Mitsotakis gana sin mayoría y aboca a Grecia a nuevas elecciones en dos meses
El primer ministro conservador dice que no buscará pactos, mientras Syriza sufre una derrota peor de la esperada
AtenesGrecia ha votado este domingo, pero tendrá que votar de nuevo dentro de menos de dos meses. El primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, ha vuelto a ganar, pero ha perdido la mayoría absoluta para gobernar y –tal como ya había dejado claro durante la campaña– no piensa ni siquiera intentar buscar pactos para hacerlo. El líder de los conservadores de Nueva Democracia (ND) ha comparecido en cuanto se han visto claros los resultados electorales, para agradecer a los griegos su confianza y "el mandato para gobernar" que le habían otorgado. Pero ha vuelto a insistir en que su intención es gobernar en solitario, y espera que una segunda convocatoria le dé suficiente mayoría para hacerlo. Así pues, Grecia se aboca a unas nuevas elecciones, que podrían ser a finales de junio o a principios de julio.
El partido de Mitsotakis se ha quedado con un 40% de los votos, un resultado similar al de 2019, pero que le ha dado menos escaños: baja de los 158 a 145, y se queda seis por debajo de la mayoría. Pero la gran derrota ha sido la de Syriza-Alianza Progresista, que se mantiene como segunda fuerza, pero con solo un 20% de los votos y 72 escaños (14 menos de los que tenía). Su líder, Alexis Tsipras, ya había anunciado que no buscaría pactos si no era la fuerza más votada. "Las luchas tienen victorias y derrotas. Nuestros órganos colectivos se reunirán inmediatamente para evaluar los resultados de las elecciones", ha dicho este domingo, y ha anunciado que su partido no perdería tiempo en hacer "todos los cambios necesarios" para estar en mejores condiciones de cara a la segunda cita electoral que se prevé para antes de dos meses.
Con el escrutinio al 93%, los socialdemócratas del Pasok rozan el 12% de los votos, que les darían 41 escaños, casi el doble de los que tenían. El Partido Comunista de Grecia (KKE, en las siglas en griego) se queda con un 7% de los votos y 26 escaños, que también representa una subida importante. Los ultranacionalistas de Solución Griega, poco más del 4%, que les da 16 escaños. A las puertas del Parlamento se queda el partido de Yanis Varoufakis, MeRA25, que no llega al 3% necesario para entrar en la cámara.
A pesar de que el voto es obligatorio en Grecia, no hay ningún control y la participación en estas elecciones ha sido del 60%, por encima del mínimo histórico de 2019 (57,7%) pero todavía bastante baja. A estas elecciones no se ha podido presentar el partido neonazi Alba Dorada, ilegalizado en 2020, y tampoco Griegos por la Patria, partido de extrema derecha, que fue ilegalizado hace unas semanas por el Tribunal Supremo. Y es muy probable que estos votos se hayan repartido entre ND y Solución Griega, mientras que la pérdida de Syriza ha beneficiado claramente el Pasok y los comunistas.
En las próximas elecciones, tendrá bonificación el partido más votado
La convocatoria de este domingo se ha llevado a cabo bajo un sistema de representación proporcional, lo que dificulta que un partido solo pueda salir ganador, pero en caso de ir a unas segundas elecciones –tal como se prevé en este caso– el sistema cambia, y el partido más votado recibe, en un Parlamento de 300 escaños, una bonificación de 20 escaños si obtiene el 25% de los votos y hasta 50 si obtiene el 40% de los votos. Grecia abolió la bonificación de los 50 escaños en 2016, cuando Syriza gobernaba (2015-2019), pero durante este último mandato, Mitsotakis ha recuperado el sistema de representación semiproporcional. En un primer momento se decía que la segunda convocatoria de elecciones sería el 2 de julio, pero este domingo por la noche se apuntaba que también podría ser el 25 de junio.
Una jornada tranquila con una participación escasa
Son casi las doce del mediodía y en uno de los colegios electorales de Kolonaki, uno de los barrios más acomodados de Atenas, la ciudadanía griega hace cola para votar. Aquí, lo tienen más o menos claro: el primer ministro Mitsotakis se perfila como la mejor opción. "Mitsotakis tiene los conocimientos necesarios para gobernar el país, no como Tsipras, que gobernó sin tener ninguna clase de experiencia". Quien habla es George Diamantins, un agente inmobiliario residente en Kolonaki. "Diamantins, como un diamante", especifica. Sobre la gestión del accidente ferroviario de Tempe, que causó la muerte de 57 personas el 28 de febrero, asegura que no tiene nada que ver con el gobierno y que esto también "ha pasado en otros lugares de Europa". Sobre el caso Predator, directamente prefiere no contestar.
También Kostas, que vota en Kolonaki pero vive a Kifisiá, en el norte de la ciudad –una zona residencial con una de las rentas más altas del país–, apuesta por revalidar el mandato de Mitsotakis: "Ha hecho un gran trabajo, una buena gestión del país", asegura. Es la primera vez que vota ND, y desea que los conservadores puedan gobernar sin tener que pactar con nadie. No prevé la posibilidad de un hipotético gobierno de coalición entre los socialdemócratas del Pasok y Syriza.
Un rato después, hacia la una y media, llegaba al colegio electoral Vasilis Kikilias, ex jugador de baloncesto profesional del AEK de Atenas e internacional con la selección griega, exministro de Salud del gobierno de Mitsotakis durante la pandemia y actual ministro de Turismo. Se ha abrazado a la gente y se ha hecho selfies con todo el mundo que se lo ha pedido. Además de las elecciones parlamentarias, Kikilias tenía la cabeza en otra cita: la final de la Euroliga de baloncesto que ayer se disputaban el Real Madrid y el Olympiacos. Con solo un punto de diferencia, el equipo griego ha visto este domingo cómo se le escapaba el título de las manos. Una de cal y una de arena.