Macron hace un llamamiento a los partidos a no derribar al nuevo gobierno, que ya cuelga de un hilo
La extrema derecha y la izquierda radical presentan mociones de censura que pueden prosperar si se suman los socialistas
ParísEl segundo gobierno liderado por Sébastien Lecornu, nombrado este domingo, ya ha durado más horas que el primero –que sólo estuvo vigente 14 horas–, pero puede pasar a la historia como el segundo más corto de la V República si prospera alguna de las dos mociones de censura presentadas este lunes por el Reagrupament Nacional (RN), la extrema derecha de Marine Le Pen, y por La Francia Insumisa (LFI), el partido considerado de izquierda radical liderado por Jean-Luc Mélenchon. Ambas mociones se votarán esta semana, probablemente el jueves, y no es improbable que una de las dos sea aprobada.
El presidente de la República, que ha evitado hablar públicamente durante la semana caótica en la que Francia ha estado sin gobierno ni primer ministro, ha hecho un llamamiento este lunes a la responsabilidad de las fuerzas políticas para no derribar al ejecutivo y poner fin a la inestabilidad. "El deber de todos es trabajar por la estabilidad", ha advertido en unas breves declaraciones a los periodistas. Macron ha aprovechado para abuchear a los partidos y líderes que han criticado a Lecornu y han acusado al presidente de ser el responsable de la situación de inestabilidad que vive el país. "Las fuerzas políticas que han jugado a desestabilizar a Sébastien Lecornu son las únicas responsables de este desorden", les ha dicho.
"Creo que muchos de los que han alimentado la división y las especulaciones no han estado a la altura del momento que vive Francia ni de lo que esperan los franceses", ha dicho en alusión no sólo a las formaciones extremistas sino también a los Republicanos (derecha) ya su líder, Bruno Retailleau, que han retirado su apoyo al gobierno. Retailleau, que hasta ahora era ministro del Interior y aspira a ser el candidato presidencial de la derecha en las elecciones del 2027, fue uno de los instigadores de la dimisión del primer ministro el pasado lunes.
Críticas a Macron
También es un mensaje para miembros de su propio partido y aliados con aspiraciones presidenciales, como los ex primeros ministros Gabriel Attal y Édouard Philippe, que criticaron abiertamente a Macron. "No entiendo las decisiones del presidente", llegó a decir Attal en pleno caos político la semana pasada.
Con todo, parece difícil que las palabras del inquilino del Elíseo hagan cambiar la posición de los partidos, que esta semana votarán la moción. La portavoz de los insumisos en la Asamblea, Mathilde Panot, ha recomendado a los nuevos miembros del gobierno que no abran las cajas de la mudanza a sus ministerios porque muy pronto tendrán que hacer las maletas. "La censura llega", les advertía a X.
Que caiga o no el gobierno esta semana está en manos de los socialistas. Si votan a favor de una de las dos mociones de censura –si lo hicieran, votarían la presentada por los insumisos–, el gobierno caerá. El partido ha puesto una única condición en Lecornu para no votar la censura: que este martes anuncie en la Asamblea Nacional la suspensión de la reforma de las pensiones de Macron, que alargaba la edad de jubilación hasta los 64 años. Hasta ahora, el presidente se ha resistido a tocar la mayor reforma de su mandato pero ahora podría mover su posición para evitar agravar la inestabilidad política.
Objetivo: superar la crisis
Hasta este martes no se celebra el primer consejo de ministros, pero este lunes Lecornu ha reunido a sus 34 miembros del nuevo ejecutivo para pedirles "humildad", "sobriedad" y "dejar el ego a un lado" para ejercer de ministros en ese momento tan delicado para el país. "La única misión del nuevo gobierno es superar la crisis política", ha subrayado el primer ministro.
A diferencia del primero y brevísimo gobierno de Lecornu, el segundo tiene un perfil político bajo, casi técnico. Existen perfiles poco habituales, como altos funcionarios, exdirigentes de empresas o diputados desconocidos por el gran público. Solo se desmarcan algunos nombres, como el titular de Justicia, Gérald Darmanin, y la ministra de Cultura, Rachida Dati.
El presidente y el primer ministro esperan que un gobierno con un bajo perfil político contribuya a poner fin a la inestabilidad. Sin embargo, la reacción de los líderes políticos de la oposición hace prever que el gobierno no dure demasiado. "Sin comentarios", escribía en X el líder socialista, Olivier Faure, como reacción al nombramiento del ejecutivo.