La extrema derecha gana por primera vez las elecciones en Austria
El partido del controvertido Herbert Kickl se impone con margen aunque no tiene mayoría fácil para formar gobierno
BerlínPor primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, la extrema derecha se ha impuesto a unas elecciones parlamentarias en Austria. El Partido de la Libertad (FPÖ), liderado por el ultranacionalista Herbert Kickl, ha sido la formación más votada en los comicios que se han celebrado este domingo para renovar la Cámara Baja del Parlamento austríaco, según las proyecciones basadas en voto real. El FPÖ ya ganó las elecciones europeas de junio, pero nunca había quedado en primera posición a nivel nacional. Kickl ha logrado el mejor resultado nacional de este partido ultraderechista, superando incluso al que tuvo en 1999 el histórico dirigente Jörg Haider (1950-2008).
Pese a ganar las elecciones parlamentarias, el FPÖ no puede gobernar en solitario, ya que no ha conseguido una mayoría de 92 escaños necesarios, por lo que deberá buscar un socio de coalición. A la espera de conocer los resultados definitivos, el FPÖ se impondría con un 29% (12,8 puntos más que en 2019), seguido por el democristiano Partido Popular Austríaco (ÖVP) del canciller saliente, con el 26,3% (- 11,2%). El Partido Socialdemócrata (SPÖ), con el 21% (-0,2%), queda en tercera posición y encaja el peor resultado. También conseguirían escaños el partido liberal NEOS y Los Verdes, con un 9,1% y un 8,3% de intención de voto respectivamente. Los liberales ganarían un 1%, mientras que los ecologistas, socio minoritario del gobierno saliente, pierden el 5,6%.
En cambio, se quedarían fuera del hemiciclo los comunistas del KPÖ y el “Bierpartei” (Partido de la Cerveza) del músico punk y médico de profesión Dominik Wlazny, alias Marco Pogo. Estos dos partidos pequeños no conseguirían superar el listón del 4% de votos necesarios para entrar al Consell Nacional (Nationalrat), el cuarto bajo del Parlamento austríaco.
La extrema derecha obtendría 57 escaños; los conservadores, 51; los socialistas, 40; los liberales, 18; los ecologistas, 17; y escaños, según las proyecciones de la prensa austríaca. En el hemiciclo saliente, el ÖVP tenía 71 escaños; el SPÖ, 40; la extrema derecha del FPÖ, 30 escaños, Els Verds, 26; los liberales de NEOS, 15 escaños; y había un diputado independiente.
Negociaciones para formar gobierno
Tras los comicios, comienzan las negociaciones para formar gobierno. "Los votantes se pronunciaron", dijo Kickl tras su histórica victoria electoral. “El resultado es un mensaje claro de que las cosas no pueden seguir así en el país. Estamos preparados para dirigir un gobierno”, añadió el líder del FPÖ.
Pese a quedar en segunda posición, el Partido Popular Austríaco tiene la clave del gobierno. Existen tres posibilidades: una coalición entre el FPÖ y ÖVP, con los conservadores como socio minoritario; una entre el ÖVP, el SPÖ y los liberales de NEOS, donde la extrema derecha quedaría fuera; o un acuerdo entre los conservadores, los socialdemócratas y Els Verds, donde la extrema derecha también quedaría al margen. El Partido Popular Austríaco, ÖVP, ya había dejado claro durante la campaña electoral que descarta a una coalición con Kickl como jefe del FPÖ y ellos como partido minoritario.
Hasta ahora, los conservadores ÖVP gobernaban Austria en coalición con Els Verds. El FPÖ era la tercera fuerza política en Austria, detrás de los democristianos y socialdemócratas.
A diferencia de Francia o Alemania, donde existe un cordón sanitario para evitar la llegada al poder de la extrema derecha, el FPÖ ya ha sido socio menor de gobiernos democristianos y socialdemócratas anteriormente.
Un perfil muy controvertido
El partido de Kickl, ex ministro de Interior, partía como favorito en estos comicios. Kickl se afilió en 1995 al FPÖ, seducido por el discurso del carismático líder ultra Jörg Haider. Kickl, que había trabajado entre bastidores en la FPÖ como estratega y redactor de discursos, tomó en junio del 2021 las riendas de ese partido fundado por exnazis en 1959 y lo radicalizó aún más.
El líder ultraderechista, de 55 años, es un político controvertido en Austria por ser antiinmigración, proruso, euroescéptico y antivacunas. El líder del FPÖ, declarado admirador del primer ministro húngaro Viktor Orbán, ha logrado que su partido sea el más votado con una retórica xenófoba, antisistema y populista. Kickl había prometido durante la campaña electoral a los austríacos que si le votaban sería el Volkskanzler (canciller del pueblo, en alemán), un término problemático en Austria porque los nazis usaron en la década de 1930 para describir al dictador Adolf Hitler.
El canciller saliente Karl Nehammer no ha logrado, como confiaban en el partido conservador, “el efecto inundaciones” o “el efecto Schröder”. En plena campaña para las elecciones del 2002, el entonces canciller socialdemócrata alemán saliente Gerhard Schröder se calzó las botas de agua, visitó las zonas afectadas por las inundaciones del Elba y logró dar la vuelta a los resultados derrotando al candidato conservador Edmund Stoiber, que partía como favorito.
La rápida movilización del gobierno de Nehammer tras las recientes inundaciones en Austria por la borrasca Boris y las promesas de ayuda a los damnificados no han logrado finalmente inclinar la balanza a su favor, pese a haber acortado distancias en las encuestas en los últimos días . A Kickl, en cambio, no parece haberle pasado factura el discurso negacionista del cambio climático.