Europa

La extrema derecha gana por primera vez las elecciones en Austria

El partido del controvertido Herbert Kickl se impone con margen aunque no tiene mayoría fácil para formar gobierno

El líder del Partido de la Libertad, Herbert Kickl, celebra su victoria electoral con su equipo en Viena.
Beatriz Juez
29/09/2024
4 min

BerlínPor primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, la extrema derecha se ha impuesto en unas elecciones parlamentarias en Austria. El Partido de la Libertad (FPÖ), liderado por el ultranacionalista Herbert Kickl, ha sido la formación más votada en los comicios que se han celebrado este domingo para renovar la Cámara Baja del Parlamento austríaco. El FPÖ ya ganó las elecciones europeas de junio, pero nunca había quedado en primera posición a nivel nacional. Kickl ha logrado el mejor resultado nacional de este partido ultraderechista, superando incluso al que tuvo en 1999 el histórico dirigente Jörg Haider (1950-2008).

Aunque ha ganado las elecciones parlamentarias, el FPÖ no puede gobernar en solitario –no ha conseguido la mayoría de 92 escaños necesarios–, por lo que deberá buscar un socio de coalición. L'FPÖ se ha impuesto con casi el 29% de los votos (12,8 puntos más que en 2019), seguido por el democristiano Partido Popular Austríaco (ÖVP) del canciller saliente, con un 26,3% (-11,2%). El Partido Socialdemócrata (SPÖ), con un 21% (-0,2%), queda en tercera posición y encaja el peor resultado. También logran escaños el partido liberal NEOS y Els Verds, con un 9,1% y un 8,3% de intención de voto respectivamente; mientras los liberales ganan un 1% de los votos, los ecologistas, socio minoritario del gobierno saliente, pierden un 5,6%.

En cambio, se quedan fuera del hemiciclo los comunistas del KPÖ y el Bierpartei (Partido de la Cerveza) del músico punk y médico de profesión Dominik Wlazny, alias Marco Pogo. Estos dos partidos pequeños no logran superar el listón del 4% de votos necesarios para entrar en el Consell Nacional (Nationalrat), el cuarto bajo del Parlamento austríaco.

La extrema derecha obtiene 56 escaños; los conservadores, 52; los socialistas, 41; los liberales, 18, y los ecologistas, 16. En el hemiciclo saliente, el ÖVP tenía 71 escaños; el SPÖ, 40; la extrema derecha de la FPÖ, 30; Los Verdes, 26; los liberales de NEOS, 15, y había un diputado independiente.

Resultat de les eleccions austríaques
En escons al Consell Nacional (Nationalrat), la cambra baixa del Parlament austríac

Partit Popular Austríac (ÖVP)

52

Partit Socialdemòcrata (SPÖ)

41

NEOS

18

Partit de la

Llibertat (FPÖ)

56

Els Verds

16

71

40

92

Majoria

15

Consell Nacional

183 escons

31

26

2024

2019

92

Consell

Nacional

183 escons

2024

2019

56

Partit de la Llibertat (FPÖ)

31

52

Partit Popular Austríac (ÖVP)

71

41

Partit Socialdemòcrata (SPÖ)

40

18

NEOS

15

16

Els Verds

26

92

Consell

Nacional

183 escons

2024

2019

56

Partit de la Llibertat (FPÖ)

31

52

Partit Popular Austríac (ÖVP)

71

41

Partit Socialdemòcrata (SPÖ)

40

18

NEOS

15

16

Els Verds

26

Negociaciones para formar gobierno

Tras los comicios, comienzan las negociaciones para formar gobierno. "Los votantes se han pronunciado –dijo Kickl después de su histórica victoria electoral–. El resultado es un mensaje claro de que las cosas no pueden seguir así en el país. Estamos preparados para dirigir un gobierno”, añadió el líder del FPÖ.

Pese a quedar en segunda posición, el Partido Popular Austríaco tiene la clave del gobierno. Hay tres posibilidades: una coalición entre la FPÖ y la ÖVP, con los conservadores como socio minoritario; una entre el ÖVP, el SPÖ y los liberales de NEOS, de la que la extrema derecha quedaría fuera; o un acuerdo entre los conservadores, los socialdemócratas y Los Verdes, de la que la extrema derecha también quedaría al margen. El Partido Popular Austríaco, el ÖVP, ya había dejado claro durante la campaña electoral que descarta a una coalición con Kickl como jefe del gobierno y ellos como partido minoritario.

Hasta ahora los conservadores del ÖVP gobernaban Austria en coalición con Els Verds. El FPÖ era la tercera fuerza política en Austria, detrás de los democristianos y de los socialdemócratas.

A diferencia de Francia o Alemania, donde existe un cordón sanitario para evitar la llegada al poder de la extrema derecha, el FPÖ ya ha sido socio minoritario de gobiernos democristianos y socialdemócratas anteriormente.

Un perfil muy controvertido

El partido de Kickl, exministro del Interior, partía como favorito en estos comicios. Kickl se afilió en 1995 al FPÖ, seducido por el discurso del carismático líder ultra Jörg Haider. Kickl, que había trabajado entre bastidores en la FPÖ como estratega y redactor de discursos, tomó en junio del 2021 las riendas de ese partido fundado por exnazis en 1959 y lo radicalizó aún más.

El líder ultraderechista, de 55 años, es un político controvertido en Austria por ser antiinmigración, pro-ruso, euroescéptico y antivacunas. El líder del FPÖ, declarado admirador del primer ministro húngaro Viktor Orbán, ha logrado que su partido sea el más votado con una retórica xenófoba, antisistema y populista. Kickl había prometido a los austríacos durante la campaña electoral que, si le votaban, sería el volkskanzler (canciller del pueblo, en alemán), un término problemático en Austria, porque es el que los nazis utilizaron durante la década de 1930 para describir al dictador Adolf Hitler.

El canciller saliente Karl Nehammer no ha logrado, como confiaban en el partido conservador, “el efecto inundaciones” o “el efecto Schröder”. En plena campaña de las elecciones del 2002, el entonces canciller alemán saliente, Gerhard Schröder, del partido socialdemócrata, se calzó las botas de agua, visitó las zonas afectadas por las inundaciones del Elba y logró dar la vuelta a los resultados derrotando el candidato conservador Edmund Stoiber, que partía como favorito.

La rápida movilización del gobierno de Nehammer tras las inundaciones recientes en Austria por la borrasca Boris y las promesas de ayuda a los damnificados no han logrado, finalmente, decantar la balanza a su favor, pese a haber acortado distancias en las encuestas en los últimos días. A Kickl, en cambio, no parece haberle pasado factura el discurso negacionista del cambio climático.

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