Reino Unido

Los conductores de Londres se sublevan contra las zonas de bajas emisiones

La capital británica se convierte en el área más extensa del mundo con un estricto control sobre las emisiones contaminantes de los vehículos

Un bus y otros vehículos particulares pasan junto a un rótulo que indica el nuevo límite de la expansión LEZ y ULEZ, zona de bajas emisiones y zona de ultra bajas emisiones, a partir de este 29 de agosto de 2023. El área afecta al Londres y al Gran Londres y este martes es el primer día que entra en vigor la nueva normativa, diseñada para reducir la contaminación del aire.
29/08/2023
4 min

LondresSe llaman a sí mismos los Blade Runners, y llevan días llevando a cabo actos de sabotaje contra las cámaras que registran los números de matrícula de los vehículos que circulan por el área metropolitana de Londres para controlar a los más contaminantes. Les cortan los cables o las cubren de pintura en protesta por la ampliación de las zonas de bajas emisiones, que ha entrado en vigor la madrugada de este martes, y que ha expandido las restricciones de los ocho distritos centrales de la capital británica a los 32 del Gran Londres.

Lo que el alcalde, el laborista Sadiq Khan, había planteado como un proyecto estrella de salud pública para mejorar la calidad del aire se ha convertido en una envenenada batalla política de la que el gobierno del conservador Rishi Sunak intenta sacar rédito. Una batalla en la que tampoco faltan los divulgadores de todo tipo de teorías de la conspiración –supuestamente la medida atenta contra la libertad individual por utilizar el vehículo privado e impone un control policial sobre los ciudadanos por la capacidad de las cámaras de vigilar sus movimientos– o los que ven detrás de la medida un estado que solamente quiere recaudar impuestos.

Downing Street ha vivido este martes una protesta contra el plan que obliga a que la inmensa mayoría de coches y furgonetas de gasolina salidos de fábrica antes de 2006, y los diesel anteriores a 2015, tengan que pagar 12,50 libras diarias (14,56 euros) para compensar por las emisiones de CO₂. Son, de acuerdo con las estadísticas que maneja la corporación, 1,1 millones de vehículos, entre los que hay registrados en la ciudad y los que a diario entran desde los condados de los alrededores.

Imagen de la protesta de este mediodía delante de Downing Street.

Además de la manifestación ante la residencia oficial del primer ministro, la protesta más radical se ha vuelto a poner de manifiesto en las últimas horas cuando algunas de las cámaras que controlan el cumplimiento de las normas ULEZ (las zonas de ultrabajas emisiones, en las siglas en inglés) han sido saboteadas por los mencionados Blade Runners. En Bromley, en el sureste de Londres, hasta cuatro ha sido cubiertas con pintura roja para impedir que puedan leer las matrículas. Algunas imágenes de las acciones de los saboteadores se han podido ver en las redes sociales. En los últimos siete días se han registrado más de 300 incidentes que han inutilizado otras tantas cámaras, según la denuncia de Scotland Yard. En principio, se han desplegado casi 2.500 cámaras.

Las zonas de bajas y ultrabajas emisiones se introdujeron en el centro de Londres en el 2019 –es una tasa independiente del Congestion Charge, peaje que satisfacen a todos los vehículos para circular por él– y se amplió en el 2021 a los 8 suburbios interiores de la ciudad. Con la ampliación a los 32 exteriores, es decir, en todos los distritos administrativos de la capital, Londres se ha convertido en el área más extensa del mundo donde existe un control estricto sobre las emisiones de los vehículos que circulan.

Debate político

Una de las críticas más habituales al programa ULEZ es que afecta, sobre todo, a las personas con menos recursos económicos, porque son, en general, las que tienen un parque móvil más envejecido y menos posibilidades de renovarlo. En momentos en que la presión sobre los bolsillos de los británicos ha aumentado extremadamente por la inflación de los alimentos y la subida de los precios de la energía, el gobierno –el único responsable de la política económica– ha visto la oportunidad de atacar a la oposición.

En la elección parcial del mes de julio para cubrir la vacante dejada por el dimisionario Boris Johnson, en el distrito de Uxbridge y South Ruislip –uno de los del Gran Londres–, la eliminación de la zona ULEZ fue la gran apuesta electoral del candidato conservador. Contra todo pronóstico, los tories conservaron el escaño, aunque por menos de 500 votos. Sadiq Khan reconoció el papel que tuvo la cuestión de las zonas de ultrabajas emisiones, y el líder laborista, Keir Starmer, pidió al alcalde que repensara la conveniencia de la entrada en vigor. Sin embargo, Khan hizo caso omiso. Y Sunak y sus ministros cargaron en contra de la medida y hoy han vuelto a salir en tromba para atacarla, calificándola de recaudatoria. El ULEZ será, pues, un tema de debate para las elecciones generales del 2024.

En 2019, el primer año de funcionamiento, el ULEZ contribuyó con 39 millones de libras a los ingresos de Transport for London (TFL), la compañía de la que dependen el metro, los buses y los trenes urbanos de superficie. En 2020 recaudó 91 millones; en 2021, 38, y en 2022, 111. Y si bien Transport for London se beneficia de este impuesto, también es cierto que Londres es una de las pocas ciudades del mundo que no recibe financiación gubernamental para los costes operativos de la red de transporte, que a estas alturas atraviesa una profunda crisis económica. En los próximos dos años, TFL recibirá unos 200 millones de libras más por la nueva tasa, pero el impuesto caerá a partir del 2027, cuando se prevé que haya un descenso notable de la circulación de los vehículos más contaminantes.

Un 50% menos de partículas contaminantes

Por lo que se refiere a los beneficios sobre la calidad del aire de la tasa, los detractores, sencillamente, no creen los datos oficiales. Estos indican que unas 4.000 personas mueren prematuramente al año por los problemas respiratorios cuyo origen es la contaminación por CO₂.

Desde la implementación de las zonas LEZ y ULEZ en los distritos centrales de Londres, gracias al descenso de circulación de coches, se ha logrado reducir casi un 50% los elementos contaminantes del aire. Esto, de acuerdo con los estudios oficiales, se ha traducido en un tercio menos niños ingresados en hospitales por problemas pulmonares.

Si se comparan estos datos de zonas con tasa LEZ y ULEZ con los distritos del Gran Londres que hasta ahora no tenían, el mayor número de muertes prematuras se encuentra justamente en estas áreas más contaminadas. Más aún: de las 30 consultas de médicos de cabecera con peores datos de enfermos con problemas respiratorios, 24 se encuentran en zonas hasta ahora sin impuestos por contaminación. La batalla entre conductores y alcalde está servida, y las redes ofrecen una ya habitual plataforma populista de combate.

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