Israel ocupa el paso de Rafah, el cordón umbilical de Gaza

La operación militar se intensifica mientras Netanyahu evalúa todavía la propuesta de tregua aceptada por Hamás

BarcelonaEl ejército de Israel ha tomado este martes el control del lado palestino del paso de Rafah, en la frontera con Egipto, que es el único punto que conecta la franja de Gaza con el resto del mundo fuera de territorio israelí. Un portavoz militar de las fuerzas armadas (FDI) ha afirmado que tienen "control operativo" sobre el paso y que sus patrullas especiales están "escaneando" el paso, metro que ha precisado que la operación "no ha terminado" y ha rechazado dar un límite de tiempo. De hecho, Yoav Gallant, ministro de Defensa, aseguró horas después, en un comunicado sobre la ofensiva de Rafah: "Esta operación continuará hasta que eliminemos a Hamás en la zona de Rafah y toda la franja de Gaza", y hasta el regreso de todos los rehenes.

La entrada de ayuda ha quedado totalmente bloqueada. Desde el 7 de octubre, los suministros humanitarios han entrado con cuentagotas, ya que personas y camiones debían obtener autorización israelí, lo que ha provocado una crisis de hambruna de proporciones hasta ahora desconocidas, según las agencias internacionales. Paralelamente, los bombardeos israelíes no se han detenido desde el lunes en los barrios del este de la ciudad, donde se agolpan 1,5 millones de palestinos, cuatro veces la población antes de la guerra, por la llegada de los desplazados por los ataques israelíes al resto del territorio.

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Sin lugar seguro a donde huir

Las noticias que llegan de Rafah son muy alarmantes. Los 1,2 millones de palestinos que se habían refugiado en la ciudad del extremo sur de la Franja, huyendo de los bombardeos y las incursiones israelíes en el norte y en el centro, se habían instalado en precarias tiendas de campaña o en las casas de amigos y familiares, siguiendo las órdenes de evacuación del ejército israelí. Las FDI aseguraban que Rafah era un "lugar seguro". Este lunes recibieron una orden de evacuación para desplazarse hacia la costa y ahora saben que no hay lugar seguro en la Franja: simplemente, no saben a dónde ir.

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El caos es absoluto. "La gente está pensando dónde puede encontrar algo de protección para sus familias, pero saben que ningún sitio es seguro", explica el corresponsal de Al Jazeera en Rafah, Hani Mahmoud. Los bombardeos israelíes han matado al menos a 20 palestinos, según los últimos datos de las autoridades sanitarias de la Franja.

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En el Hospital Kuwaiti, uno de los pocos que quedan operativos en Gaza, han recibido ya decenas de heridos y alertan de que no tienen ningún refuerzo porque el otro centro médico de la ciudad, el Hospital Al Najjar, está en la zona que Israel ha ordenado evacuar. Avisan de que no tienen suficientes camas, ni suministros sanitarios ni combustible para funcionar mucho tiempo más.

Sin embargo, la ONU ha denunciado que las autoridades israelíes les niegan el acceso a Rafah, por lo que en estos momentos no está entrando ningún tipo de ayuda humanitaria en la Franja. El ejército israelí asegura que el paso se utilizaba "para objetivos terroristas", pero no ha aportado prueba alguna. Solo queda combustible para un día, lo que pone en peligro todas las operaciones humanitarias.

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De hecho, Israel siempre ha controlado tanto los materiales como las personas que entraban en Gaza a través de Rafah, sometida desde hace 17 años a un bloqueo implacable. Desde 2007, después de que Hamás ganara las elecciones en Gaza, Egipto controla en coordinación con Israel a pesar de todo el mundo que atraviesa el paso. Tanto los listados de personas como de mercancías deben obtener la autorización expresa de las autoridades israelíes, en particular del COGAT, el organismo responsable de la gestión de los territorios ocupados palestinos. Por eso la ayuda humanitaria ha entrado en cantidades muy insuficientes desde el 7 de octubre, siempre filtrada por Israel, que obligaba a camiones enteros a dar la vuelta con cualquier pretexto.

Los cooperantes que entraban en la Franja debían recibir autorización israelí, por lo que tampoco han podido acceder periodistas internacionales a la Franja por este paso, ya que Israel sólo ha permitido entrar en muy pocas cadenas internacionales, siempre empotradas con sus tropas. Algunos palestinos pudieron salir pagando hasta 10.000 euros de sobornos a policías egipcios que controlan la frontera.

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El papel de Egipto y presión de Hamás

Egipto teme un desplazamiento masivo de palestinos de Gaza en su territorio e incluso ha preparado campamentos en pleno desierto del Sinaí que podrían alojar a cientos de miles de gazatinos. La gente de Gaza –la mayoría de los cuales son hijos o nietos de refugiados de 1948 que tuvieron que irse de su casa expulsados ​​por la fuerza con la creación del Estado de Israel en 1948 (el episodio que los palestinos recuerdan como la Nakba, catástrofe en árabe)– se había resistido a marcharse, pero todo el mundo sabe que la resiliencia tiene un límite.

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El ataque israelí a Rafah llega en medio de la negociación para una tregua. Este lunes Hamás aceptó las condiciones de un nuevo alto el fuego, con una propuesta en tres fases de intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos a cambio de la retirada total del ejército israelí de la Franja. El gobierno de Benjamin Netanyahu ha ordenado continuar los bombardeos mientras que ha enviado una delegación de nivel medio a El Cairo para responder a la propuesta. Es una (más que pequeña) esperanza para llegar a una tregua que al menos suponga una pausa después de siete meses de guerra que han causado una devastación sin precedentes. Sin embargo, a última hora de este martes, desde Beirut, un portavoz de Hamás, Osama Hamdan, ha condenado el ataque de Israel sobre el Ayuntamiento de Rafah y ha dicho que el ataque al paso fronterizo es "un intento de Netanyahu de obstaculizar el acuerdo y la implementación de un alto el fuego". "Es un intento desesperado de crear una pseudovictoria que pueda salvar un poco la cara a Benjamin Netanyahu. Y eso nunca se conseguirá".