Macron se despide de Merkel: turismo por Beaune y una cena íntima en el castillo de Clos de Vougeot

La canciller cierra en Francia su gira europea antes de abandonar el cargo

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El presidente francés, Emmanuel Macron, entrega regalos a la cancillera alemana, Angela Merkel, que se despide del cargo con una última reunión bilateral al este de Francia.

ParísEntre centenares de ciudadanos aplaudiendo y saludando, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, han paseado juntos por las calles de Beaune (Côte-d'Or), un bonito pueblo lleno de historia que ha acogido este miércoles la última visita oficial en Francia de la canciller. Los dos líderes han visitado los Hospicios de Beaune, un edificio gótico rodeado de viñas que en el siglo XV acogió un hospital para los pobres, y han cenado en el castillo de Clos de Vougeot, cuna de los vinos de Borgoña.

Angela Merkel ha elegido Francia para acabar su gira de despedida después de dieciséis años como canciller de Alemania. Es un gesto con una gran dosis de simbolismo que pone fin a una gran etapa del eje francoalemán en el que Europa ha vivido momentos convulsos: desde la crisis financiera de 2008 hasta la inesperada pandemia de covid-19, pasando por la explosión del terrorismo yihadista. El lugar que ha elegido el presidente de Francia, Emmanuel Macron, para honrar a Merkel y despedirse antes de que deje el cargo –los partidos alemanes negocian la formación del nuevo gobierno– también está cargado de simbolismo. Beaune acogió hace veintiocho años una cumbre entre François Mitterrand y el canciller Helmut Khol, dos líderes que siempre serán recordados en Europa por haber dado un empujón definitivo al proyecto de integración comunitario.

El Elíseo ha descrito el encuentro entre Macron y Merkel, acompañados de sus respectivas parejas, Brigitte Macron y Joachim Sauer, como una reunión privada y "íntima", pero lo cierto es que cualquier cosa que tenga que ver con un adiós a la canciller adquiere una dimensión política. De hecho, las mismas fuentes del Elíseo han destacado que el encuentro "cierra años de trabajo fructífero entre el presidente y la canciller para reforzar la cooperación bilateral" entre Francia y Alemania, así como "contribuir al proyecto europeo".

Fin de una etapa

Con la salida de Merkel se cierra una etapa no solo en Alemania sino también en la Unión Europea. La relación entre la canciller y el presidente de la República no siempre ha sido fácil, sobre todo a los inicios del mandato de Macron, pero con el tiempo los dos dirigentes han sabido fortalecer el eje francoalemán para tirar del carro europeo. El plan de recuperación, que por primera vez en la historia prevé la mutualización de la deuda entre los socios comunitarios, es el mejor ejemplo.

En reconocimiento de su actividad política y especialmente por su papel en el eje francoalemán, Merkel ha recibido esta noche de manos del presidente francés la medalla de la Gran Cruz, la distinción más importante de la Legión de Honor, una condecoración creada por Napoleón en 1802 para reconocer el mérito civil y político al servicio de Francia de personalidades de diferentes ámbitos. "Desde que eres canciller, Francia ha aprendido a conocerte y a quererte", le ha dicho Macron.

La visita de la canciller ha acabado con un recital de piano en el castillo antes de pasar a la cena. Emmanuel y Brigitte Macron han elegido al chef Yohann Chapuis –su restaurante Greuze tiene una estrella Michelin– para preparar el menú, muy vinculado al territorio: huevos en meurette, paté con trufas de Borgoña, ternera de Charolais, queso local y chocolate –el dulce preferido de Merkel– para acabar. Todo ello maridado con vinos de Borgoña que los cuatro comensales han saboreado en uno de los comedores del castillo Clos de Vougeot.

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