Reino Unido

Las 'oficinas fantasma' evidencian todos los males de Londres

El teletrabajo hace crecer los grandes edificios desocupados, que no parecen tener que solucionar el reto de vivienda de la ciudad

A la derecha, la antigua sede de la alcaldía de Londres, un edificio de Norman Foster que lleva cuatro años vacío.
15/06/2025
5 min

LondresDeslumbrados por el cartón piedra de Disney del puente de Londres, los peatones que pasean por la orilla sur del río Támesis en dirección oeste-este no suele prestar demasiada atención a un edificio que queda a su derecha. Se trata de una especie de gran burbuja de vidrio, de 18.000 metros cuadrados de espacio útil, que en el momento de su inauguración en 2001 se puso como modelo de futurismo y sostenibilidad. Norman Foster fue su arquitecto.

Hasta el 2021, el edificio fue la sede de la alcaldía de Londres, el London City Hall, que le abandonó por el coste astronómico anual del alquiler: 12,9 millones de euros que en el 2022 se hubieran convertido en 14,6. Desde entonces, la construcción está cerrada y vallada, y por su fachada de cristal continuo, formada por 3.844 paneles, no han pasado ni un trapo en todo este tiempo. Ni toda la lluvia que cae en Londres ha logrado eliminar la capa de suciedad que se ha ido enganchando.

Todo ello parece una especie de desecho arqueológico del siglo XXI a la espera de que comience una reforma proyectada pero aplazada sine die. Quieren hacer un gran centro comercial, oficinas y tiendas de lujo. Es propiedad de la compañía St Martins Property Investments, una empresa controlada por el gobierno de Kuwait a través de la Autoridad de Inversiones del emirato. El turista-consumidor que observa dicho puente de Londres será el objetivo prioritario de este nuevo polo de servicios como hay tantos, cada vez más, en la capital británica.

Prácticamente frente a esta gran burbuja de Foster pero en la orilla norte del Támesis, otro edificio, en este caso de estilo neoclásico y mucho más antiguo –la vieja aduana de Londres (la Custom House), construida entre 1813 y 1817– también está vacío. Los trabajos para la construcción de un hotel de superlujo de 179 habitaciones deberían empezar en los próximos meses. A veces se utiliza como plató para filmar anuncios. Se despejó en 2021 y fue adquirido por Jastar Capital, un fondo de inversión privado.

Estos dos edificios son uno más de los síntomas de un problema sistémico en el mercado de la propiedad de Londres, que impacta tanto en los edificios de oficinas como en los de viviendas y explica por qué faltan.

De acuerdo con la consultora inmobiliaria y de inversiones JLL, sólo en la ciudad hay 1,95 millones de metros cuadrados vacíos; en todo el país, más de 3,7. Por ponerlo en contexto, este espacio no utilizado sería equivalente a 30 palacios de Buckingham; se podría crear un barrio de nueva planta y su completa urbanización, con poco más de 12.000 pisos de cincuenta metros cuadrados y casi 13.000 de ochenta. Si todas estas oficinas vacías de Londres estuvieran en un único edificio, haría casi 4 kilómetros de altura, doce veces más que la de Shard, la gran aguja que sobresale en el sur del Támesis.

Todo ello es un efecto más de la pandemia. El teletrabajo se ha instalado en la ciudad. Por comodidad pero también porque ahorra dinero a los empleados en un transporte de metro que es mucho más caro que en Nueva York, por ejemplo. Un análisis del think tank Centro for Cities sostiene que el trabajador de garganta blanca de la ciudad sólo pasa 2,7 días a la semana en su oficina. Es un aumento respecto a los 2,2 días por semana del 2023, de acuerdo.

Una imagen del Shard, el edificio más alto de Londres, desde la orilla norte del río Támesis.

La falta de vivienda en Londres y en todo el Reino Unido, y la promesa del gobierno laborista de crear 150.000 en los próximos cinco años, ha hecho plantear a los especialistas si es viable dar otro uso a las oficinas vacías. La conclusión es que la alternativa es muy compleja por la estructura de la propiedad, en muchos casos en manos de fondos de inversión que buscan grandes compañías a las que alquilar sus espacios. La prioridad es el turismo y el ocio, no los pisos.

Zonas más y menos afectadas

Por zonas de Londres, la consultora JLL sostiene que en Aldgate, en el este, junto a la City financiera y de Liverpool Street, pero sin formar parte, existe el 25,4% de desempleo de metros cuadrados de oficinas; en la City, sólo el 5,6%; en Canary Wharf, el otro distrito económico, el 15,7%; en King's Cross –donde a finales de este año Google inaugurará su primera sede fuera de Estados Unidos, un espacio de 60.000 metros cuadrados en un nuevo edificio de once plantas que tendrá 93.000– existe un desempleo del 15,1%; y en White City, en el oeste, existe el 14,9% de espacio de oficinas por ocupar.

Especialmente significativa es la situación de Canary Wharf. Los contratos de arrendamiento de algunos de los rascacielos más simbólicos de la zona caducan en los próximos cinco años. En total, suman unos 371.000 metros cuadrados, según otra auditora de propiedades inmobiliarias, CoStar. Entre estos espacios se encuentra la sede de HSBC, en el número 8 de Canada Square, que el banco desalojará en el 2027 para trasladarse a la City, a un espacio mucho más pequeño. La torre de 45 pisos de altura, también diseñada por Norman Foster, y propiedad de Qatar Investment Authority (QIA), experimentará una profunda remodelación. Pero por el momento se ignora si la conversión incluirá apartamentos, comercios, un hotel de lujo o una mezcla de estos usos.

En cualquier caso, resolver el tema de la vivienda no parece posible con reconversiones como estas, ni la de la torre del HSBC ni la de ningún otro edificio de oficinas vacía. Porque un hipotético apartamento de 50 metros cuadrados en el número 8 de Canada Square, a los precios actuales de arrendamiento, y sin tener en cuenta ni la posible inflación ni la especulación habitual, costaría no menos de 700.000 euros en el 2030, cuando se prevé que se acabe de rehacer el edificio.

Lo mismo think tank que ya hemos comentado anteriormente, Centre for Cities, considera que para poder hipotecarse a 25 años por este precio, habiendo pagado una entrada del 10%, habría que cobrar entre 125.000 y 157.000 euros brutos anuales. El salario medio anual en Londres es, en estos momentos, de sólo 57.000 euros.

Al mismo tiempo, entre el año pasado y finales del 2026 habrán abierto en la capital del Reino Unido 92 hoteles de lujo, con 16.600 nuevas habitaciones. La guinda de la tarta para el turismo y el ocio serán los dos enormes centros comerciales que se están construyendo en Queensway –este incluye un hotel del superlujo, el Six Senses London– y en Hammersmith. La ciudad cada vez se está convirtiendo más en un gran parque temático donde las generaciones futuras, que tendrán muchas dificultades para acceder a una vivienda, podrán pasar mucho más tiempo en un complejo de ocio que en su casa. Porque no tendrán.

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