El conservador Alexander Stubb lidera el recuento en la primera vuelta de las presidenciales en Finlandia

BarcelonaEl conservador Alexander Stubb se ha impuesto en la primera vuelta de las elecciones presidenciales finlandesas de este domingo con el 27,1% de los votos, frente al 25,8% del ecologista Pekka Haavisto, con el 99% escrutado. El ultraderechista Jussi Halla-aho, con el 19%, queda fuera de la segunda vuelta, que se celebrará el 11 de febrero.

Aunque Finlandia tiene un sistema poco presidencialista, el jefe del Estado, que también actúa como comandante de las fuerzas armadas, participa de las decisiones en materia de política exterior y de seguridad, de acuerdo con el gobierno de turno. Y precisamente la amenaza de Rusia, con la que Finlandia comparte una frontera de 1.300 kilómetros, ha marcado la campaña. Tradicionalmente, Finlandia había mantenido una posición equidistante entre Rusia y la OTAN, pero la invasión de Ucrania forzó un cambio en Helsinki. Stubb sucederá a Sauli Niinistö, que ha agotado el plazo de dos mandatos de seis años en el cargo fijado por la Constitución, y que promovió el ingreso del país en la Alianza Atlántica, una decisión histórica que hasta que no comenzó la guerra en Ucrania tenía un apoyo muy minoritario en Finlandia.

Stubb (55) y Haavisto (65) eran los candidatos con mayor experiencia en política internacional y de seguridad. El conservador, jefe del ala más liberal de la Coalición Nacional (Kokoomus), es un eurófilo convencido y empezó su carrera política hace veinte años como diputado en el Parlamento Europeo. Después ocupó varios ministerios, y también asumió brevemente el cargo de primer ministro, entre 2014 y 2015. Tras perder el liderazgo de su partido a manos de Petteri Orpo, el actual primer ministro finlandés, fue a trabajar al Banco Europeo de Inversiones. En los últimos años había sido apartado de la política, pero justamente sus planteamientos sobre seguridad a raíz de la agresión rusa a Ucrania, volvieron a impulsarlo ante la opinión pública.

Haavisto había sido ministro de Exteriores y aunque milita en el Partido Verde, decidió presentarse como independiente para atraer a un electorado más amplio de sectores progresistas y liberales. También es el primer candidato a la presidencia abiertamente gay de la historia de Finlandia. Es un político bien valorado por su carácter afable y por el papel que jugó en el gobierno de la socialdemócrata Sanna Marin. También fue clave en las negociaciones por la integración en la OTAN, que Finlandia logró en un tiempo récord, mientras que la vecina Suecia todavía está a la espera por las trabas que le han puesto Turquía y Hungría.

El gran damnificado de las elecciones es el populista y euroescéptico Halla-aho, cuyo discurso antiinmigración llegó a costarle una condena por incitación al odio, que había adelantado a las encuestas en las últimas semanas. Ultranacionalista, defensor de los valores tradicionales finlandeses, su partido (antes llamado Auténticos Fineses) forma parte del actual gobierno de derechas,después de conseguir un 20% de los votos en las últimas elecciones.