El mundo recibe el año nuevo a medio gas por las restricciones anticovid

La pandemia hace que muchos gobiernos tengan que cancelar o amortiguar las celebraciones multitudinarias

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Nova Zelanda celebra la entrada del 2022 con un espectáculo de luces en Auckland después de haber cancelado los tradicionales fuegos artificiales.

Parte del planeta ya ha empezado a dar la bienvenida al 2022, que empieza, de nuevo, con la pandemia del covid como protagonista. La elevada incidencia de la infección provocada por la variante ómicron ha llevado a muchos gobiernos a cancelar o amortiguar las celebraciones habituales. Nueva Zelanda, uno de los primeros países en entrar en el año nuevo, ha cancelado los tradicionales fuegos artificiales para evitar aglomeraciones y los ha sustituido por un espectáculo de luces sobre el puente del puerto de Auckland, la capital.

Tampoco habrá pirotecnia de colores en el Arco de Triunfo de París, ni en el Big Bien de Londres, ni en las Torres Petronas de Kuala Lumpur. En Times Square, Nueva York, se dará la bienvenida al nuevo año con la caída de la icónica bola de cristal, pero allí donde se solían congregar unas 60.000 personas, este año podrá haber solo 15.000, con mascarilla y con el certificado de vacunación en regla.

La China está en alerta máxima, con la ciudad de Xi'an, de 13 millones de habitantes, confinada, y con los acontecimientos de Fin de año cancelados en la mayoría de grandes urbes. También imperan las restricciones en la India, preocupada por el avance del ómicron, después de que la delta impactara con fuerza en este país asiático en verano. Los 20 millones de habitantes de Nueva Delhi, por ejemplo, tendrán que celebrar la entrada del año en su casa, puesto que hay vigente un toque de queda a partir de las diez de la noche.

En Latinoamérica se han mantenido algunos de los acontecimientos tradicionales, a pesar de que con modificaciones. Es el caso de la celebración en la icónica playa de Copacabana de Río de Janeiro, en Brasil, donde antes de la pandemia se reunían millones de personas. Este año se hará un gran espectáculo de fuegos artificiales, pero no los conciertos quehabía planeados para evitar aglomeraciones masivas.

Celebraciones reducidas en Europa

En Europa, la mayoría de países han optado por cancelar o reducir significativamente los aforos de las grandes celebraciones de Fin de año. En los Países Bajos, por ejemplo, donde hay un confinamiento estricto desde hace dos semanas, toda la actividad no esencial está cerrada, y solo se permiten reuniones de cuatro personas. En Francia, a pesar de que no hay toque de queda, las discotecas estarán cerradas, y tampoco se permitirán las concentraciones en la calle, ni los fuegos artificiales en las grandes ciudades. Alemania prohíbe también los grandes acontecimientos públicos, y las reuniones privadas están limitadas a un máximo de diez personas. Además, el acceso a los restaurantes –en los estados donde están abiertos– está limitado a las personas inmunizadas. Pasa lo mismo en otros países europeos, como Italia, Portugal y Grecia.

Excepciones

Una excepción a la tendencia generalizada de endurecer restricciones es Sudáfrica, que este mismo viernes ha levantado el toque de queda nocturno después de dar por superado el pico de la cuarta oleada de infecciones, provocada por la variante ómicron, que se detectó por primera vez en noviembre en este país del África austral.

En Australia, la entrada al 2022 se ha celebrado con una relativa normalidad, gracias a la elevada cobertura de vacunación. Los tradicionales fuegos artificiales han lucido sobre la Ópera de Sydney y las autoridades no han establecido limitaciones de aforo, pero sí la obligatoriedad de llevar mascarilla.

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