Miles de personas salen a las calles en Estados Unidos contra Trump y Musk :"Nos quieren asustados"
La ciudadanía se moviliza en todo el país en contra de la campaña del miedo impulsada por el presidente estadounidense


WashingtonCon dos meses y poco Donald Trump ha sido capaz de instaurar una campaña del miedo entre los estadounidenses con las detenciones de manifestantes propalestinos, las denegaciones de entradas en el país, las purgas internas dentro de la administración y las deportaciones arbitrarias en las cárceles de El Salvador. Con dos meses y poco Trump ha traído el sistema al límite para ver hasta dónde es capaz de extralimitar su poder presidencial. Después de dos meses y poco en el poder, miles de personas han salido a la calle para manifestarse contra el mandatario y Elon Musk. "Nos quieren hacer sentir que no tenemos poder y quieren asustados. Y tengo la sensación de que a ratos les está funcionando la táctica y algunas personas ya están tirando la toalla", explica Sasha a los pies del monumento a Washington, el imponente obelisco que se alza en medio del National Mall de la capital.
En este punto entre el Capitolio y la Casa Blanca es donde se han concentrado este sábado miles de personas para protestar contra el presidente estadounidense y el hombre más rico del mundo. Los carteles advirtiendo de la llegada del fascismo a Estados Unidos y las fotos de Musk haciendo el saludo nazi con la frase "deportárselo" flotaban por encima de los jefes de los asistentes. De hecho, había casi más pancartas en contra del propietario de Tesla que del propio Trump.
Ha sido suficiente con pocas semanas para que el rechazo al hombre más rico del mundo se haya convertido en el motor movilizador de la indignación contra la nueva administración republicana. En Estados Unidos hace ya semanas que se ven protestas ante los concesionarios Tesla como parte del boicot global en la compañía de vehículos eléctricos de Musk. La marcha de Washington forma parte de las 1.400 movilizaciones en los 50 estados del país que han tenido lugar este sábado. En la capital, la organización estimaba que asistirían unas 20.000 personas.
La movilización llega en medio de la campaña del miedo a que Trump está extendiendo entre toda la ciudadanía a través de las deportaciones a las cárceles de El Salvador sin un proceso judicial, las detenciones de estudiantes con estatus legal en el país por su posicionamiento político y la purga del funcionariado. También coincide con la semana triunfal de los demócratas, con la derrota del candidato de Musk en las elecciones de Wisconsin y el discurso-protesta de 25 horas del senador demócrata Cory Booker. Ambos episodios marcan el camino de cómo construir la nueva resistencia anti-Trump, pero a pesar de la brizna de esperanza las referencias al miedo y la preocupación son más frecuentes en la boca de los manifestantes que la rabia y el enfado.
"Tinc por pels membres de la meva família. Soc filla d'immigrants. I, bé, tinc por que els puguin revocar els papers. El meu pare té la ciutadania. Tots tenim la ciutadania. Però, així i tot, em preocupa que persones com jo, o persones que estan intentant escapar de certs llocs, siguin deportades quan l'únic que necessiten és seguretat i llibertat", exposa la jove de 24 anys. Sus padres huyeron del régimen de Vladimir Putin y vinieron a Estados Unidos buscando libertad.
A Sasha le preocupa el acercamiento de Trump a Putin. "Yo soy queer, algo que Putin persigue. Mi familia huyó porque el régimen les trató mal. Somos pro-Ucrania y no queremos ver cómo Rusia extiende su influencia por otras zonas de Europa o incluso aquí. Me preocupa mucho la fascinación que siente Trump por Putin", dice la joven, que ve ciertos paralelismos entre lo que está haciendo ahora mismo el presidente estadounidense y el que hizo el ruso en sus inicios.
Junto a él hay Olivia, de 25 años. ch quería reproducir la multitudinaria Women's March del 2017 que juntó a unas 500.000 personas, pero justo llegó a su objetivo de 50.000. Sentíamos que, aunque estábamos en una mala situación, existía una especie de comunidad, en el sentido de «estamos juntos en esto». Y ahora, sin embargo, esta época se siente mucho más solitaria. Como si estuviéramos más aislados".
"Lo que más me horroriza son los secuestros de personas con estatus legal. Si no tuviera la ciudadanía, no me habría atrevido a venir aquí, aunque tuviera estatus legal como la green card", expone la joven de 25 años. En la mente de los manifestantes están las detenciones del activista palestino Mahmoud Khalil, que tenía la green card, o de la Rumeysa Öztürk, que tenía un visado de estudiante, así como otros casos que se han ido conociendo.
Entre los manifestantes, una mujer sostiene un cartel de "Veteranas contra Trump" y que dice "Las políticas DEI no nos hacen más débiles; él sí". Las siglas DEI se refieren a diversidad, equidad e inclusión, los tres grandes conceptos contra los que ha cargado la administración Trump. La mujer que sostiene la pancarta en cuestión es Lindsay, de 38 años y que ha sido médico militar dentro del ejército hasta su retirada. "Si te dijera todo lo que pienso de Trump y Hegseth ya me habrían detenido", dice la veterana en referencia al comentario que hizo el secretario de Defensa, Pete Hegseth, sobre que las mujeres no pueden servir al ejército. "Es muy difícil ser la única mujer en todo un batallón y siempre tienes que demostrar el doble que los demás para que te tengan en cuenta. No puedo dejar de pensar en todas las mujeres que están en el ejército ahora mismo y deben aguantar estos comentarios de mierda. Yo he luchado durante años por este país y ver que se está convirtiendo en esto me hierve la sangre."
Christine, una profesora jubilada de 70 años que ha venido desde California, y que participó en las protestas de los años 80 contra Ronald Reagan, apunta que ahora incluso el panorama es peor. "A mí me detuvieron y sí que era duro, pero lo que está ocurriendo ahora es otro nivel. Siento que Trump está empujando al país hacia el abismo dictatorial". Otra cosa que preocupa a Christine es la falta de energía que está notando: "Como anciano que ya ha visto muchas cosas, entiendo que los jóvenes tengan miedo, porque realmente da miedo, pero hay que salir y luchar. Si nos quedamos en casa en silencio sin hacer nada será peor. Y creo que ahora la gente empezará a despertar".