BruselasLos líderes europeos no paran de reunirse y protagonizar cumbres supuestamente históricas. Repiten como un mantra que el futuro de Europa está en juego y que quieren desempeñar un papel determinante en el nuevo orden mundial que se está construyendo. Con ese objetivo y como primer paso piden tener voz y voto en las negociaciones para la resolución de la guerra de Ucrania. Sin embargo, Donald Trump y Vladimir Putin obvian completamente las quejas de los dirigentes de la Unión Europea y siguen cerrando acuerdos de forma bilateral, sólo con el visto bueno forzado de Volodímir Zelenski.
El de este jueves ya es el segundo Consejo Europeo que se celebra en Bruselas este mes, aunque normalmente se hace uno cada trimestre. Además, los líderes europeos se han reunido en los últimos días en Múnich, París y Londres. Sin embargo, las discusiones no logran desatascar ninguna medida inmediata ni imponerse para sentarse en una potencial mesa de negociación entre Estados Unidos y Rusia, junto con Ucrania.
De momento los jefes de estado y de gobierno de la UE han acordado unas conclusiones que reafirman su compromiso "irrompible" y "sin fisuras" con Kiiv, y aseguran que continuarán suministrarle apoyo financiero y armamentístico tanto tiempo como haga falta, especialmente para reforzar su posición durante estos últimos. Lo único que, como en la última cumbre europea, se ha negado a votar a favor es el primer ministro húngaro, el pro-ruso de extrema derecha Viktor Orbán, quien antes de entrar en el encuentro ha menospreciado ya a sus homólogos: "La UE es como un león sin dientes", ha dicho.
Ahora bien, pese a las buenas palabras de compromiso, los líderes europeos no han apoyado el plan que presentó el lunes la jefa de la diplomacia europea, la estonia Kaja Kallas, que propuso entregar unos 40.000 millones de euros extras en Ucrania. En las conclusiones ni se menciona esta propuesta, que ha quedado tocada de muerte, y Zelenski ha pedido en una intervención telemática que la UE suministre al menos 5.000 millones de euros en munición. Sin embargo, en el texto acordado por los líderes europeos tampoco se concreta nada sobre el dinero que ha pedido el presidente ucraniano.
En cambio, la Unión Europea ha acordado mantener las sanciones contra el régimen de Putin y, pese a los contactos por resolver el conflicto, los líderes europeos apuestan "aumentar la presión sobre Rusia, incluso mediante nuevas sanciones y fortaleciendo las restricciones ya existentes". De hecho, así se les ha pedido Zelenski. "Que haya esfuerzos diplomáticos no quiere decir que Rusia tenga que ser sometida a menor presión", ha insistido el presidente ucraniano.
El gran plan de rearme
Los líderes de la UE también han validado el gran plan de rearme presentado este miércoles por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El plan propone movilizar un total de 800.000 millones de euros y fomentar las compras de armas conjuntas a compañías armamentistas europeas, con el objetivo de recuperar la autonomía militar y dejar de depender en esta materia de Estados Unidos cada vez más alejado de los intereses del bloque europeo.
A rasgos generales, esta hoja de ruta cuenta con un soporte casi unánime de los estados miembro. Ahora bien, los líderes europeos siguen atascados en los detalles. Los países del sur, sobre todo España y Grecia, siguen presionando para que la UE despliegue unos nuevos fondos comunitarios como los de la cóvido para defensa, y algunos del norte, como los Países Bajos, se oponen rotundamente y sólo están dispuestos a aceptar la creación de unos eurobonos en materia de préstamos por valor de 150.000 euros.
El otro gran debate sobre el plan de rearme tiene que ver qué proyectos se pueden beneficiar de estos eurobonos. Algunos países, sobre todo los del sur, piden que se incluya en el concepto de seguridad algunos aspectos como el control de fronteras, la ciberseguridad y ataques híbridos. En cambio, los países del este y los que sienten la amenaza del expansionismo ruso más cerca se muestran reacios porque prefieren que los esfuerzos se destinen sobre todo a la defensa más tradicional, como la defensa antiaérea y la adquisición de tanques.
En todo caso, en el texto acordado no hay ninguna referencia explícita sobre qué tipo de eurobonos de defensa, si en forma de préstamos o de transferencias y que, por tanto, no deban devolverse. Así, como en la cumbre europea de hace dos semanas, deja la puerta abierta a Von der Leyen a explorar nuevas vías de financiación para el gran plan de incremento del gasto militar.
Las diferencias entre el sur y el este de Europa, sin embargo, no se han quedado aquí. Pedro Sánchez y Giorgia Meloni han criticado la deriva belicista, mostrando contrarios al nombre del plan de Von der Leyen, que se llama Rearmar Europa. "No me gusta en absoluto", ha dicho el presidente español. "Es un nombre engañoso", dijo este miércoles la primera ministra italiana. De hecho, ambos líderes han rebajado el tono a favor de incrementar el gasto militar para acercar posiciones con sus socios de gobierno: Sánchez con Sumar y Meloni con la Liga Norte de Matteo Salvini. Por el contrario, los países del este el continente no dejan de presionar para acelerar el aumento de capacidad militar del bloque.
La 'Coalición de voluntarios' ultiman los detalles para una posible misión de seguridad en Ucrania
"No sabemos si habrá un acuerdo, y lo que sí sé es que, si lo hay, no podemos empezar a planificar nada a posteriori; hay que hacerlo ahora. Por eso estamos completamente concentrados en esta tarea". Así se ha expresado el primer ministro británico, Keir Starmer, poco antes de participar en la reunión de los jefes militares de la llamada Coalición de los Voluntarios, algo más de una veintena de países –con la clamorosa ausencia de Estados Unidos–, que se han reunido en Londres este jueves por la tarde. Starmer aseguró que la reunión pretende "pasar del concepto a planes concretos, centrándose particularmente en la cuestión de cómo mantener seguros el cielo, el mar y las fronteras de Ucrania, trabajando, por supuesto, con los ucranianos".
Más allá del detalle, por el momento insalvable, que Rusia no quiere tropas internacionales en Ucrania, la reunión aborda los detalles de una posible misión que aporte garantías de seguridad a Ucrania. Es la hora de saber, a qué están dispuestos los miembros de la Coalición de Voluntarios. Es decir, discuten a puerta cerrada en el noroeste de Londres qué papel va a jugar cada país.
¿Proporcionará Italia tropas terrestres? ¿Francia apoyará naval? ¿Cómo será la aportación del Reino Unido? ¿Y la de España? Y bajo qué bandera podrían operar estas tropas: ¿la de la OTAN, la de los Cascos Azules, las diferentes banderas estatales? ¿Quién aportará la cobertura aérea? ¿Y la inteligencia? ¿Y durante cuánto tiempo sería necesaria la presencia de estos garantes del hipotético acuerdo de paz? Y, más aún, ¿cuáles serían las reglas de enfrentamiento? ¿Qué pasaría si estas tropas fueran atacadas o amenazadas por un dron ruso? ¿Tendrán autoridad para abatirle? ¿Quién otorga esta autoridad?
Son preguntas que, por el momento, no tienen respuesta, según informa Quim Aranda desde Londres.