Francia

Una Francia en decadencia inicia una nueva crisis política

Macron ya busca nuevo primer ministro pero todavía confía en que no se apruebe la moción de censura

Macron visitando el interior de la nueva catedral de Notre Dame, hace unos días.
03/12/2024
4 min

ParísFrancia se adentra en una nueva crisis política. Pocas horas antes de la votación de la moción de censura, nada parece que pueda evitar la salida del primer ministro, Michel Barnier, y su equipo. En un gesto inédito, los partidos de izquierda y la extrema derecha de Marine Le Pen sumarán fuerzas el miércoles para derribar al gobierno, que fue nombrado hace menos de tres meses. La nueva etapa de inestabilidad coincide con un desencanto de los franceses, que perciben un claro declive de la República.

Según una encuesta hecha por Le Monde, siete de cada diez franceses (72%) creen que en Francia antes las cosas iban mejor y más de la mitad no están satisfechos con la situación en su país. El descontento social crece y es ya masivo: un 87% de los ciudadanos cree que el país está en declive. En la calle, la sensación de crisis social y de decadencia es cada vez más evidente y explica, en parte, el ascenso de la extrema derecha. En las últimas elecciones europeas y legislativas, celebradas este año, el descontento generalizado se ha traducido en resultados históricos para el Reagrupamiento Nacional (RN) de Le Pen.

Desde las legislativas de julio, Marine Le Pen ha conseguido tener la sartén por el mango en la Asamblea y ha jugado con el conservador Barnier hasta el último momento. La censura del gobierno, consecuencia del intento de Barnier de aprobar los presupuestos de 2025 sin someterlos a voto en la Asamblea Nacional, es el síntoma de la inestabilidad parlamentaria, con un hemiciclo más fragmentado que nunca, sin mayorías sólidas , y de la fragilidad de un presidente de la República también en decadencia, que se encuentra en el nivel más bajo de popularidad desde que llegó a el Elíseo.

Si bien el presidente, Emmanuel Macron, ha asegurado este martes que no se cree que mañana se apruebe la moción de censura –"Confío en la coherencia de la gente", ha dicho–, la prensa francesa asegura que ya hace días que da por hecha la censura al gobierno. Desde que Le Pen dio a entender que derribaría a Barnier, el inquilino del Elíseo busca un nuevo primer ministro. Antes de su viaje oficial a Arabia Saudí, donde se encuentra desde el lunes, incluso realizó entrevistas telefónicas y presenciales. Algunos nombres han empezado a circular, todos figuras conservadoras.

Entierro del cordón sanitario

El primer ministro, consciente de que sin el voto del Reagrupament Nacional no podría aprobar los presupuestos de 2025, ha enterrado descaradamente el cordón sanitario para negociar las cuentas exclusivamente con Le Pen, ignorando todo el arco parlamentario de izquierda. Y ha terminado cediendo a algunas de las peticiones de la líder del RN sobre los presupuestos. En vano. Seguramente Barnier no se esperaba que la extrema derecha acabara cumpliendo con la amenaza de censurar al gobierno.

Los partidos de izquierdas han reprochado a Barnier que solo se haya sentado en la mesa a negociar con la extrema derecha. De hecho, es uno de los motivos que han empujado al partido socialista, el más moderado del bloque de izquierdas, a presentar la moción de censura. "[Barnier] Nunca ha intentado debatir con nosotros [los presupuestos]", ha lamentado este martes el líder de los socialistas, Olivier Faure, en BFMTV. "Durante dos meses hemos intentado negociar con el primer ministro, hacerle propuestas, decirle que otro camino era posible. Y el primer ministro sólo ha tendido la mano a Marine Le Pen", ha asegurado.

Dimisión de Macron

El partido considerado de izquierda radical Francia Insumisa (LFI) ha ido más allá y ha pedido la dimisión de Emmanuel Macron. Los insumisos creen que la inestabilidad política sólo puede acabarse convocando elecciones presidenciales anticipadas. "Macron, el único responsable de la crisis financiera y política, debe marcharse", ha pedido el líder de LFI, Jean-Luc Mélenchon, en X. "La manera de salir del impasse es la dimisión de Macron. No hay algo que se lo impida", ha insistido la líder parlamentaria insumisa, Mathilde Panot.

Aunque cada vez hay más voces que presionan al presidente para que dimita, Emmanuel Macron no tiene por ahora ninguna intención de dejar el cargo. "Es política ficción", aseguró este martes. Su prioridad, de confirmarse este miércoles la censura del gobierno, es encontrar cuanto antes un nuevo primer ministro. La aprobación de la moción de censura implica también que decaiga el proyecto de presupuestos. Y con él, todas las medidas de ahorro que debían servir para empezar a enderezar la situación económica. Una de las consecuencias de que Francia se quede sin presupuestos de 2025 es el agravamiento de sus indicadores económicos y la ausencia de medidas para rebajar el déficit y la deuda.

Situación económica difícil

Hace ya tiempo que Francia ha dejado de ser un buen alumno económico. El déficit público de Francia subirá hasta el 6,1% este año, una cifra muy por encima de lo que permiten las normas europeas, y la prima de riesgo no deja de subir. Ya está empatada con la griega y supera a la española. Es decir, que a Francia le cuesta cada vez más dinero su financiación, una situación que podría agravarse cuando caiga el gobierno. Los mercados nunca ven con buenos ojos la inestabilidad política y la ausencia de medidas para sanear sus cuentas. Sin presupuestos, el déficit de Francia podría crecer aún más en el 2025.

Barnier ya advirtió de una "tormenta" financiera si Francia no tiene nuevos presupuestos con medidas de ahorro. Este martes, en un debate en la Asamblea, ha insistido en las nefastas consecuencias de la moción de censura. "La situación de ahora es difícil a nivel presupuestario, a nivel financiero, y muy difícil a nivel económico y social. Pero estoy seguro de algo: la censura lo hará todo más difícil y más grave", avisó el primer ministro .

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