Crónica desde un hospital de campaña en Ucrania: Operaciones de noche a los soldados heridos para evitar los drones rusos

Los aparatos no tripulados se han convertido en la principal pesadilla para quienes están expuestos en primera línea

Járkov"Estamos en medio del río Járkov", dice mi compañero. O eso es lo que dicen los GPS en esta ciudad del noreste de Ucrania, donde estos sistemas no funcionan y dan posiciones falsas cada vez que suenan las sirenas que preceden a los bombardeos. Aunque la ciudad lleva dos días recuperando el sistema lumínico en las calles y ya no es una masa negra cuando se pone el sol, los bombardeos siguen acosándola durante la noche. La de Ucrania se está convirtiendo en la guerra de la tecnología: conseguir bloquear los GPS de los teléfonos y al mismo tiempo mantener la señal de internet y el servicio telefónico no está al alcance de cualquiera.

Obviamente, Estados Unidos está detrás de esta nueva herramienta, que nunca había visto en los 25 años que llevo cubriendo conflictos. En cuanto a los drones, la primera vez que recuerdo su uso en el ámbito doméstico fue en la ofensiva de Sirte (Libia) contra Estado Islámico en el 2016 en tareas de mapeo, y poco después los propios yihadistas los utilizaron en la batalla de Mosul con un objetivo ofensivo.

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Pero en la guerra en Ucrania, donde se han producido en masa, un dron de sólo unos cientos de euros puede destruir máquinas de miles de euros, además del miedo psicológico que generan en ambos bandos. Recuerdo un vídeo de hace algunos meses en el que un grupo de infantería rusa fue atacado por un dron ucraniano: los supervivientes atemorizados cometen el gran error de entrar en un pequeño vehículo Lada, en vez de huir a pie cada uno en una dirección, e intentan escapar, pero pocos segundos después, el coche estalla por un segundo impacto.

Si te persigue un dron, no te puedes esconder en ninguna parte. Van a velocidades asombrosas y pueden cazar cualquier objetivo terrestre. Ésta es la razón por la que todos los hospitales que visitamos operan sólo de noche. Si bien es cierto que hay drones que tienen cámaras térmicas, todavía son pocos, en comparación con los que no disponen de ellos. Una forma de reducir el peligro de forma exponencial es realizar las actuaciones de infantería en campo abierto cuando ya no hay luz, lo que se traduce también en que los traslados de los heridos y las evacuaciones a grandes ciudades se hacen de noche.

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El tiempo es oro

No mucho después de que caiga el sol aparecen los primeros heridos en un grupo de varios soldados. Uno de ellos, herido grave, es trasladado inmediatamente para que reciba atención, donde personal del equipo médico (entre ellos un médico de cirugía de combate, tres paramédicos y una enfermera) le liberan de los torniquetes y detienen las hemorragias. El procedimiento es simple, se trata de llenar de gasas esterilizadas el vacío que ha dejado la metralla en el espacio que antes formaba parte de su cuerpo. El médico introduce estas gasas hasta intentar detener la hemorragia, mientras otro se ocupa del neumotórax traumático (afección caracterizada por la presencia de aire en el espacio pleural, lo que hace que el pulmón colapse parcial o totalmente causando la muerte) introduciendo una sonda pleural entre las costillas, para eliminar el exceso de aire. La sonda entra lateralmente por el lado y desaparece en el interior del cuerpo del soldado. Una vez terminados todos los procedimientos en el hospital, proceden a su rápida evacuación a un hospital en la ciudad de Járkov, hasta donde queda todavía un largo trayecto, en el que las esperanzas de vivir o morir van condicionadas según el tiempo que se tarda en llegar. En realidad, las probabilidades de vivir o morir siempre se miden en tiempo. Por ejemplo, “si pierdes una pierna o un brazo, debes poner en frío la extremidad en el plazo de una hora máximo para poder recomponerlo, pasado este tiempo ya no se puede hacer nada”, nos dice Maxim , uno de los médicos. “El hecho de llegar a un hospital lo antes posible lo determina todo, pero dependiendo de las heridas, hay que evacuar hacia un hospital donde el equipamiento sea diferente; y el tiempo, una vez más, lo marca todo”.

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Los hospitales, objetivos prioritarios

Antes eran la artillería y los francotiradores, pero todo esto era una cuestión de suerte y experiencia mezcladas, en la que más o menos podías aspirar a sobrevivir si comprabas muchos números en la lotería imaginaria de la vida y la muerte en la frente (aunque fuera con lesiones permanentes), pero los drones lo han cambiado todo, éste es el principal temor de todos los que se encuentran expuestos en primera línea, especialmente los hospitales que son objetivos prioritarios para el enemigo, porque no sólo destruyen vidas y una instalación preciada, sino que también deshacen la esperanza, porque estos elementos son los únicos puentes que te unen con la posible supervivencia de alguien que cae herido en combate. “Por favor, ¿me dejarás ver las fotos antes de publicarlas?”, es lo último que nos dice el jefe de prensa del hospital antes de despedirse. "Hace unos días vino una televisión y grabó todo el exterior de sus instalaciones. El mismo día que vimos las imágenes, tuvimos que mover las instalaciones al sitio donde nos encontramos ahora”.

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