Santiago de ChileTal y como habían pronosticado las encuestas, la candidata Luisa González, heredera de la Revolución Ciudadana del expresidente Rafael Correa (2007-2017), ha ganado la primera vuelta de las elecciones en Ecuador (el 33,1% de los votos con el 78% escrutado), que se han celebrado este domingo. El segundo candidato más votado ha sido el empresario Daniel Noboa que, en cambio, sí fue la sorpresa de la noche (24,1% de los votos). El político, de centro-derecha, el más joven de los ocho que competían, se disputaba la segunda posición con Christian Zurita (16,2%), sustituto de Fernando Villavicencio, asesinado el pasado 9 de agosto; Jan Topic (14,6%), conocido como el Bukele ecuatoriano; y Otto Sonnenholzner (7,1%), exvicepresidente de Lenín Moreno (2017-2021), que han quedado en tercera, cuarta y quinta posición, respectivamente.
Las elecciones se han celebrado con importantes medidas de seguridad. Los votantes eran cacheados antes de entrar en los colegios electorales y las autoridades recomendaron que fueran sin bolsas ni mochilas. El candidato Christian Zurita se presentó con casco, chaleco antibalas y escoltado por militares y policías de élite que utilizaron un escudo antibalas desplegable para protegerlo. El Consejo Nacional Electoral ha denunciado que el sistema de voto en el exterior sufrió ciberataques en varios países, como India, Bangladesh, Pakistán, Rusia y China. La participación fue del 82,26%, en un país donde votar es obligatorio.
“Es la primera vez en la historia de Ecuador que una mujer obtiene un porcentaje tan alto en la primera vuelta y gana las elecciones para ser la presidenta”, ha declarado Luisa González, la candidata ganadora, tras su triunfo en las urnas. La Revolución Ciudadana, uno de los movimientos de la izquierda tradicional latinoamericana, pasa por un buen momento, pese al escenario de violencia y tensión que vive el país desde los últimos tres años y acentuado durante la campaña electoral. El bloque de Correa, que él mismo controla desde Bélgica, donde vive a raíz de una condena por corrupción, ganó cómodamente las elecciones locales y regionales en febrero.
“Hay un voto duro del correismo que supera el 30% y, aunque el asesinato de Villavicencio ha afectado a sus resultados, no ha modificado el voto de este sector”, explica la académica ecuatoriana y experta en comunicación política Caroline Ávila.
“No se perfilaba entre los favoritos”
Daniel Noboa, hijo del multimillonario Álvaro Noboa, propietario de la mayor exportadora de plátanos del país, se aparta de la política tradicional que la ciudadanía ecuatoriana ha aburrido, y se enfoca en la seguridad, la producción y el trabajo. "A partir de mañana tenemos que volver a empezar de nuevo, volvemos a hacer campaña", ha asegurado antes de advertir que está abierto a acoger otras fuerzas políticas, pero "no hará ninguna coalición porque son un vínculo".
"Noboa no se perfilaba entre los favoritos, pero las encuestas apuntaban a un porcentaje de indecisión muy alto que era difícil saber cómo se iba a distribuir, considerando que el voto es obligatorio”, dice la politóloga de la Universidad de Cuenca Angélica Abad. "Hizo un buen papel durante el debate presidencial, lo que impulsó su campaña y ha despertado la atención de los votantes más indecisos", añade Ávila.
Entre las preferencias para disputar la segunda vuelta sonaban Sonnenholzner, Topic y Zurita. Los dos primeros por prometer mano dura contra el crimen organizado en un momento en que el país vive una profunda crisis de seguridad y tiene los índices de homicidios disparados. El tercero, porque a pesar de que no se sabía el impacto real en el electorado, se intuía que el magnicidio contra el candidato Villavicencio, cuya cara y nombre aparecían este domingo en la papeleta, podía acabar beneficiándolo en las urnas.
Hoy mismo empezará la campaña de cara a la segunda vuelta, que se celebrará el 15 de octubre con la polarización entre partidarios y detractores del expresidente Correa aún más marcada: “Será difícil por el correismo porque en el balotaje la elección suele ser aún más dividida y, normalmente, el anticorreismo se une”, apunta Caroline Ávila.
Según ella, González tendrá el reto de “convocar la unidad de las fuerzas de su movimiento en clave más integradora y atraer el voto de los jóvenes”, mientras que Noboa tendrá que “consolidar el voto de la derecha sin entrar en conflicto y representar mejor la lucha contra la inseguridad”, principal preocupación de la sociedad ecuatoriana.
Presidente o presidenta por poco tiempo
El presidente electo lo será por poco tiempo. Permanecerá en el poder menos de año y medio, hasta que concluya el mandato del actual presidente, Guillermo Lasso, en mayo del 2025. Hace tres meses, el mandatario disolvió la Asamblea, de mayoría opositora, y convocó elecciones anticipadas, a través del mecanismo conocido como "muerte cruzada", para evitar una moción de censura por acusaciones de supuesta corrupción. Hoy ha declarado que, como “devolvió el poder al pueblo, será el pueblo quien elija”.
El 59% de los ecuatorianos votan en un plebiscito que se deje de explotar el petróleo de la Amazonia
El 58,99% de los ecuatorianos han votado este domingo en un plebiscito que se deje de explotar el petróleo del llamado Bloque 43-ITT, un importante yacimiento de crudo situado en el Parque Nacional Yasuní, considerado el corazón de la Amazonia en el país. Solo el 41,01% se ha mostrado a favor de que se mantengan los trabajos de extracción con el 93% de las papeletas escrutadas. El referéndum, promovido por el colectivo ambientalista Yasunidos, marca un precedente mundial sobre la explotación de los recursos naturales. En total, 13,4 millones de ecuatorianos estaban llamados a las urnas. La participación ha sido especialmente alta: han votado al 82,26% de los electores.
Del Bloque 43-ITT se extraen cada día 55.000 barriles de crudo, que equivalen al 11% de la producción nacional de petróleo de Ecuador y que aportan al gobierno beneficios por un valor de 1.200 millones de dólares. Sin embargo, la mayoría de los ecuatorianos han preferido preservar esta zona, que es un área natural protegida de más de un millón de hectáreas, donde hay más de 2.000 especies de árboles y arbustos y cientos de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces. Los ambientalistas consideran que el dinero que el gobierno dejará de ingresar con la explotación de esta zona se podrá compensar con un impuesto a la riqueza.