Australia

El apuñalamiento de un cura en Sydney durante una misa desencadena una protesta multitudinaria

El incidente llega dos días después de otro ataque con arma blanca en un centro comercial de la ciudad en el que murieron siete personas

Pau Lizana Manuel
y Pau Lizana Manuel

BarcelonaSydney ha sufrido este lunes el segundo episodio de violencia en tan sólo dos días. Un hombre ha apuñalado a un cura ya tres de sus seguidores en la iglesia asiria del Bon Pastor, de confesión ortodoxa, en el distrito de Wakeley, en el sureste de la ciudad australiana. El incidente, que la policía investiga como un "acto terrorista", llega dos días después de otro ataque con arma blanca en un centro comercial de la ciudad, donde el autor mató a seis personas e hirió a ocho más antes de ser abatido a tiros por la policía.

El cura ortodoxo atacado, Mar Mari Emmanuel, que saltó a la fama durante la pandemia por sus proclamas contra el confinamiento y las vacunas, estaba celebrando una misa cuando un hombre se ha acercado al altar y ha lanzado cuchilladas contra el sacerdote. A continuación, los asistentes de la iglesia se han abalanzado sobre el agresor para detenerlo.

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Además de Emmanuel, tres personas resultaron heridas, dos de las cuales fueron trasladadas al hospital. Sin embargo, no se teme por la vida de ninguno de los heridos. La policía ha detenido al presunto autor que, según explican en un comunicado, está colaborando en la investigación de los hechos.

La noticia del apuñalamiento, que se ha podido ver en la emisión en directo que se hacía de la misa, se ha esparcido rápidamente entre los seguidores del sacerdote, que no han tardado en concentrarse ante la iglesia en señal de rechazo al ataque. Cientos de personas, según varios medios locales, protestaron frente al templo y destrozaron dos coches de la policía. Poco después, las fuerzas antidisturbios han dispersado a la multitud. La policía informó de la detención de un chico de quince años durante las protestas que fue trasladado dentro de la iglesia "por su propia seguridad".

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Chris Minns, el primer ministro de Nueva Gales del Sur, el estado australiano donde se encuentra Sydney, calificó los hechos de "perturbadores" y llamó a la comunidad a "mantener la calma" ya atender las indicaciones de la policía y los servicios de emergencia. También se reunió con líderes religiosos de la ciudad para enviar una "condena unánime a la violencia en cualquiera de sus formas".

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Sobre la calificación de acto terrorista, la comisaria de Policía del estado australiano de Nueva Gales del Sur, Karen Webb, ha dicho: "Creemos que hay elementos que satisfacen [esta declaración] en términos de [un acto] extremista de motivación religiosa". El ataque llega sólo dos días después de la muerte de siete personas en otro ataque con arma blanca en un centro comercial en el barrio de Bondi Junction, también en Sydney, aunque la policía descartó entonces que el hombre actuara bajo una motivación terrorista.

El autor en este caso fue Joel Cauchi, un hombre de 40 años con problemas de salud mental, según la policía, y que hirió a ocho personas antes de ser abatido por el agente Amy Scott. Entre las víctimas mortales se encuentra Ashlee Good, de 38 años. Cauchi también hirió a la hija de Good, de nueve meses, que ha sido operada con éxito y que, según un comunicado de la familia, "ahora está bien".