Noruega

El primo del ministro de Medio Ambiente de Noruega, en huelga de hambre contra el petróleo

La activista Vebjørn Bjelland Berg hace una huelga de hambre antes de las elecciones al Parlamento noruego para denunciar la “extrema inmoralidad” de la producción de hidrocarburos

Un pozo petrolífero en el mar de Noruega.
05/09/2025
3 min

CopenhagueLa última comida que realizó el activista climático Vebjørn Bjelland Berg, primo del ministro de Medio Ambiente de Noruega, Andreas Bjelland Eriksen, fue hace cinco semanas. Desde entonces hace una huelga de hambre para pedir que Noruega ponga fin a la explotación de sus yacimientos de gas y petróleo, que han convertido al país nórdico en uno de los más ricos del mundo.

El activista tiene previsto romper el ayuno de protesta el 8 de septiembre, día en el que se celebran las elecciones parlamentarias en Noruega. Para hacer más visible sus demandas, está acampado en el centro de Oslo, frente a la sede del Parlament, pese a que la policía le ha intentado desalojar dos veces requisándole la tienda de campaña y el material.

Berg, de 29 años, se lamenta de que pese a ser familiar de un miembro del gobierno, todavía no ha podido hablar con nadie del ejecutivo después de haber pedido públicamente una entrevista con el primer ministro socialdemócrata, Jonas Gahr Strøre. "Deben tener miedo a alguien que no ha comido desde hace un mes", ironiza Berg en una entrevista por teléfono con el ARA.

En la última semana de la protesta, Berg asegura que físicamente se encuentra bien. "Pero en los últimos días estoy notando que el hambre me afecta un poco a la salud mental", dice. "Las palabras ya no son suficientes para transmitir la urgencia de la situación climática en la que se encuentra el planeta y por eso he decidido poner en riesgo mi vida", justifica, con la esperanza de que el mensaje llegue a su primo ya los 3,8 millones de noruegos que pueden votar en las elecciones.

Berg pide a los políticos de Noruega que formulen un plan para dejar gradualmente la producción de hidrocarburos y renunciar a ser el cuarto exportador mundial de gas natural y el octavo país que más petróleo vende al mundo: "No pido que detengan la industria petrolera mañana, esto sería un choque para demanecer en Noruega años". Considera que "no es una idea utópica o radical, es simplemente necesaria".

Desde el estallido de la guerra en Ucrania y las sanciones aplicadas a Rusia, Noruega también se ha convertido en el principal proveedor de gas en la Unión Europea. Esto ha disparado aún más los beneficios de la industria petrolera que alimentan las inversiones del Fondo Soberano de Noruega, que garantiza las pensiones del país y que en la actualidad tiene un valor de 1,67 billones de euros, el más rico del mundo. "Creo que es extremadamente inmoral –crítica Berg–: nos estamos enriqueciendo con la incineración del planeta sólo por ser un país aún más inmensamente rico".

"Ya somos un país extraordinariamente rico y eso nos da la flexibilidad económica para dejar de explotar la industria petrolera, porque seguiríamos siendo un país rico sin el gas y el petróleo, pero, sin embargo, el gobierno ha decidido que quiere seguir explotando los yacimientos", denuncia.

Una cuestión fuera de la agenda política

Según las encuestas de opinión, muchos noruegos comparten con Berg la necesidad de abandonar de forma gradual el petróleo, aunque en las elecciones del próximo lunes pocas formaciones políticas están dispuestas a negociar un calendario para hacerlo posible. Según el programa electoral de los socialdemócratas, el partido defiende que la industria petrolera "se debe desarrollar, no desmantelar", para conseguir reducir las emisiones de CO₂ en el 2030, hasta ser un país neutro en emisiones en el año 2050. Otros partidos, como los Conservadores o la formación populista de derechas para encontrar nuevos yacimientos en el futuro". Sólo la formación de los Verdes, que en las últimas elecciones logró 3 de los 169 diputados del Parlament, quiere abandonar la extracción de hidrocarburos en un plazo de quince años.

Con este panorama, Berg se muestra muy crítico con la poca ambición en cuanto a las políticas climáticas de los políticos de su país: "Estoy muy decepcionado con mi primo". Los dos primos sobrevivieron juntos a el ataque terrorista de la isla de Utøya que traumatizó el país hace catorce años. En el ataque, el extremista de ultraderecha Anders Breivik mató a tiros a 69 jóvenes e hirió a otros 100 mientras se celebraba una reunión de las juventudes del partido laborista (AUF), de las que Berg y Eriksen formaban parte.

Antes de empezar la huelga de hambre, el activista explica que comunicó sus intenciones al primo: "Intentó que me echara atrás diciendo que le importaba demasiado mi salud, y yo me lo creo porque le quiero a pesar de las discrepancias que podamos tener". De hecho, Berg asegura que una vez pasen las elecciones y acabe la protesta, tiene muchas ganas de "pasar una tarde con Andreas jugando en la PlayStation y comiendo pizza, como solíamos hacer cuando nos criamos juntos; después de eso, ya tendremos tiempo de hablar de temas serios".

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