Salvo en la carrera para ocupar los grandes cargos de la UE
Michel es el primer dirigente que mueve ficha y anuncia que dejará la presidencia del Consejo Europeo en julio para presentarse a las europeas
BruselasSalvo en el juego de sillas para ocupar los grandes cargos de la Unión Europea. Este fin de semana, justo antes de que se reanude la actividad en las instituciones europeas después de las vacaciones de Navidad y menos de seis meses antes de las elecciones europeas del 6-9 de junio, Charles Michel ha sido el primero en mover ficha y ha anunciado que se presentará como cabeza de lista del Movimiento Reformista (partido liberal de la parte francófona de Bélgica). Ahora bien, ¿con qué objetivo?
El dirigente belga no ha concretado qué cargo aspira a ocupar y ha evitado aclarar si pretende revalidar su mandato como presidente del Consejo Europeo o, por ejemplo, liderar la Comisión Europea. Sin embargo, la principal favorita a liderar el ejecutivo comunitario es la actual presidenta, la alemana conservadora Ursula von der Leyen, con quien tiene muy malas relaciones y mantiene una lucha enconada por erigirse en el máximo dirigente del bloque europeo desde el inicio de este mandato.
Alguna de las otras opciones es la presidencia de la Eurocámara, actualmente en manos de la también conservadora Roberta Metsola, o bajar un escalón en la escalera de poder y contentarse con ser comisario europeo. Cabe recordar, en todo caso, que el grupo parlamentario liberal es el tercero más importante del Parlamento Europeo y que, por tanto, los conservadores y los socialdemócratas tienen más peso a la hora de negociar qué grandes cargos se quedan.
Sea como fuere, el actual presidente del Consejo Europeo se asegurará representación en la Eurocámara y, de este modo, ya tiene garantizada alguna posición de poder en las instituciones europeas, si bien su mandato ha pasado con más pena que gloria y se ha visto muy eclipsado por el liderazgo y la proyección internacional de Von der Leyen.
Críticas a Michel hasta el final
Los años de Michel como presidente del Consejo Europeo se han caracterizado, sobre todo, por las críticas constantes que ha recibido a ambos lados del espectro político, incluso desde su partido. Se le ha reprochado hacer un uso electoralista y personalista de su cargo y dejar más apartada una parte importante de sus funciones, como es la de coordinar y trabajar para un mayor entendimiento entre los veintisiete estados miembros. En este sentido, a menudo ha priorizado protagonizar fotos con dirigentes internacionales en beneficio de su popularidad y ha descuidado sus labores en Bruselas.
En la misma línea, la decisión de Michel de presentarse a las elecciones y dejar la presidencia del Consejo Europeo antes de tiempo, el próximo julio, también ha levantado polvareda. El dirigente belga argumenta que el hecho de que un presidente en activo del Consejo Europeo concurra por primera vez a la historia en unos comicios europeos es un ejercicio democrático y defiende que su "responsabilidad es rendir cuentas del trabajo realizado durante los últimos cuatro años y del proyecto de futuro" que presenta para la UE.
Sin embargo, una de las derivadas que puede desencadenar este movimiento en clave electoral es contraproducente para el funcionamiento del bloque europeo. Si los Veintisiete no encuentran un sustituto de Michel antes de principios de julio, el presidente húngaro, el ultraderechista y euroescéptico Viktor Orbán, presidirá de forma temporal el Consejo Europeo hasta noviembre, que es cuando se acabó el mandato del dirigente belga. Esta situación puede darse porque Hungría ostentará la presidencia rotatoria del Consejo de la UE en el segundo semestre.
Por este motivo, los socios europeos tendrán que elegir a toda prisa al presidente del Consejo Europeo tras las elecciones de junio. El dirigente belga ya se ha sacudido su responsabilidad y ha dicho que avisa "con tiempo" para que los Veintisiete eviten que Orbán, que obstaculiza de forma sistemática el apoyo de la UE a Ucrania, acabe dirigiendo cumbres europeas cruciales por a todo tipo de asuntos, especialmente para la guerra contra Rusia.
Los argumentos de Michel, sin embargo, no acaban de convencer. Una de las voces más duras ha sido la eurodiputada Sophie In't Veld, también del grupo liberal. "El capitán ha abandonado el barco en medio de la tormenta. Si está tan poco comprometido con el destino de la UE, ¿cuán creíble es como candidato?", ha escrito a X la neerlandesa, que es del mismo grupo que el dirigente belga .
Reynders quiere presidir el Consejo Europeo
La jugada del actual presidente del Consejo Europeo ha desencadenado ya otros movimientos. El comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, que es del mismo partido que Michel, ha visto obstaculizada su voluntad de obtener representación en la Eurocámara o conseguir algún cargo de peso en las instituciones europeas. Sin embargo, Reynders no se rinde y, según distintos medios belgas, ha subido la apuesta: la presidencia del Consejo Europeo. Este miércoles el gobierno belga decidirá si apoya la candidatura de Reynders.
Quien todavía no ha avanzado sus intenciones es Von der Leyen. La archienemiga interna de Michel ha jugado un papel de liderazgo en la pandemia del cóvido y de la guerra de Ucrania que le han posicionado como líder indiscutible de la UE, muy por encima del actual presidente del Consejo Europeo. Si bien su papel en la guerra de Israel y Palestina hasta ahora ha sido galdoso y para gran parte de los dirigentes europeos demasiado prosionista, incluso saltándose los consensos comunitarios sobre el conflicto, los conservadores siguen liderando las encuestas y Von der Leyen es el nombre que suena con más fuerza para volver a capitanear al ejecutivo de la Unión Europea. Michel, de momento, no le hace ni cosquillas.