El Pentágono abre una investigación al secretario de Defensa por el escándalo del chat de Signal
La Casa Blanca ha llevado a cabo los primeros despidos, aunque el conseller de Seguridad Nacional ha salvado el cargo


WashingtonLos primeros despidos por la filtración errónea del chat de Signal, donde se compartió información detallada sobre los planes para bombardear objetivos houthis de Yemen el pasado 15 de marzo, se han producido y entre los cesados no se encuentra el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz. Este jueves medios estadounidenses han informado de varios despidos dentro del Consejo de Seguridad Nacional después de que ayer el activista de extrema derecha, Laura Loomer, se reuniera con Donald Trump para pedir al jefe de Waltz y otros miembros del equipo por el Signalgate. Waltz ha eludido la responsabilidad y ha echado a empleados inferiores. Paralelamente, el Pentágono ha abierto una investigación al secretario de Defensa, Pete Hegseth, por el caso también.
El inspector general en funciones del Pentágono ha puesto en marcha una investigación sobre el uso que hizo Hegseth del chat de Signal para discutir los planes de ataque contra los houthis. Pese a que fuera Waltz quien incluyó por error al periodista de The Atlanic en el grupo, fue Hegseth quien envió los detalles con las horas de los ataques y cazas que se utilizarían. El caso se suma a otra serie de errores menos mediáticos por parte de Hegseth, pero que ya habían levantado algunas cejas entre los oficiales del Pentágono. Algunos han empezado a expresar dudas sobre su liderazgo.
Loomer, que es de la misma cuerda que Steve Bannon y el resto de la vieja guardia MAGA, se reunió el miércoles con Trump en la Casa Blanca, según ha informado el New York Times. La conspiracionista de extrema derecha, conocida por decir que el atentado del 11-S había sido "un trabajo interno", se mostró furiosa con el presidente por la noticia de que Waltz había utilizado una plataforma comercial –fácilmente pirateable– para compartir información crítica. Es notable que los despidos hayan llegado ahora, después del encuentro con Loomer, y no a raíz de todas las quejas internas por parte de oficiales del gobierno y el Pentágono que consideraban que Waltz debía dimitir.
Hasta ahora, el presidente ha cerrado filas con el conseller de Seguridad Nacional y había descartado públicamente que hubiera consecuencias de este tipo por la filtración del chat de Signal. Trump y el resto de su gabinete ha estado quitando hierro al asunto y ha negado en reiteradas ocasiones que desvelar detalles como el modelo de cazas utilizados y la hora de los bombardeos fuera revelación de información confidencial.
Al menos tres personas han sido despedidas según la CNN, mientras que fuentes internas aseguran a Axios que el Consejo de Seguridad Nacional se está convirtiendo en un "baño de sangre". Los tres trabajadores despedidos, según la CNN, son: Brian Walsh, director de inteligencia y ex asesor principal en el Comité de Inteligencia del Senado para el actual secretario de Estado, Marco Rubio; Thomas Boodry, director senior de asuntos legislativos, que anteriormente había sido director legislativo de Waltz en el Congreso; y David Feith, director senior a cargo de tecnología y seguridad nacional, que trabajó en el departamento de Estado durante la primera administración de Trump.
Cuando el escándalo del chat de Signal parecía enterrado, este martes The Washington Post publicó que Waltz también había utilizado sus cuentas personales de Gmail para tratar cuestiones gubernamentales, tales como agendas y documentos de trabajo. Una información que también podría verse comprometida por servicios de inteligencia extranjeros. Poco después, Politico publicaba que Waltz tenía al menos otros veinte chats en Signal para coordinar tareas gubernamentales relacionadas con Ucrania, China y Gaza.
Más allá de las grietas internas, que el activista de extrema derecha tuviera acceso directo a Trump es el reflejo de un cambio en los equilibrios de poderes dentro del círculo interno del presidente. Hasta ahora, Loomer había sido condenada al ostracismo en detrimento del ascenso de Elon Musk y los millonarios tecnológicos en el nuevo gobierno republicano. El episodio de hoy coincide justo con el aparente descenso de la influencia de Musk tras la derrota en las elecciones de Wisconsin y que se filtrara que Trump dijera a los miembros de gabinete que el multimillonario dejará en breve la Casa Blanca.