Por qué Egipto e Israel no abren el paso de Rafah para llevar ayuda humanitaria a Gaza
El Cairo presiona para abrir un corredor humanitario para enviar ayuda a la Franja y evitar un desplazamiento de palestinos masivo
El CairoIncertidumbre sobre el acuerdo para permitir la entrada de ayuda humanitaria en la franja de Gaza. Tras la novena noche consecutiva de bombardeos israelíes y de que Tel Aviv ordenara a los más de un millón de palestinos de la mitad norte de la Franja que abandonen la zona, cientos de miles de personas han continuado huyendo durante el fin de semana hacia las provincias de Khan Yunis y Rafah, en el sur de Gaza, mientras se prepara una invasión terrestre del enclave palestino. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) estima que durante la última semana cerca de un millón de personas se han visto forzadas a desplazarse hacia las zonas meridionales de Gaza, que están abarrotadas, debido a los intensos bombardeos y el asedio de Israel. Esta mañana Egipto ha anunciado un acuerdo con Israel y Estados Unidos para dejar entrar ayuda humanitaria a Gaza y para evacuar a los extranjeros que viven en la franja pero después el gobierno de Benjamin Netanyahu ha desmentido que haya un alto el fuego. Varios ministros israelíes se han pronunciado en contra de dejar que los alimentos, agua y medicamentos enviados por Turquía y Jordania que esperan en Rafah entren en la franja.
La creciente aglomeración en el sur de Gaza está a la vez incrementando la presión sobre el paso fronterizo de Rafah, que conecta la Franja con Egipto y es la única vía de entrada y salida del enclave palestino que no controla Israel. Sin embargo, este paso ha permanecido cerrado desde el martes, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), porque el lado palestino del paso fue bombardeado tres veces por la aviación israelí a principios de la semana pasada. El ministerio de Exteriores egipcio asegura que El Cairo no ha ordenado cerrarlo en ningún momento, pero ha reconocido que los daños provocados en la infraestructura de la terminal palestina han obligado a interrumpir su funcionamiento.
Ante esta situación, Egipto está presionando para abrir un corredor humanitario para enviar ayuda a Gaza a través de Rafah, en un intento de aliviar la catastrófica situación humanitaria en la Franja y evitar un desplazamiento forzado y masivo de civiles palestinos a su lado de la frontera, en la península del Sinaí. Con esta idea en la cabeza, El Cairo ha designado al aeropuerto de Al Arish, a 50 kilómetros de Rafah, para recibir suministros internacionales de ayuda humanitaria, que ya han enviado países como Jordania y Turquía y organizaciones como la Media Luna Roja y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, de momento Israel no ha ofrecido las garantías de seguridad necesarias para ejecutar el plan.
Un tema espinoso
La salida de civiles a través de Rafah, sin embargo, representa un tema más espinoso. Por ahora, Estados Unidos está negociando para garantizar la salida de sus ciudadanos, y han indicado que aquellos que lo crean seguro se dirijan a Rafah para una posible apertura temporal del paso fronterizo, que, de producirse, todavía no queda claro si beneficiaría al resto de extranjeros a la Franja y personas con doble nacionalidad. Hasta ahora, sin embargo, las autoridades egipcias se han negado a permitir que los ciudadanos estadounidenses abandonen Gaza por Rafah mientras no haya un acuerdo para abrir el corredor de ayuda humanitaria, según han dicho fuentes al paso de la Fundación Sinaí por en los Derechos Humanos. Se espera que la visita a El Cairo del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, el domingo ayude a desatascar la situación.
Paralelamente, Washington ha asegurado a lo largo de la última semana que está negociando con Israel y Egipto abrir un paso seguro para que civiles palestinos de Gaza puedan salir de la Franja. Sin embargo, Egipto se ha mostrado hasta ahora públicamente en contra, en línea con su posición histórica sobre esta cuestión, ya que nota que si acepta un desplazamiento forzado y masivo de palestinos de la Franja socavaría sus opciones de establecer un estado, y porque Israel, como poder ocupante, es responsable de las necesidades básicas de la gente de Gaza. Además, aunque el ejército egipcio haya reafirmado, en gran medida, el control sobre el Sinaí en los últimos tres años, el norte de la península ha sido desde 2011 un nido de inseguridad y una zona de guerra entre el estado y la rama local del Estado Islámico, por lo que se teme que un movimiento masivo de personas pueda comprometer con ellos la situación de seguridad.
Presión occidental
Muchos ciudadanos de Gaza, a su vez, son descendientes de los más de 700.000 refugiados palestinos que fueron expulsados de su tierra por milicias sionistas y después el ejército del entonces recién fundado Estado de Israel, sobre todo en 1948. Ahora existe el miedo a que el desplazamiento forzado y masivo de ciudadanos de Gaza hacia el sur de la Franja, o incluso en Egipto, suponga un nuevo destierro y que nunca puedan volver a casa si optan por marcharse.
Aunque públicamente El Cairo ha rechazado esta posibilidad, el medio egipcio independiente Mada Masr ha informado, citando cerca de una decena de fuentes conocedoras de la negociación, que Egipto se encuentra bajo presión por parte de varios países occidentales para aceptar en el Sinaí a un gran número de palestinos desplazados a la fuerza de Gaza. A cambio, el país, que pasa por una profunda crisis económica, recibiría importantes concesiones económicas.