Trump y Putin hacen espabilar a la UE: "Debemos ser capaces de disuadir y defendernos"
Cada vez son más las voces europeas que piden unir y potenciar fuerzas en materia militar para dejar de depender de Washington
BruselasLa Unión Europea nació en gran parte con el objetivo de evitar la guerra y siempre ha apostado únicamente por el llamado "poder blando". Es decir, crear interdependencias comerciales y geopolíticas entre socios europeos y otros actores internacionales como forma de disuasión. Y, en cambio, no disponer de la capacidad militar ni logística para entrar en grandes conflictos armados y en materia de defensa estar a merced de Estados Unidos y de la OTAN, que controla el propio Pentágono. Pero la invasión de Ucrania y el imperialismo de Vladimir Putin, junto con un potencial retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, ha hecho que el grupo europeo se replantee su propia naturaleza y se esté proponiendo cada vez con mayor firmeza la necesidad de ampliar su potencia militar y unir fuerzas entre los Veintisiete.
Quien ha vuelto a poner el debate sobre la mesa ha sido Manfred Weber, el presidente del grupo parlamentario del Partido Popular Europeo (PPE), que es el mayor de la Eurocámara y principal aspirante a volver a ganar las elecciones europeas de junio. "Debemos ser capaces de disuadir y defendernos", remarcó en una entrevista esta semana a Politico. Por tanto, que el bloque europeo construya su propio paraguas nuclear como arma de disuasión y que se prepare por si algún día hay que defender o hacer la guerra. Ahora bien, ¿cómo?
Aunque una de las competencias que los estados miembros históricamente son más reacios a ceder a Bruselas es la defensa, hace tiempo que diferentes dirigentes europeos insisten en que como bloque hay que unir fuerzas. En este sentido, Weber apostó por incluir a largo plazo la fuerza nuclear de Francia en la defensa de la UE. "Al final la opción nuclear es la que es realmente decisiva", añadió Weber, quien incluso abrió la puerta a unirse en materia nuclear con Reino Unido. "Después de todos los años de Brexit, deberíamos empezar un diálogo constructivo con nuestros amigos británicos. [...] Ellos también tienen dificultades para garantizar su seguridad".
Las declaraciones levantaron mucha polvareda. Sin embargo, el presidente francés, Emmanuel Macron, ya propuso en el 2020 que su país jugara un papel de disuasión para todos los Veintisiete, si bien Alemania se opuso rotundamente. "La retórica nuclear de Putin va en aumento", alertó el europarlamentario alemán.
Un comisario europeo de Defensa
En el discurso del estado de la Unión del pasado septiembre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya avisó de que impulsaría un plan para potenciar la industria militar europea con dos objetivos: poder seguir entregando armamento a Ucrania. y más si la invasión se alarga en el tiempo— y alcanzar la ansiada autonomía en materia de defensa, también en lo que se refiere a la industria armamentística.
En la misma línea, el comisario europeo de Interior, Thierry Breton, lleva meses impulsando una especie de fondos para ampliar la capacidad de fabricación de armas en la Unión Europea. Aunque todavía no lo ha presentado, se prevé que Bruselas lo plantee a principios de este año y, por tanto, antes de los comicios europeos, en las que la cuestión militar se prevé que sea uno de los temas centrales.
Además, distintas voces del blog apuestan por crear tras las elecciones un comisario europeo de Defensa, que es una cartera que en estos momentos no existe. Y, desde el inicio de la invasión rusa hasta ahora, la UE ya ha tomado diferentes medidas parapotenciar la industria armamentísticade los Veintisiete.
Y, todo esto, ¿quién lo paga?
Otro de los debates es la cuestión económica. ¿Cómo se financia el incremento de capacidad militar? Ya hay diferentes propuestas sobre la mesa. Una de ellas, por ejemplo, es la que planteó Macron. Crear una partida como la de los fondos de recuperación cóvido pero para potenciar la industria militar europea. Sin embargo, Alemania y el resto de socios amantes de la austeridad y contrarios a las políticas económicas expansivas, como los Países Bajos o los nórdicos, se niegan porque esto supondría utilizar deuda conjunta.
Otra de las opciones, y que parece más factible, es que el Banco Europeo de Inversiones, que ahora preside la exministra de Economía española Nadia Calviño, abra más líneas de financiación en la industria de defensa europea. En la misma línea, también se prevé que se puedan desviar fondos, como los llamados Horizon (ahora sólo se destina a la investigación con fines sociales), hacia las fábricas armamentísticas.
Sea como fuere, en general, los Estados miembros y la propia UE siguen dependiendo, y mucho, de Estados Unidos. Sin ir más lejos, el último informe de la OTAN sobre gasto militar, aunque los aliados europeos y Canadá lo han incrementado un 8,3% respecto a 2022 (la cifra más alta en décadas), constata que Washington sigue aportando más del 65% de los recursos militares de la Alianza Atlántica. Es decir, de momento, la autonomía militar del bloque europeo es más una voluntad que una realidad muy cercana. O, al menos, mucho más lejana que la probable victoria electoral de Trump o el fin del imperialismo de Putin.