 74,2 millones de votos que tuvo hace cuatro años, cuando Joe Biden le superó.

Perfil dels votants
Repartiment del vot segons ingressos
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La gran ola roja de Trump ha supuesto una derrota sin paliativos para la vicepresidenta Kamala Harris, quien ha perdido los siete estados electorales clave de estas elecciones. Lo más doloroso ha sido la pérdida de los tres estados del antiguo muro azul demócrata, el llamado cinturón de óxido de la región industrial de los Grandes Lagos que Trump ya pintó de rojo por sorpresa en el 2016 y que, pese a que volvieron a votar demócrata con Biden, esta vez han dejado a Kamala Harris en la estacada. ¿Cómo se explica ese cambio?

Anatomia del vot americà
Diferència en punts percentuals en les tres últimes eleccions per àmbit. Els punts positius mostren la diferència favorable als demòcrates (Harris, Biden i Clinton), i els punts negatius, la favorable als republicans (Trump)

La economía y la inflación, temas decisivos

La clave del voto en estos estados del cinturón de óxido ha sido la misma que dio la victoria a Trump en el 2016 en estos tres mismos estados (Pensilvania, Michigan y Wisconsin) y la que le ha permitido imponerse en general: la economía. Con el añadido de que este año la situación económica se percibe aún peor por la elevada inflación. En todo el país, para el 39% de los votantes, la economía ha sido el principal tema que ha decidido su voto, y en segundo lugar la inmigración, con un 20%.

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La economía siempre es el tema más decisivo en unas elecciones norteamericanas, pero la elevada inflación de estos últimos meses la ha hecho especialmente crucial, porque ha generado la percepción de que la economía iba mucho mejor cuando gobernaba Trump. "La economía estadounidense va bien, pero a los trabajadores de Pensilvania no les digas que el PIB y la bolsa van bien y que se ha reducido el paro, lo que ven es que para llenar el depósito de gasolina deben pagar otros siete dólares", explica José Antonio Gurpegui, analista del Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá de Henares.

El temes que més han influït els votants americans
Percentatge de votants que diuen que és el principal problema que afronten els EUA en cadascuna de les eleccions

En los tres estados del cinturón de óxido la situación económica también ha sido la clave. En Pensilvania y en Michigan, por ejemplo, el 43% y el 41% de los votantes, respectivamente, decían que la economía había sido el tema que les había hecho decidir el voto. Y los resultados dejan claro que las promesas proteccionistas del republicano les han convencido mucho más que las ayudas de Harris en la clase media. Su guerra de aranceles con China y su "America first", que promete priorizar la producción estadounidense y seguir explotando el fracking –una industria clave en Pensilvania– han pesado mucho para los votantes de estos tres estados.

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Los blancos sin estudios, grupo clave otra vez

El voto económico en estos estados clave ha venido sobre todo de la mano de los votantes blancos sin estudios superiores, gente trabajadora y empobrecida que se siente abandonada por la clase política, especialmente por los demócratas, a los que solían votar ya los que ahora ven elitistas. Éste es el grupo social que más abrumadoramente vota a Donald Trump. Y esto ha permitido que el muro azul se haya vuelto a pintar de rojo, lo que fuerza al Partido Demócrata a una reflexión.

El trumpismo se consolida entre las clases populares. Algunas encuestas a pie de urna daban a Trump el 65% de los votos entre los ciudadanos sin estudios superiores, que sólo habrían votado a Harris en un 34%. Según los datos de la CNN, la distancia entre Trump y Harris se ha acortado algo entre estos votantes respecto a elecciones anteriores, pero todavía está en 31 puntos porcentuales, que es muchísimo. Este voto blanco sin estudios, que ya le dio a Trump la victoria contra todo pronóstico en el 2016, había sido infrarrepresentado en las encuestas de ese año. La sorpresa es que, pese a haber corregido ese error, los sondeos de este año tampoco han logrado predecir el triunfo abrumador del republicano en todos los estados clave.

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En este grupo no hay demasiadas diferencias de género: las mujeres blancas sin estudios son también mayoritariamente trumpistas (las que votan republicano superan en 25 puntos a las que votan demócrata). Pero la distancia es mucho más exagerada entre los hombres blancos sin estudios superiores, que pese a haber reducido su apoyo respecto a 2016 y 2020, aún votan mucho más a Trump (con una diferencia de 38 puntos).

Las mujeres no se han movilizado como se esperaba

El voto femenino esperaba que fuera clave para los demócratas, pero finalmente no fue así. Un 54% de las mujeres han votado a Harris y un 44% Trump, una diferencia inferior a la que consiguieron tanto Joe Biden –que quedó 15 puntos por encima de Trump entre las mujeres– como Hillary Clinton, que quedó 13 puntos por sobre.

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El tema del aborto, en el que la campaña demócrata había puesto muchas esperanzas, no ha movilizado tanto como la economía o la inmigración, ni de lejos. Las mujeres no se han movilizado por Harris como esperaba y eso también ha sido clave para la victoria de Trump. Y todo ello se explica sobre todo por el voto las mujeres blancas, que aún han votado más a Trump que a arris (al contrario que a las negras y latinas), aunque han recortado un poco la distancia respecto a los resultados de Biden o de Hillary Clinton .

"Creo que si Michelle Obama tenía alguna intención de presentarse a la presidencia, ahora lo pensará dos o tres veces", apunta Gurpegui. El analista admite que tanto Hillary Clinton como Kamala Harris se han topado con "un techo" de voto que no logran superar.

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Trump consigue más voto latino

Otra sorpresa ha sido el voto latino. Según algunas encuestas preliminares, Trump había subido hasta 13 puntos porcentuales entre los latinos y lograba arrebatar alrededor del 40% de los votos en la comunidad latina, que había sido tradicionalmente demócrata. Un batacazo en toda regla para el partido de Kamala Harris. "Cada vez más los votantes latinos de segunda o tercera generación votan de acuerdo a los mismos principios que un trabajador blanco", es decir, su tema clave es también la economía y la inmigración, afirma el analista.

Y en materia migratoria "también temen que los inmigrantes que entran irregularmente en el país les tomen el trabajo". Por eso Trump ha registrado en estas elecciones mucho más voto latino que en las anteriores.

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Y esto es especialmente desgarrador si se divide este voto en géneros: los hombres latinos por primera vez han dado la vuelta a su tendencia histórica y han votado por el candidato republicano. Trump ha ganado en este grupo concreto con 10 puntos porcentuales de diferencia frente a Harris. La vicepresidenta ha arrasado entre las mujeres negras y también ha superado de mucho a Trump en el voto de los hombres negros (aunque no tanto como entre las mujeres).

El republicano acorta distancias en el voto joven

El voto joven era otro bastión demócrata que la campaña de Kamala Harris ha intentado movilizar al máximo. Pero los datos demuestran que la distancia entre los jóvenes que votan a Harris, aún mayoritarios, y los que han votado a Trump este 2024 se ha acortado respecto a pasadas elecciones. En el grupo de edad de 18 a 29 años, Harris ha superado ligeramente el 50% del voto y se ha quedado sólo a 13 puntos de distancia de Trump, muy por debajo de lo que logró Biden en el 2020 entre los jóvenes y una poco por debajo de Clinton en el 2016. Entre los estadounidenses de 30 a 44 años, el voto está muy igualado entre Harris y Trump, y la demócrata supera de poco al republicano. De hecho, Trump ha recortado distancias respecto al voto que obtuvo en este grupo hace cuatro y ocho años atrás. Ni siquiera la promesa del gobierno Biden de perdonar las deudas universitarias ha logrado elevar el voto joven para Harris.

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La sorpresa ha venido por el otro extremo: el giro en el voto de la gente mayor, que ha ido esta vez más hacia Harris que hacia Trump, aunque todavía de forma insuficiente. Quienes tienen más de 65 años, que votaron mayoritariamente a Trump en las dos elecciones pasadas, esta vez se han decantado un poco más por Harris, que superaba al republicano en un punto en este grupo de edad. El motivo, según algunos analistas, puede ser la preocupación entre este grupo por las políticas sanitarias, y las promesas de abaratar los medicamentos que han realizado desde el bando demócrata. Pero el tema sanitario no ha pesado tanto por lo general como la economía y la inmigración.

Voto rural contra voto urbano

El voto rural ha vuelto a Trump de forma abrumadora, en los mismos niveles que frente a Hillary Clinton en el 2016. Los demócratas se consolidan como voto urbano e incluso han perdido apoyo entre el voto clave de los suburbios, que se considera moderado. De nuevo, la clave de todo está en la economía y en los temas que más han marcado el voto en esta campaña a diferencia de la del 2020. La victoria de Biden hace cuatro años se explica también por un contexto muy diferente, que pasa sobre todo por la pandemia de cóvid-19 y la nefasta gestión que hizo la administración Trump, que marcó mucho el voto en esos comicios. Esta vez, sin embargo, todo ha vuelto a centrarse, como siempre, en la economía.