Las nuevas intenciones de Netanyahu en Irán y Oriente Próximo
Israel habla ahora de dar una oportunidad a la paz, dice que los bombardeos masivos y sistemáticos contra Irán podrían detenerse si Ali Jamenei deja de bombardear a Israel y participa en una negociación nuclear con Estados Unidos, es decir con Israel, desde la humillación que ha sufrido el país que probablemente es el más antiguo del mundo.
¿Es genuina la propuesta de Benjamin Netanyahu? Parece difícil creer que sea así, precisamente porque la victoria militar ha sido abrumadora y ha disparado su popularidad. Podríamos estar frente a otra mentira, otro intento de mostrar al mundo un rostro más amable tras las decenas de miles de niños y mujeres palestinos muertos en la Franja de Gaza.
Este fin de semana, Estados Unidos e Israel han engañado a Irán haciéndole creer que aún no habían decidido atacar sus instalaciones nucleares. La mentira de Donald Trump consistió en hacer creer a Teherán que había sitio para la negociación, por lo que nada parece oponerse a la idea de que la nueva oferta de paz de la que habla Netanyahu sea en realidad la penúltima mentira táctica, destinada a ganar tiempo.
Varios analistas israelís coinciden en que Netanyahu y su entorno están sorprendidos por el hecho de que después de diez días de bombardeos que han dejado cientos de muertos, los iraníes no han salido a las grandes ciudades a expresar su condena del régimen. Netanyahu esperaba revueltas y no las ha visto. Incluso Trump ha consignado su decepción al tocar este punto frente a los micrófonos.
El primer ministro israelí está aprovechando la oportunidad que se ha creado para reordenar Oriente Próximo, por lo que cuenta con el apoyo incondicional de Trump. El domingo, el presidente estadounidense se deshizo en elogios hacia Netanyahu, y la victoria militar sobre Irán abre las vías para que este dicte las condiciones en las que navegará la región en los próximos años, posiblemente en las próximas décadas.
Reconfigurar la región
Netanyahu quiere dejar un Oriente Próximo sometido a los intereses israelíes. Las elecciones, si no se adelantan, se celebrarán en Israel en otoño del 2026. Pero a Trump aún le quedan tres años y medio en la Casa Blanca, como mínimo, y Netanyahu puede maniobrar para ser reelegido otro mandato en un país profundamente dividido.
Con la guerra ha ganado popularidad, sí, pero también la ha ganado con los bombardeos sistemáticos contra la Franja de Gaza. Sin embargo, esto no significa que podamos conseguir la paz estable y de larga duración que piensan muchos israelíes que se creen los juegos malabares de Netanyahu. En realidad, es muy posible que nos estemos alejando de este objetivo.
En otras palabras, ¿pueden cerrarse definitivamente los capítulos de los palestinos y de Irán? Sin duda es eso lo que busca Netanyahu, pero de momento son dos incógnitas que siguen abiertas. Solo una solución negociada podría hacernos avanzar hacia una paz sólida. En cambio, una paz conseguida desde la humillación carece de garantías a medio y largo plazo.