Macron y Merz presumen de sintonía pese a las diferencias en comercio, defensa y política exterior
Alemania no ha firmado la carta de 25 países, entre ellos Francia, que exhorta a Netanyahu a detener cuanto antes la ofensiva en Gaza
BerlínEl canciller alemán Friedrich Merz y el presidente francés Emmanuel Macron han exhibido este miércoles su sintonía personal y la amistad franco-alemana como motor de la Unión Europea, pese a las diferencias actuales entre Berlín y París en materia de defensa, comercio y política exterior.
La cena de trabajo entre Merz y Macron ha tenido lugar en la Villa Borsig, una gran mansión en las afueras de Berlín que hasta 1937 había sido propiedad de la gran familia industrial Borsig y que ahora pertenece al ministerio de Asuntos Exteriores alemán. "Hablaremos de temas muy actuales, incluida la actual política comercial", dijo Merz antes de reunirse con Macron, y se mostró convencido de que el encuentro les llevará a tomar "decisiones".
Las relaciones personales entre Merz y Macron son más cordiales que las que el presidente francés mantenía con el excanciller socialdemócrata Olaf Scholz, con quien había menos química. Durante el mandato de Scholz, las relaciones entre París y Berlín se enfriaron, puesto que, según sus críticos, el socialdemócrata prefirió evitar afrontar los grandes problemas. Pero justo después de ser elegido canciller, Merz viajó el pasado mayo a París y Varsovia para reforzar los lazos con los países vecinos. Entonces, junto a Macron, anunció "un nuevo comienzo" en las relaciones franco-alemanas al servicio de Europa.
Sin embargo, el motor franco-alemán, considerado el corazón político y económico de la Unión Europea, no acaba de arrancar, ya que siguen existiendo divisiones en cuestiones que van desde la defensa hasta el comercio, pasando por las relaciones exteriores.
El encuentro entre Merz y Macron se produce mientras la Comisión Europea sigue negociando en nombre de la UE con Estados Unidos un acuerdo comercial para responder a la amenaza de Trump con imponer aranceles del 30% a las exportaciones europeas a Estados Unidos a partir del 1 de agosto. Berlín apuesta por cerrar rápidamente un acuerdo con Washington para proteger su economía, muy orientada a la exportación, aunque ello implique realizar concesiones importantes. En cambio, París considera que no puede pactarse a cualquier precio.
Tensiones en comercio y defensa
Macron y Merz también chocan en otra cuestión comercial. Merz es favorable a culminar cuanto antes el acuerdo de libre comercio de la Unión Europea con los países del Mercosur. En cambio, Macron se opone y reclama modificaciones para proteger al sector agrícola francés.
También hay tensiones entre Berlín y París en materia de defensa, después de que el fabricante aeronáutico francés Dassault expresara hace pocos días su voluntad de asumir un mayor papel en el programa conjunto para el futuro avión de combate europeo (FCAS), en el que también participan Alemania y España. El gobierno alemán no quiere ningún cambio en el proyecto FCAS, puesto que asegura que el contrato ya está firmado.
Otra cuestión que divide Alemania y Francia es la situación en Oriente Medio. Alemania no firmó la carta de más de 25 países, entre ellos Francia y España, que exhorta al gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a detener lo antes posible la ofensiva en la Franja de Gaza ya respetar los derechos humanos del pueblo palestino. Esta postura se explica por el hecho de que la existencia y la seguridad de Israel son y continuarán siendo, para Alemania, "una razón de estado", por razones históricas relacionadas con el Holocausto.