Orbán sintoniza con Putin en pleno conflicto en Ucrania

El ultraconservador húngaro visita el Kremlin mientras Europa escenifica su apoyo a Kíev

BruselasAnalistas y periodistas de todas partes ya hace años que se atrevieron a bautizar Viktor Orbán cómo "la oveja negra" de Europa y el conflicto en Ucrania es una nueva demostración de ello. Mientras Bruselas hace todos los esfuerzos posibles (con la ayuda de Washington) para reducir su dependencia de Rusia sobre todo en el suministro de gas, el líder ultraconservador húngaro viaja a Moscú justamente para pedir más gas al presidente Putin y, todavía más, para estrechar vínculos y darle las gracias por la vacuna Sputnik. El flirteo de Orbán con el Kremlin, pues, no es nuevo ni sorprendente, pero sí que es la prueba más evidente de las diferentes sensibilidades que hay en Europa a la hora de relacionarse con Rusia.

La Unión Europea se enfrenta a un problema interno cada vez que Putin le pone contra las cuerdas porque los enfoques son diversos. Por un lado, los países más próximos geográficamente al gigante exsoviético acostumbran a pedir más contundencia a la hora de enfrentarse al Kremlin, debido al miedo causado por estar en la primera línea. Por otro, hay países como Alemania, con un enfoque tradicionalmente más diplomático y fuertes intereses económicos (como evidencia el gasoducto Nord Stream 2). Pero después también hay otros intereses, por ejemplo Italia, donde Rusia ha invertido con fuerza desde el sector privado y el empresariado se ha llegado a pronunciar recientemente en contra de las sanciones.

Cargando
No hay anuncios

Orbán se ha presentado casi como un garante de la paz, como un mediador entre Moscú y Occidente e incluso ha ofrecido el "modelo húngaro" para resolver el conflicto: "Podemos ofrecer el modelo húngaro: siendo miembros de la OTAN y la UE mantenemos buenas relaciones con Rusia, basadas en el respeto mutuo". El líder del Fidesz se ha mostrado optimista ante la posibilidad de un acuerdo que evite la guerra. Ahora bien, la fotografía de Orbán con Putin de este martes va un paso más allá. La magnitud de la crisis actual es calificada por algunos como la crisis más grande de seguridad en Europa desde la Guerra Fría y por eso tanto los miembros de la UE como los aliados de la OTAN se han esforzado en mantener una unidad sin grietas. Incluso otros países de la zona, y tradicionalmente alineados con Orbán en otras cuestiones, como Polonia, Rumanía o Bulgaria, se han posicionado en las últimas semanas haciendo piña con Ucrania.

En contraposición, en Kiev este martes también ha sido día de símbolos y fotografías de apoyo. Desde el presidente neerlandés Mark Rutte, pasando por una delegación de europarlamentarios, hasta el primer ministro británico, Boris Johnson, y también su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki, han visitado personalmente Ucrania y sus autoridades para exhibir apoyo al país, un apoyo que también han mostrado más allá del plano diplomático, a través del envío de munición y ayuda financiera desde Varsovia y también desde Londres, que tiene listos 88 millones de libras para Kiev. Además, el Reino Unido, Polonia y Ucrania han acordado un nuevo formato de cooperación para hacer frente a la amenaza rusa.

Cargando
No hay anuncios

"Una guerra europea"

Todos se han reunido con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que ha agradecido las muestras de apoyo, que traduce en un frente unitario ante Rusia en caso de conflicto: "Esta no será una guerra entre Ucrania y Rusia; será una guerra europea, una guerra en toda regla", ha avisado.

Cargando
No hay anuncios

También Bruselas ha hecho patente su apoyo de nuevo a Ucrania. El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, también ha hecho parada en Kiev esta semana para concretar el paquete de 1.200 millones de euros de asistencia financiera al país. La Comisión Europea ha acelerado los plazos de entrega de este dinero en forma de préstamos a poco interés para apoyar a la democratización del país pero también al ahogo económico que le provoca el conflicto con Rusia.