El giro de guión de Meloni complica el uso del dinero ruso de la UE y el acuerdo con Mercosur
Los dirigentes europeos se reúnen en Bruselas para discutir sobre cómo continuar financiando a Ucrania y el pacto comercial con los aliados de América Latina
BruselasGiorgia Meloni, pese a ser la principal dirigente de extrema derecha de la Unión Europea, es una aliada completamente fiable en el blog. Las dudas iniciales sobre su compromiso con el proyecto comunitario se desvanecieron en breve y, de hecho, se ha erigido en una de las líderes más influyentes de los pasillos de Bruselas, especialmente en materia migratoria. Sin embargo, su giro de guión de los últimos días sobre el uso de los fondos rusos congelados en la UE para financiar a Ucrania y el acuerdo comercial con Mercosur –Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia– amenazan con complicar la cumbre europea de este jueves en la capital belga.
El país que atasca destinar ese dinero ruso en forma de préstamo en Kiiv es Bélgica. Alrededor del 85% de estos fondos se encuentran en un depósito en Bruselas, en el Euroclear, y el gobierno de Bart De Wever teme las potenciales consecuencias judiciales y económicas que puede tener esta iniciativa para su país. De hecho, se trata de una medida que despierta dudas legales y el Banco de Rusia ha denunciado ya a la justicia rusa la congelación permanente de ese dinero. Por eso, Bélgica pide garantías legales y que, en el peor de los casos, el global de la UE asuma conjuntamente el coste de devolver el dinero a Rusia, no sólo el país belga.
La primera vez que Bruselas puso esta opción sobre la mesa, varios estados miembros presentaban reticencias, incluso Alemania o Francia. Ahora bien, la Comisión Europea ha ido convenciendo a la gran mayoría de gobiernos, que quieren seguir ayudando a Ucrania y, a la vez, evitar rascarse más el bolsillo. Aparte de Bélgica, los únicos socios contrarios eran los pro-rusos, Hungría y Eslovaquia.
Sin embargo, Italia firmó una carta con Bélgica, Malta y Bulgaria en la que criticaba que los estados miembros aprobaran por urgencia la congelación definitiva de estos fondos, que hasta ahora debía ir prolongando cada seis meses. Se tomó esta edición para evitar que, teniendo en cuenta que se pretenden utilizar para ayudar a Ucrania, Hungría y Eslovaquia vetaran su bloqueo en un futuro.
Meloni no se muestra en contra de utilizar los fondos rusos para financiar a Ucrania, pero criticó que se congelaran de manera permanente por un proceso de urgencia y que se presionara tanto a De Wever. Una ambivalencia similar a la mostrada con la ratificación final del acuerdo comercial con Mercosur, sobre el que tiene la clave.
El acuerdo de no terminar nunca
El inicio de las negociaciones con Mercosur empezaron hace 25 años y, cuando parecía que el acuerdo ya estaba cerrado, algunos estados miembros amenazan con dinamitarlo. Francia y Polonia, ambos socios con una industria agroalimentaria más potente del blog, siempre se han mostrado contrarios. El pacto retirará los aranceles en el 91% de los productos y considera que, por ejemplo, abrirse al mercado de la carne bovina de Argentina puede perjudicar a la competitividad del sector cárnico europeo. Estos dos estados –más otros pequeños, como Austria– por sí solos no suman una minoría suficientemente grande para tumbar el acuerdo, pero el hecho de que se añada Italia sí evitaría alcanzar la mayoría calificada en la UE. Es decir, Meloni vuelve a ser determinante.
Estaba previsto que el acuerdo se ratificara esta semana y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, lo firmaran este sábado definitivamente en un acto oficial en Iguazú (Brasil) con los dirigentes de Mercosur. Sin embargo, Meloni pide ahora más margen de tiempo para reevaluar el acuerdo y consultarlo con los agricultores italianos. Sin embargo, hay que recordar que el gobierno italiano está dividido: una parte se muestra favorable, como la que encarna Antonio Tajani (del Partido Popular Europeo), y otra parte en contra, como la que lidera Matteo Salvini, que es de extrema derecha.
Fuentes diplomáticas de la UE advierten que las vacilaciones de Francia o Italia pueden dejar en jaque el acuerdo y advierten de que al otro lado del Atlántico se está acabando la paciencia. En este sentido, el presidente de Brasil, Lula da Silva, es el que se mostró más duro y aseguró que, si no se sella el pacto este fin de semana, el país brasileño ya no lo firmará mientras él sea presidente.
Mercosur no está previsto en la agenda del Consejo Europeo de este jueves en Bruselas, pero se ha erigido en uno de los temas centrales de la cumbre y fuentes diplomáticas dan por hecho que se discutirá de forma extraoficial. Incluso, no descartan que se cierre el viernes o el sábado a última hora a escala de embajadores de los estados miembros en la UE. Las negociaciones sobre el uso de los fondos rusos congelados también se prevén largas y duras, y será el primer punto que tratarán de forma oficial a los 27 jefes de estado y de gobierno europeos, justo después de que intervenga presencialmente el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.