Biden dice que la ayuda militar clave para Ucrania llegará "en las próximas horas"

Berlín y Londres aparecen como garantes del compromiso europeo con Kiiv y establecen un nuevo marco de defensa en el continente

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Joe Biden, esta mañana del miércoles en la Casa Blanca.

LondresEl presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha felicitado este miércoles por la mañana, desde la Casa Blanca, por la ratificación esta madrugada del Senado del paquete de ayuda militar en Ucrania –que incluye también para Israel y Taiwán –, una vez lo va aprobar el pasado fin de semana el Congreso después de meses de retraso. Ayuda clave para Kiiv, que Biden ha garantizado que empezará a llegar "en las próximas horas" para intentar así frenar la maquinaria de guerra del Kremlin, que ha castigado sistemáticamente las líneas del frente y la retaguardia ucraniana durante el invierno, y que amenaza con una nueva ofensiva, posiblemente en Járkov, a 40 kilómetros de la frontera, que está en el punto de mira, puesto que es la segunda ciudad del país.

Para hacer frente a las críticas del trumpismo, que considera un desperdicio de recursos de los americanos enviar más ayudas a Ucrania, Biden ha trazado una línea recta entre los 61.000 dólares aprobados y la industria de Estados Unidos. "Este paquete es, literalmente, una inversión, en la seguridad de Europa y en nuestra propia seguridad. Estamos enviando equipos a Ucrania de nuestras propias existencias: misiles Patriot fabricados en Arizona, Javelin en Alabama, obuses de artillería hechos en Ohio, Pensilvania y Texas. En otras palabras, estamos ayudando a Ucrania ya la vez invirtiendo en nuestra propia base industrial, reforzando nuestra seguridad nacional apoyando puestos de trabajo en casi 40 estados”.

¿Qué recibirá Ucrania y qué quería Zelenski?

Zelenski necesita más sistemas de misiles tácticos de largo alcance, los ATACMS, para castigar detrás de las líneas enemigas y adentrarse en el territorio controlado por Rusia. Estados Unidos envió un pequeño número de ATACMS, con un alcance de aproximadamente 160 kilómetros. Kiiv ha pedido su versión de largo alcance, 250 km. El ejército ucraniano también necesita obuses de 155 milímetros, que se adaptan a los lanzadores estándar de la OTAN donados por Occidente. De acuerdo con informaciones del New York Times, las fuerzas rusas están disparando 10 veces más que los ucranianos. Y clave también para Kiiv es fortalecer las defensas aéreas. Por eso son fundamentales los misiles antibalísticos Patriot tierra-aire, mencionados explícitamente por Biden en su discurso.

El Pentágono ha informado este miércoles de que ha preparado un paquete de ayuda militar de 1.000 millones de dólares prácticamente de camino que incluye misiles tierra-aire Stinger y otra munición de defensa aérea, obuses de 155 milímetros, misiles guiados antitanques Javelin, municiones de racimo y vehículos de campo de batalla.

También hay munición para los sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad, o Himars, que pueden lanzar misiles ATACMS. Kiiv también espera en las próximas semanas los F-16 de países europeos de la OTAN. Se cree, según también informa el New York Times, que en julio podrían disponer al menos de seis aparatos.

Londres y Berlín, garantes europeos de Kiiv

Y prácticamente al mismo tiempo que Biden comparecía en la Casa Blanca, Reino Unido y Alemania han querido formalizar desde Berlín la sintonía entre los dos aliados a la hora de erigirse en los más firmes garantes del apoyo europeo a Ucrania ante de la agresión rusa. El canciller Olaf Scholz y el premier Rishi Sunak han tenido palabras muy cálidas hacia el presidente Zelenski.

En el encuentro bilateral que han mantenido este miércoles Scholz y Sunak en la capital alemana, ambos se han comprometido a establecer "un nuevo marco para la cooperación en materia de defensa" en el continente, con la vista puesta en la creciente amenaza rusa, el curso de la guerra en Ucrania y el llamamiento generalizado desde distintas cancillerías europeas, así como desde la OTAN, a un aumento del gasto militar.

Rishi Sunak, primer ministro británico, y Olaf Scholz, canciller alemán, este miércoles en Berlín.

El encuentro de Scholz y Sunak ha querido también salir al paso de una preocupación latente en Europa: el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Un tema esencial del que ambos han hablado muy diplomáticamente en público, como cuando el canciller alemán ha recordado que "los presidentes van y vienen", pero que tanto Londres como Berlín confían "en el compromiso a largo plazo" Alianza Atlántica. No lo dicen en público, pues, pero en Europa preocupa, y mucho, al Trump más aislacionista.

Europa, por tanto, confía en una victoria de Biden, que ha vuelto a dejar claro que con la Alianza "nos mantenemos todos juntos contra este brutal dictador [Putin]". Y ha ido más allá, utilizando unas formas retóricas habituales: "El siguiente movimiento de las fuerzas rusas podría ser un ataque directo a un aliado de la OTAN. Y no tendríamos más remedio que ir al ataque, al igual que nuestros aliados de la OTAN nos ayudaron después de los ataques del 11 de Septiembre".

El momento es "histórico", ha dicho Biden, por lo que entre los aliados europeos de la OTAN se mira de reojo hacia Trump. Por eso tanto Berlín como Londres trabajan ya en planes de contingencia sobre qué hacer en caso de que el presidente demócrata perdiera las elecciones. La visita del premier en Berlín sirve, al menos en términos simbólicos, para reforzar el pilar europeo de la Alianza Atlántica que pasa por el sólido compromiso mutuo de ambos países y para recordar al resto de socios lo que antes sólo decía Washington: hay que invertir más en defensa.

Pero, pese a la buena sintonía, las palabras de uno y otro a lo largo de la conferencia de prensa posterior al encuentro también han puesto de manifiesto las diferencias que les separan. Por ejemplo, Berlín sigue rechazando las llamadas, implícitas y explícitas, tanto de la OTAN como de Washington y Londres para entregar a Kiiv los misiles de más largo alcance Taurus, una petición habitual también de Zelenski.

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