El macrojuicio por los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París llega, nueve meses después, a su fin. Esta semana está previsto que acabe con las alegaciones de la defensa y un último turno de palabra para los acusados, y el 29 de junio se conocerá la sentencia. La fiscalía ha pedido para Salah Abdeslam, el único de los presuntos terroristas vivos, la cadena perpetua sin revisión de pena. Es la máxima condena posible en Francia –similar a la prisión permanente revisable de España–. Instaurada en 1994 y solo por los crímenes más graves, los condenados a cadena perpetua sin revisión de pena no tienen derecho al menos durante 30 años a beneficiarse de ningún permiso de salida, ni alivio de la pena, ni ningún beneficio penitenciario.
La veintena de presuntos terroristas juzgados se enfrentan a penas de entre 5 años y la cadena perpetua. "El crimen es de tal gravedad que la sanción solo puede ser de acuerdo con esta gravedad", resumió la fiscal Camille Hennetier. Abdeslam es el único que se enfrenta a la máxima pena por "asesinato, secuestro y tentativa de asesinato" en el marco de un grupo terrorista. El resto están acusados de complicidad.
El del 13 de noviembre es el peor atentado terrorista que ha vivido nunca Francia. Un pelotón yihadista asesinó a 130 personas en diferentes puntos de la capital francesa, la mayoría (90) en la sala de conciertos Bataclan. Todos los terroristas murieron autoinmolados o abatidos por la policía, a excepción de Abdeslam, que, según su relato en el juicio, se arrepintió en el último momento y dejó abandonada su chaleco con explosivos antes de huir a Bélgica.
Zonas de sombra
Durante los nueve meses que ha durado el juicio, la fiscalía y las acusaciones han intentado "reconstruir el rompecabezas" de los atentados. Lo más relevante ha sido la declaración de Salah Abdeslam, que ofreció su versión sobre la noche de los hechos, pero no dio muchas más pistas sobre su organización. El juicio también ha servido para escuchar el sobrecogedor relato de las víctimas, especialmente "el infierno dantesco del Bataclan", en palabras de la fiscalía. Según Camille Hennetier, quedan "zonas de sombra" para entender los atentados. "La mayoría de los acusados sabían cosas, pero no han aportado respuestas. Han callado y callarán hasta su muerte", concluyó la fiscal.