España encabeza la ofensiva diplomática contra Netanyahu
Sánchez defiende que el reconocimiento de Palestina "no es contra nadie, y menos contra Israel"
Madrid"Se trata de una decisión histórica con un único objetivo: que israelíes y palestinos logren la paz". Con estas palabras ha justificado el presidente español, Pedro Sánchez, la decisión de reconocer el estado de Palestina en la reunión del consejo de ministros de este martes, de forma simultánea en Irlanda y Noruega. El jefe del ejecutivo del Estado, que llevaba semanas liderando esta iniciativa para que la adoptaran al máximo de países europeos, da un nuevo paso en la ofensiva diplomática contra el gobierno de Benjamin Netanyahu, con quien tiene abierta una crisis diplomática.
Por eso, en una comparecencia en la Moncloa, el presidente español ha querido dejar claro que el reconocimiento de Palestina "no se adopta contra nadie". "Menos contra Israel, un pueblo amigo que respetamos, apreciamos y con quien queremos tener una buena relación", ha subrayado. En este sentido, expresó su "rechazo frontal a Hamás, que está en contra de la solución de ambos estados" y recordó que España ha condenado los ataques del 7 de octubre. En la declaración institucional, pronunciada en castellano e inglés antes de reunir a su gabinete, Sánchez ha defendido un estado que una Gaza y Cisjordania con un corredor, que tenga la capital en Jerusalén Este y que esté gobernado por la Autoridad Nacional Palestina (ANP ).
La oficialización del reconocimiento ha provocado una reacción furibunda de Tel Aviv. El ministro de Exteriores, Israel Katz, ha acusado a Sánchez de ser "cómplice de incitación al asesinato del pueblo judío y de crímenes de guerra", tanto por el reconocimiento en sí como por no haber cesado a la vicepresidenta y líder de Sumar, Yolanda Díaz, que llamó a la libertad de Palestina "desde el río y hasta el mar". En un mensaje a X en español y en hebreo, Katz volvió a acusar a Díaz de "buscar la desaparición de Israel" y el establecimiento de un "estado terrorista islámico" palestino y lo comparó con el líder supremo iraní, Ali Jamenei, y con el líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar. Díaz ha reafirmado que su "compromiso con los derechos humanos no se detendrá por ninguna amenaza".
La semana pasada, después de que España anunciara que daría el paso, el gobierno de Benjamin Netanyahu ya llamó a consultas a su embajadora en España, así como sus representantes en Irlanda y Noruega. Además, el ministro de Exteriores, Israel Katz, ordenó cortar la conexión entre la embajada de España en Tel Aviv y los palestinos, así como prohibir al consulado español en Jerusalén prestar servicios a los palestinos en Cisjordania. El ministro, además, subió a X un vídeo en el que mezclaba imágenes tópicas de España con imágenes del ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre y el mensaje: "Hamas agradece tus servicios". Albares ha señalado que "en los próximos días" habrá una respuesta coordinada con Irlanda y Noruega contra las "calumnias" del ministro de Exteriores de Israel y, a escala europea, se estudiarán sanciones económicas si el gobierno de Netanyahu no cumple las resoluciones del Tribunal Internacional de Justicia para que detenga los ataques a Rafah.
Por su parte, el presidente palestino, Mahmud Abbas, ha agradecido la decisión de España, Irlanda y Noruega y ha añadido que demuestra un "consenso internacional" para poner fin a la guerra en Gaza. "La presidencia palestina da la bienvenida a las valientes y audaces posiciones políticas europeas, especialmente las adoptadas por España, Irlanda y Noruega, que han reconocido el estado de Palestina", ha dicho en un comunicado divulgado por la agencia oficial de noticias palestina Wafa. Este jueves está previsto que se añada Eslovenia.
Recibimiento de países árabes en Madrid
Abbas recordó también las declaraciones del alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, quien el domingo dijo desde Bruselas que la solución de ambos estados "no es una concesión dolorosa" ni una amenaza a la seguridad de Israel , sino "la única garantía a largo plazo" para su seguridad y prosperidad. Sánchez y el primer ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, se reunirán este miércoles con el primer ministro de Palestina, Mohammed Mustafa, y el Grupo de Contacto Árabe para Palestina -Qatar, Jordania, Arabia Saudí, Turquía y la Cooperación Islámica —, y Albares insistirá en la necesidad de que reconozcan también el estado de Israel —Qatar y Arabia Saudí no lo hacen—, aunque el ministro es consciente de que hasta que haya un alto al fuego es difícil que se muevan.
En dos días, el presidente español ha tomado dos decisiones en materia de política exterior de gran relevancia: un acuerdo para la próxima década con Ucrania en materia de seguridad y reconocimiento de Palestina más de 70 años después del inicio del conflicto. "No nos corresponde definir las fronteras, pero nuestra visión está alineada con las resoluciones de la ONU, así como con la posición tradicional de la Unión Europea. No vamos a reconocer cambios en las fronteras de 1967 que no acuerden las partes", ha afirmado Sánchez. A nivel práctico, fuentes del ministerio de Exteriores apuntan a que no es necesario reconocer una capital ni las fronteras del territorio —subrayan que la ley fundacional de Israel no lo hace— y que el consulado español ya asume funciones de embajada.
La aprobación del reconocimiento de Palestina choca con el rechazo del PP, que considera que no servirá para propiciar un alto el fuego y, por tanto, no beneficiará a los palestinos. Pero quien ha querido entrar de lleno en el debate es el presidente de Vox, Santiago Abascal, quien precisamente en esa fecha tan señalada ha viajado a Jerusalén para reunirse con Netanyahu. Mientras, el socio de coalición en el Estado, Sumar, también trata de marcar perfil y exige al PSOE que corte las relaciones con Israel y retire a su embajadora de Tel-Aviv.
Irlanda insta a conseguir el alto el fuego
Por su parte, poco antes de que se iniciara este martes el consejo de ministros irlandés en el que se ha ratificado el reconocimiento de Palestina como estado soberano, el primer ministro, Simon Harris, ha afirmado que Europa podría estar haciendo "mucho más" "para conseguir un alto el fuego en Gaza, informa Quim Aranda. Harris ha hecho frente a críticas en su país por la posibilidad de que inversores israelíes y estadounidenses en el sector tecnológico, muy importante para la república, abandonaran los compromisos programados como protesta. El Taoiseach respondió que no hay ningún riesgo en este sentido, y calificó el reconocimiento como un "movimiento histórico [en] un momento importante". Harris insistió en que quería aprovechar el día de hoy para repetir su llamamiento "para que todos los países utilicen todas las palancas a su alcance para conseguir la máxima presión" para llegar al alto el fuego. También se mostró esperanzado en que la triple iniciativa de Madrid, Oslo y Dublín anime a otras capitales europeas a actuar en el mismo sentido.
Pocas horas después del anuncio de Pedro Sánchez, ha entrado también en vigor el reconocimiento de Noruega, prácticamente a la vez que el de Dublín. El ministro de Asuntos Exteriores noruego, Espen Barth Eide, aseguró que era "un día especial para las relaciones entre Noruega y Palestina". Y la importancia de la implicación de Oslo en este movimiento diplomático europeo a tres bandas va aún más allá, porque fue en esta ciudad donde se gestó la declaración de principios sobre acuerdos de autogobierno provisional, comúnmente conocida como Acuerdos de Oslo, que finalmente se firmó, el 13 de septiembre de 1993, en la Casa Blanca, con Bill Clinton como presidente de Estados Unidos. Participaron el entonces primer ministro israelí Yitzhak Rabin y el negociador de la Organización para la Liberación de Palestina (OAP) Mahmud Abbas.
Israel aceptó la OLP como representante de los palestinos, y la OLP renunció al terrorismo y reconoció el derecho de Israel a existir en paz. Ambas partes acordaron que se establecería una Autoridad Palestina y que asumiría las responsabilidades de gobierno en Cisjordania y la Franja de Gaza durante un período de cinco años. Entonces deberían haberse celebrado conversaciones permanentes sobre fronteras, refugiados y Jerusalén. Pero el proceso de paz quedó atascado en breve para dar paso a un nuevo estallido de violencia.