Las decisiones trascendentes de Netanyahu

El presidente del Congreso de Estados Unidos, Mike Johnson, ha visitado esta semana una de las colonias judías de los territorios ocupados. El líder republicano, que en el escalafón de su país solo está por detrás del presidente Donald Trump y de su vicepresidente, es la personalidad de rango más elevado de Estados Unidos que visita oficialmente la Cisjordania ocupada en toda la historia, por lo que el viaje ha estado cargado de simbolismos.

Algunos medios israelíes, como Israel Hayom, revelaron que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, le presentó mapas de Cisjordania que detallan los planes de Israel para anexionarse esta región palestina. De hecho, la formalización de la anexión de Cisjordania solo depende de la voluntad de Netanyahu, y cada día que pasa parece más inevitable. Desde su ocupación durante la guerra de 1967, Cisjordania ha sufrido un cambio de fisonomía muy característico, con el establecimiento de decenas y decenas de colonias judías por todas partes y con la marginación de la población palestina en guetos aislados entre sí, hasta llegar a la situación de hoy, que a mucha gente le parece irreversible.

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Las circunstancias actuales indican que Israel está solo un paso de extender su soberanía por toda Cisjordania. Esto será posible porque el presidente Trump está en completa sintonía con el sionismo radical que representa Netanyahu, una circunstancia que se está viendo particularmente en la guerra de Gaza, una guerra que mucha gente califica de genocidio, incluso en Israel.

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Netanyahu no quiere dejar pasar esta oportunidad. El fiasco del 7 de octubre del 2023 ha dejado al primer ministro en una situación crítica y antes de irse quiere cambiar toda la región. Solo el tiempo dirá si las decisiones que está tomando serán positivas para Israel, pero en cualquier caso él quiere dejar un Oriente Próximo diferente, y eso tiene mucho que ver con los palestinos.

El mismo día que el republicano Mike Johnson visitaba la colonia judía de Shiloh, Netanyahu preparaba la continuación de la guerra en la Franja de Gaza. El primer ministro ha decidido conquistar toda la Franja y ha explicado que solo así se acabará con Hamás y se conseguirá la liberación de los 50 rehenes (de los que 20 todavía están vivos).

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Esta es la instrucción que ha dado al ejército, aunque los responsables militares creen que se trata de un plan peligroso por dos motivos. En primer lugar, porque el ejército estima que conquistar completamente la Franja va a costar un montón de vidas de soldados, y, en segundo lugar, porque va a poner en peligro la vida de los rehenes que todavía quedan vivos.

Pero Netanyahu parece decidido a correr estos riesgos y la complejidad de la situación le parece poco. Simultáneamente, está luchando contra la abogada del estado, a quien quiere dimitir porque se opone a algunas decisiones suyas. También ha expulsado al presidente de la comisión de Defensa y Asuntos Exteriores de la Knesset, que quería que los jóvenes ultraortodoxos se incorporaran progresivamente al servicio militar.

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En la madrugada del viernes, el gabinete de seguridad aprobó la conquista de Ciudad de Gaza. Ahora el ejército tendrá que reclutar a miles de reservistas. Para ello quizás harán falta unas semanas, y la idea de Netanyahu es conquistar toda la Franja. Por primera vez dijo que, una vez conquistada, la entregará a países árabes para su administración, algo que parece difícil de digerir.

Ciertamente, Oriente Próximo vive un momento decisivo. A corto plazo, todo parece indicar que Netanyahu, con el apoyo de Trump, al que aún le quedan más de tres años de mandato, puede hacer y deshacer todo lo que quiera. Sin embargo, el resultado de algunas de sus decisiones más polémicas solo se conocerán a largo plazo. Y esto también vale para las decisiones internas demasiado autoritarias.