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¿Qué se hará con el dispensario antituberculoso del Raval?

Salut trabaja en un plan funcional para cuando el CAP Raval Nord se traslade a la capilla de la Misercordia

El dispensario antituberculoso del Raval visto por Gregori Civera
10/04/2025
6 min
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BarcelonaLa agria polémica que enfrentó al Ayuntamiento de Barcelona de Ada Colau y al Macba por la ubicación de la ampliación del museo hace años que es historia. Ya han comenzado las obras tanto de la ampliación del museo en el convento de los Ángeles como del nuevo CAP Raval Nord en la capilla de la Misericordia, inicialmente cedida al Macba. En cambio, no se han resuelto del todo los futuros usos del actual CAP Lluís Sayé, ubicado en el antiguo dispensario antituberculoso diseñado por Josep Lluís Sert, Joan Baptista Subirana y Josep Torres Clavé, todos ellos los fundadores del GATCPAC. En un primer momento se pensó en darle usos culturales vinculados al propio Macba.

Por ahora está previsto que la construcción del nuevo CAP Raval Nord esté terminada en el 2026, así que cada vez falta menos para tener que decidir qué uso se dará al dispensario. Sin embargo, se están produciendo avances: según ha podido saber el ARA, el edificio continuará vinculado a Salut. Fuentes del Consorcio Sanitario de Barcelona, ​​al que está adscrito el edificio, afirman que el edificio seguirá teniendo "usos sanitarios", aunque no sean asistenciales, y que están trabajando en un nuevo plan de usos a aprobar. "La previsión es que la actividad asistencial que actualmente se realiza en este inmueble se traslade al nuevo edificio situado en la capilla de la Misericordia a principios de 2027 —explican las mismas fuentes—. Actualmente, el Departamento de Salud contempla que el equipamiento situado en el pasaje de Sant Bernat continúe teniendo usos sanitarios, aunque el plano funcional está en elaborar".

Dos fotógrafos comprometidos con el futuro del edificio

El dispensario es uno de los edificios más emblemáticos del racionalismo en Cataluña y está catalogado como bien cultural de interés nacional (BCIN). La disputa entre el Ayuntamiento de Barcelona, ​​el Macba y el departamento de Salut por la ubicación del CAP Raval Nord sacó a la luz las quejas de los médicos y los usuarios por las carencias del dispensario que debían soportar todos los días, como unas puertas demasiado estrechas por las que no pasa una silla de ruedas. Dado que el dispensario es un edificio catalogado, no se pueden llevar a cabo según qué obras para ponerlo al día. La estructura del edificio es metálica, los cerramientos están hechos con carpinterías de hierro y muros de pavés, y la cubierta es de fibrocemento. Son materiales entonces experimentales que no han tenido un envejecimiento demasiado bueno y que en algunos casos son difíciles de sustituir. Así que poner el edificio al día puede implicar, si no se hace con cuidado, alterar su imagen.

Los fotógrafos Gregori Civera (izquierda) y Jorge Ribalta en la galería Àngels Barcelona.

Pero todo esto tiene un efecto reparador: el hecho de que el dispensario sea el protagonista de la exposición de los fotógrafos Jorge Ribalta y Gregori Civera en la galería Àngels Barcelona (calle del Pintor Fortuny, 27, en cartel hasta el 24 de mayo), titulada Fiebre de la materia. Aproximaciones al dispensario antituberculoso del Raval, Barcelona. "Queremos que la exposición sirva como espacio para el debate público sobre el futuro del edificio –dice Ribalta–. Me parecía perverso crear esta oposición entre dos servicios públicos, como si cultura y salud tuvieran que competir. Me pareció incluso demagógico que un gobierno de izquierdas instrumentalizara el museo para ir en contra de un CAP". El dispensario es muy frágil, muy delicado –sigue Ribalta–. Si se le quita un uso cotidiano, se convertirá en una ruina muy rápidamente. Dar un uso cultural a un edificio como éste me parece absurdo. Mi posición es defender que el uso patrimonial de este edificio, en un barrio de rentas bajas como el Raval, pasa justamente por preservarlo como edificio de uso sanitario". edad del dispensario

Jorge Ribalta y Gregori Civera son amigos desde hace años, y Civera fue uno de los fotógrafos seleccionados por Ribalta para la exposición sobre Barcelona enmarcada en el Pla de Barris que se pudo ver en el Macba hasta enero, Una ciudad desconocida bajo la niebla. Nuevas imágenes de la Barcelona de los barrios. Civera fotografió el dispensario por primera vez en 1993, recién graduado, para una monografía para el arquitecto Antonio Pizza, e hizo también el seguimiento de la construcción del Macba, que empezó dos años después. Y volvió a fotografiar el dispensario el pasado año, con motivo del cambio de uso del edificio. En cuanto a Ribalta, retrató el dispensario durante unas obras de mantenimiento que se realizaron en el 2016, pero no hizo las copias. Cuando supo que Civera había regresado al edificio, le propuso dialogar sus trabajos. Ambos trabajan con fotografía analógica. Y para ambos, retrospectivamente, el dispensario es "el inicio de un largo proceso de reforma del Raval que será determinante sobre todo a partir de los años 1980, el impulso regenerador o curativo del que aún persiste hoy en día". Asimismo, consideran la reforma del entorno de la plaza dels Àngels, iniciada a finales de 2024 y que se alargará hasta 2027, como una continuación y la culminación del eje "Del Liceo al Seminario".

Uno de los espacios del dispensario antituberculoso del Raval.
El auditorio del dispensario antituberculoso del Raval.

Un rasgo común en las imágenes de ambos, aunque las de Ribalta son en blanco y negro y las de Civera en color, es el interés por las amplias ventanas del dispensario, como una muestra del afán higienista del proyecto. "La higiene, la ventilación, todos los temas relativos a la luz y la ventilación son fundamentales en este edificio y también definen mucho el programa de la arquitectura moderna", apunta Civera. También comparten la "falta de idealización" de la imagen del edificio, como dice Ribalta, en un momento de sobreproducción de imágenes, renders e imágenes generadas por IA.

Un hito de la Barcelona del Plan Macià

El edificio está formado por dos cuerpos paralelos orientados de este a oeste y articulados en una disposición en L, tal y como detalla un texto de Maurici Pla recogido en la web de arquitectura catalana del COAC. La entrada está ubicada en un jardín semipúblico que da acceso directo a ambos cuerpos. En el bloque de la banda norte se encuentran los consultorios, los laboratorios y los archivos. En el fondo del solar se encuentra la sala de conferencias, y en las plantas superiores la biblioteca. "La disposición de todas las estancias, el sistema de circulaciones y el tratamiento de las fachadas responden a un seguimiento riguroso del programa y del ábaco solar, al margen de las constricciones del emplazamiento. Se trata de un modelo de inserción de los conceptos del racionalismo dentro de un tejido que no es tenido en cuenta, y que queda criticado implícitamente por el

El origen del dispensario se remonta al afán del departamento de Sanidad y Asistencia Social de la Generalitat republicana por combatir "las duras condiciones sanitarias y sociales" derivadas del desarrollo industrial que Barcelona había empezado a experimentar a principios del siglo XIX y que había provocado un "progresivo aumento de los casos de tuberculosis". Sert, Subirana y Torres Clavé, los fundadores del GATCPAC, recibieron el encargo en 1934, y las obras se acabaron en 1938. La razón por la que el edificio se ubicó en el Raval es que uno de los objetivos del Plan Macià era "higienizar esponjando los interiores de la isla más degradados arquitecto e investigador Xavier Llobet en la misma web.

Fachada del antiguo dispensario antituberculoso
Antiguo dispensario antituberculoso

Por otra parte, antes de que Ribalta y Civera, otro artista, Domenec, abordó el impacto higienista que tuvo el dispensario en un trabajo evocador de la muerte del poeta Joan Salvat-Papasseit de tuberculosis en 1924, titulado Interrupciones. 10 años, 1.340 metros. La obra consiste en una mesa sobre la que hay dos maquetas de madera: la de la casa de la calle de Argenteria donde murió Salvat-Papasseit y la del dispensario. La distancia entre ellas, que Domenec califica de "fisura", está cargada de sentido: "Esta fisura de 10 años entre la muerte del poeta y el inicio del hospital se convierte en una metáfora trágica de la distancia entre los deseos y sueños y la posibilidad, siempre precaria, de llevarlos a la práctica", afirma el artista.

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