La disyuntiva europea: reforzarse o desintegrarse

BarcelonaEl mayor número de conflictos activos desde la Segunda Guerra Mundial; un cambio en el orden mundial inédito en décadas; el creciente descrédito de las instituciones multilaterales, y una democracia que se erosiona en prácticamente todo el mundo. En este contexto, algunos de los principales actores internacionales afrontarán el 2024 como un año especialmente intenso y determinante. Entre los procesos políticos más importantes del próximo año están las elecciones al Parlamento Europeo. "Cada vez que vienen elecciones europeas tendemos a pensar que son las más trascendentales. Volveremos a sentir que son determinantes para el futuro de Europa", ha afirmado el director del Cidob, Pol Morillas, quien ha concluido que, efectivamente, "lo serán "porque Europa se encuentra en una "bifurcación": o se refuerza o se desintegra.

El principal centro de investigación en relaciones internacionales de Cataluña ha presentado este martes la 33ª edición del Anuario Internacional Cidob 2023, que este año, por primera vez, se publica también en catalán. En un debate público organizado con el diario ARA, bajo el título "Europa ante el retroceso de la democracia y la rivalidad entre potencias", Morillas ha esbozado los principales retos internacionales del próximo año, con un diálogo con el periodista y filósofo Josep Ramoneda moderado por la directora del ARA, Esther Vera. En el acto también ha participado el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

Sobre las elecciones al Parlamento Europeo, Morillas ha afirmado que serán unos comicios "que pasarán cuentas de un momento extraordinario de la historia de Europa", en que se han producido numerosas crisis que se han ido solapando y en las que, "a corto plazo, la UE ha dado una buena respuesta". "Podríamos pensar que las fuerzas tradicionales europeas podrían capitalizarlo, pero nos encontraremos un discurso crecientemente euroescéptico, que ve en Bruselas la fuente de todos los males y que quiere reforzar el regreso al estado nación". "Será especialmente importante entender esta bifurcación: una Europa más unida, más geopolítica, que se refuerza, o una Europa que se desintegra hacia el poder de los estados", concluyó.

"Estas elecciones europeas llegan en un momento en que avanzamos de forma descarada hacia formas de totalitarismo posdemocrático y una tendencia creciente hacia partidos de extrema derecha, que están arrastrando a las derechas tradicionales", ha alertado Ramoneda. Entre las causas, ha apuntado fracturas sociales crecientes y "sociedades que se sienten amenazadas", y ha concluido que "el panorama es inquietante" porque "el síntoma constatado es que la democracia está en retirada".

El presidente de la Generalitat ha alertado de que, pese a que Catalunya tiene "un componente democrático muy sólido", debe afrontar las desigualdades para evitar también el crecimiento de la extrema derecha. "Como en otros momentos de la historia, momentos de gran incertidumbre respecto al futuro y de cambios acelerados, parte de la ciudadanía expresa sentimientos de miedo, angustia, desesperanza. Y en un contexto como el actual lo aprovechan fuerzas reaccionarias, ubicadas en la extrema derecha", ha afirmado. "No somos una sociedad que tengamos inmunidad ante la llegada de fenómenos reaccionarios", ha concluido.

Año de urnas y armas

Morillas ha coincidido con Ramoneda sobre la "degradación de la democracia como sistema de gobierno", porque crecen los estados cada vez más autoritarios y también el número de países democráticos que degradan sus estándares de estado de derecho. Ha utilizado el titular del documento de tendencias del Cidob para 2024 para avisar de que 2024 será un año "de urnas y armas". "Es cierto que 4.000 millones de personas podrán votar este año pero no todas las elecciones son iguales", ha destacado. Las europeas serán libres y democráticas, pero algunas sólo servirán para legitimar regímenes totalitarios, como el de Rusia, ha resumido. Y ha indicado que "las elecciones son un componente fundamental en democracia, pero no es suficiente". "Estamos en un mal momento para la democracia, pese a que habrá un gran número de elecciones".

Esta erosión democrática global se produce en "un momento de cambio del orden internacional inédito en las últimas décadas", ha avisado al director del Cidob. Un "proceso de cambio acelerado", según Ramoneda, en el que una de las consecuencias es la pérdida de legitimidad de las instituciones multilaterales, como Naciones Unidas.

"Estamos en un momento de gestión de la crisis constante", concluyó Morillas, lo que provoca "desconcierto y perplejidad, incluida la incapacidad de organismos internacionales" para garantizar la paz global. Este momento se explica, en parte, porque el poder está cambiando de manos, con el auge de nuevas potencias como China, Arabia Saudita, Irán y Turquía, que se disputan su cuota de poder a nivel internacional . "La historia nos dice que, cuando esto ocurre, la probabilidad más alta es que acabe en conflicto abierto, sobre todo entre la potencia ascendente y la descendente. Que acabe en conflicto no está escrito, pero sí está escrito que ha pasado muchas veces en la historia", ha alertado. Y el descrédito de las instituciones multilaterales como plataformas de gestión común de las crisis internacionales hace aún más difícil encontrar una solución o territorios de consenso.

Sin embargo, como elemento optimista, ha subrayado que el mundo ahora también es mucho más interdependiente . Como ejemplo, ha indicado que en el momento en que Estados Unidos y la Unión Soviética estaban más interconectados, el volumen de comercio entre los dos bloques en un año es el que ahora existe entre China y Estados Unidos a diario. "Hay una serie de dinámicas globales que nos hacen pensar que lo peor es posible, pero también que hay redes de contención.statu quo es un garante para las potencias internacionales".