Europa

El nuevo primer ministro de Francia: un 'Macron boy' de 34 años

El presidente de la República nombra a Gabriel Attal, hasta ahora ministro de Educación, como sustituto de Borne

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El nuevo primer ministro francés, Gabriel Attal.

ParísAl día siguiente de la dimisión forzada de la primera ministra, Élisabeth Borne, Francia ya tiene nuevo jefe de gobierno. El presidente, Emmanuel Macron, ha nombrado al ministro de Educación, Gabriel Attal, como nuevo primer ministro. A sus 34 años, Attal es la persona más joven de la historia de la V República que ocupa el cargo y es uno de los nombres que más suenan para sustituir a Macron cuando agote el mandato. Sin embargo, su ascenso a primer ministro podría ponerle las cosas más difíciles: es un cargo sacrificado –siempre a la sombra del presidente– y que habitualmente conlleva un gran desgaste político.

Attal es un político fiel a Macron, del ala más a la izquierda del ejecutivo, surgido del partido socialista. La prensa francesa a menudo lo llama "Macron boy" por su proximidad al presidente y por su perfil, también muy similar al del inquilino del Elíseo: formado en escuelas elitistas, brillante, carismático, buen orador e insultantemente joven. Es una figura que, como el macronismo, mezcla progresismo pijo con elementos elitistas y conservadores. "Ahora mismo es quien encarna mejor el ADN del macronismo", apunta una fuente del entorno del presidente citada por el diario Le Point. Para la oposición de izquierdas, Attal es una copia del presidente. "Es el señor Macron junior, que se ha especializado en prepotencia y desprecio", criticó la líder parlamentaria de Francia Insumisa, Mathilde Panot.

Attal ha desarrollado toda su carrera en el sector público, primero como concejal en un municipio de la región parisina y después como diputado en la Asamblea Nacional. En 2018, se convirtió en el miembro del gobierno más joven de la V República cuando fue nombrado secretario de estado de Educación. Desde entonces su ascenso ha sido fulgurante. Con Macron se convirtió en portavoz del gobierno y después en ministro de Educación, una de las carteras con mayor peso en el ejecutivo francés. Su nombramiento el pasado verano como titular de Educación fue para Attal un ascenso y un gesto claro de confianza del presidente.

Perfil político

El nuevo primer ministro, diplomado en Ciencias Políticas y licenciado en Derecho, tiene un perfil más político que el de la primera ministra saliente, más tecnócrata. Macron lo ha elegido para pilotar una nueva etapa en la que el presidente quiere dejar atrás las últimas derrotas, especialmente la de la reforma de la ley de inmigración, que ha provocado una crisis política en el gobierno tras ser pactada con la derecha y aprobada gracias a los votos de la extrema derecha de Marine Le Pen. Con el cambio, el inquilino del Elíseo también quiere dar un impulso al gobierno de cara a las elecciones europeas de junio. Por ahora Le Pen lidera las encuestas.

El presidente de la República se ha dirigido a través de X al nuevo primer ministro, al que ha pedido que lleve a cabo la "regeneración" que quiere Macron y "fidelidad" al espíritu del 2017, cuando se convirtió en presidente: "superación y audacia". Ahora el nuevo primer ministro deberá nombrar a un nuevo gobierno para cumplir con el encargo del inquilino del Elíseo.

Víctima de insultos homófobos

Attal concedió en noviembre una entrevista a TF1 para hablar de su vida privada. El nuevo jefe de gobierno explicó las dificultades que sufrió en el instituto, con 15 o 16 años, donde fue víctima de insultos homófobos. "Duró varios meses y fue muy violento", admitía. Su pareja es el eurodiputado macronista Stéphane Séjourné, también muy cercano a Macron y secretario general del partido del presidente, Renacimiento.

Como ministro de Educación, Attal, con menos de seis meses en el cargo, ha impulsado cambios sustanciales y polémicos, como la prohibición de la abaya –la túnica que llevan muchas mujeres musulmanas– en las escuelas o la puesta en marcha de una prueba piloto para introducir los uniformes en la escuela pública. También ha decidido impulsar cambios de cara al próximo curso escolar, tras los nefastos resultados de los alumnos franceses en el informe PISA. En las encuestas, aparece como uno de los políticos mejor valorados por los franceses.

Riesgos para Macron

El nombramiento como primer ministro sorprende porque su nombre no figuraba en un primer momento en las quinielas para sustituir a Borne y porque para Macron, siempre alerta para que nadie le haga sombra, conlleva riesgos. Attal es carismático y tiene ambiciones políticas. Y aunque no sea la voluntad del inquilino del Elíseo, se puede interpretar su nombramiento como un mensaje de que el actual presidente de la República ya está de salida y coloca a su sucesor como primer ministro para impulsar su carrera en el Elíseo.

De hecho, según publica la prensa francesa, dos pesos pesados del gobierno saliente –el ministro del Interior, Gérald Darmanin, y el de Economía, Bruno Le Maire– habían mostrado su oposición a que Attal fuera nombrado primer ministro. "Le Maire no quiere trabajar para un chaval de 34 años", aseguraba una persona del entorno del titular de Economía en BFMTV. Tanto Le Maire como Darmanin sonaban como nuevos primeros ministros y tienen también ambiciones presidenciales. El nombramiento de Attal es un percance para sus aspiraciones.

También había mostrado a Macron su desacuerdo con este nombramiento el ex primer ministro Édouard Philippe, presidente de Horizontes, un partido que actúa como socio del presidente en la Asamblea. Philippe también aspira a ser presidente cuando Macron agote su segundo y último mandato.

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