Estados Unidos

Trump despide al consejero de Seguridad Nacional a raíz del Signalgate

El presidente da una salida digna a Michael Waltz y le reubica como embajador de EEUU en la ONU

Washington Michael Waltz, el consejero de Seguridad Nacional, dejará su cargo en la Casa Blanca después de haber añadido por error al periodista Jeffrey Goldberg en el grupo de Signal donde se compartían los planes para bombardear objetivos houthis. Su asesor, Alex Wong, también abandonará la Casa Blanca, según informan varios medios estadounidenses, entre ellos el New York Times. De facto, la marcha de Waltz también implica que la administración Trump está reconociendo la gravedad del caso después de semanas minimizándolo. De cara a la galería, sin embargo, el presidente no está dispuesto a admitir el error. Por ello dio una salida digna a Waltz como embajador de Estados Unidos en la ONU y designó al secretario de Estado, Marco Rubio, como consejero de Seguridad Nacional en funciones, según informa Associated Press.

Tanto el director de la CIA, John Ratcliffe, como la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, habían negado ante el Senado que la información enviada por ese chat de Signal fuera clasificada. La destitución de Waltz ahora da a entender otra cosa.

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Waltz había estado en el ojo del huracán después de que el Goldberg hiciera evidente que miembros del gabinete presidencial habían estado discutiendo información militar crítica en una aplicación de mensajería comercial. En el chat de Signal, donde entre otros también estaba el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el vicepresidente, JD Vance, se compartió información detallada de las horas de vuelo de los cazas y el armamento a atacar.

Implicaciones del escándalo del chat de Signal

En los días posteriores al escándalo, Trump aplicó la táctica de siempre: atacar y negar los hechos. El mandatario cerró filas con su consejero de Seguridad Nacional e insistió en que la información del chat no era sensible y mucho menos clasificada. Aunque el presidente intentaba minimizar lo que podría ser un escándalo de seguridad nacional en sus primeros cien días de mandato, dentro de la Casa Blanca el criticismo y la preocupación por el chat militar no hacía más que crecer. Varios oficiales consideraban que era imposible que Waltz sobreviviera al escándalo. "La mitad no cree que pueda sobrevivir el escándalo", explicaba uno de los oficiales, quien considera que fue completamente "imprudente" que no se revisara el chat.

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En un primer momento, Trump ya despidió a una serie de trabajadores inferiores del departamento de Estado y otros comités, pero mantuvo a Waltz en el cargo. La renuncia de Waltz llega en medio de la investigación que el Pentágono ha abierto al secretario de Defensa, Pete Hegseth a raíz del Signalgate. Hegseth fue quien compartió por el chat comercial los detalles de la operación militar. Además, recientemente también se ha descubierto que envió esta misma información en un segundo chat de Signal en el que estaban su esposa y su hermano, además de otras personas. En ese segundo chat, Hegseth habría compartido información confidencial con personas que no forman parte del gobierno o que no tenían relación directa con la operación.

El escándalo del Signalgate ha alimentado más las dudas sobre las capacidades de Hegseth para liderar Defensa que se habían empollado entre los oficiales del Pentágono desde que asumió el cargo. Aparte de los chats de Signal, Hegseth había protagonizado otras meteduras de pata menos mediáticas que ya habían hecho levantar varias cejas. Uno de los últimos miembros del equipo del secretario de Defensa que ha abandonado recientemente el Pentágono, John Ullyot, escribía un artículo en Politico en la que acusaba a Hegseth de incompetente. "El edificio está inmerso en el caos bajo el liderazgo de Hegseth", decía.