Los hijos de Berlusconi se venden sus mansiones

RomaCasi ocho meses después de la muerte de Silvio Berlusconi a los 86 años, los cinco hijos del político y empresario, herederos de su fortuna –valorada en más de 5.000 millones de euros–, han empezado a repartirse el inmenso patrimonio inmobiliario de Il Cavaliere. Villa Certosa, la mansión de la isla de Cerdeña que fue escenario de algunos de los escándalos que sacudieron la vida del magnate en sus últimos años al frente del gobierno italiano, es la joya de la corona de la familia y una de las primeras sobre la que sus hijos han colgado el cartel deSe vende. Y no es el único inmueble del que la familia parece dispuesta a deshacerse.

En septiembre, los herederos del magnate firmaron el reparto de la herencia y aceptaron las últimas voluntades de su padre, que dejó en manos de los dos mayores, Marina y Pier Silvio –fruto de su primer matrimonio con Carla Dall'Oglio– las riendas de Fininvest, el conglomerado de todas las empresas de la familia, incluida Media for Europe, l antigua Mediaset. Entre ambos controlarán el 53% de las acciones, mientras que a los tres pequeños, nacidos del segundo matrimonio de Berlusconi con Veronica Lario, les corresponde el 47% restante.

Antes de morir el magnate dividió su imperio empresarial para evitar que su desaparición abriera una guerra fratricida. Sin embargo, no hizo lo propio con su inmenso patrimonio inmobiliario, por lo que, según los medios italianos, los cinco hijos del magnate han decidido vender las propiedades en lugar de repartirse los inmuebles y terrenos.

Según el agencia de noticias italiana Ansa, los Berlusconi ya habrían puesto a la venta varios activos, entre ellos, Villa Gernetto, una residencia del siglo XVIII con 350.000 metros cuadrados de superficie en Brianza, en el norte de Italia. Il Cavaliere soñó con convertirla en sede de su Universidad del Pensamiento Liberal (nunca completada) y también es donde celebró en 2022 un "bodo simbólico" sin valor legal con Marta Fascina, su novia de 33 años.

Esta espectacular mansión neoclásica estaría valorada en cerca de 300 millones de euros. Se suman Villa Grande, en la Vía Appia de Roma; Villa La Lampara en Cannes; Villa Campari, a orillas del lago Mayor; una mansión en la isla de Antigua, y la casa que adquirió en Lampedusa en el 2011, en medio de una de las peores crisis por la llegada de migrantes a la isla cuando era primer ministro. Según Il Corriere della Sera, también estarían en venta dos de los barcos del magnate, así como varios apartamentos en Milán.

La mansión de los escándalos

Pero sin duda la joya de la corona del patrimonio inmobiliario que Il Cavaliere acumuló es Villa Certosa, en Cerdeña, escenario de muchas de sus polémicas fiestas y “cenas elegantes”, como se refería el político a las orgías con prostitutas que organizó durante su último mandato al frente del gobierno de Italia. Y también lugar de recibimiento de mandatarios y líderes internacionales como Vladimir Putin, el británico Tony Blair, el expresidente estadounidense George Bush e incluso los expresidentes del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y José María Aznar. Según el Financial Times, la propiedad estaría a la venta por 500 millones de euros.

Berlusconi adquirió Villa Certosa en Porto Rotondo, en el corazón de la Costa Smeralda, en los años 80. Entonces ya era un empresario de éxito que acaba de lanzar la primera televisión privada en el país, Canale 5. Se trata de una mansión de 4.500 metros cuadrados con más de 60 habitaciones situada en una finca de 120 hectáreas con acceso privado al mar, donde el magnate construyó un teatro, cinco piscinas, campos de fútbol , de tenis y de golf, un gimnasio, una torre e incluso un “jardín medicinal” de casi 300 metros cuadrados. En 2015 la familia rechazó una oferta de un jeque de Emiratos Árabes Unidos por 450 millones de dólares y otra del hijo del rey de Arabia Saudí por unos 500 millones de euros.

La única línea roja de los suyos herederos es Villa San Martino, en Arcore, la histórica residencia de Berlusconi a las puertas de Milán y cuartel general de Fuerza Italia, el partido que fundó hace 30 años. "Queremos que siga siendo el lugar de encuentro de negocios, así como, por supuesto, el punto de encuentro de nuestra familia", confirmó su hija Marina en una entrevista al periodista Bruno Vespa. En la casa, además de ser el lugar donde reposan las cenizas del político, todavía vive encerrada Marta Fascina, que apenas se ha dejado ver en público desde la desaparición del magnate.