Una pareja afgana refugiada en Barcelona: "Los talibanes nos amenazaron de muerte"
Nasim, de 30 años, y Zainab, de 27 y embarazada de 6 meses, buscan una nueva vida lejos de los radicales
Nasim, de 30 años, y Zainab, de 27, se escaparon de Afganistán el 27 de julio en vuelos que los llevaron primero de Kabul a Estambul y después a Barcelona. Antes habían huido de su ciudad, Mazar-e-Sharif, una de las últimas en ser conquistadas por los talibanes, hasta la capital afgana, que aquellos días era todavía uno de los lugares más seguros para los desplazados internos. "Mi hermano mayor era diputado en Kabul y los talibanes de mi región lo sabían y habíamos recibido amenazas de muerte", explica Nasim. Cuando marcharon de su casa, todos los alrededores de Mazar-e-Sharif ya estaban controlados por los fundamentalistas.
Su hermano también consiguió huir, más o menos al mismo tiempo que él, en su caso hacia Irán. Se sabe un privilegiado, al menos en comparación con los vídeos sobre el caos del aeropuerto de Kabul para huir de la capital tomada por los talibanes. Esto si se puede considerar privilegio de una vida marcada por el terror de los talibanes, que mataron al padre de Zainab en 1998 en la anterior conquista de su ciudad y a otro hermano de Nasim, que era diplomático en el consulado afgano de Pakistán, en 2017, según relata.
Un bebé catalán
El próximo hijo o hija de Zainab, que está embarazada de seis meses, nacerá muy probablemente en Barcelona. Ni ella ni sus padres tendrán que sufrir la persecución de los talibanes, que, según el Nasim, "han ido a buscar primero a los que trabajaban con el gobierno". La pareja explica que ella había visto a manifestantes ejecutados en las carreteras de las afueras de su ciudad. "En los últimos días no se podía entrar ni salir de la ciudad porque toda la provincia estaba tomada por los talibanes", relata Nasim. Él viste ropa occidental; ella, que habla poco, sí que lleva velo y un vestido tradicional. Ha estudiado magisterio y su marido asegura que "los talibanes quieren mujeres sin educar y esto es malo para nuestra civilización". La traducción la hace Bashir Eskandari, activista y escritor afgano que hace doce años que vive en Barcelona, porque ellos no hablan inglés. Se hace difícil captar las emociones en la conversación, pero los dos parecen tranquilos.
La pareja está ahora dentro de un programa de demanda de asilo con la ayuda de la Cruz Roja, que también les ha provisto de un piso. Estuvieron, dicen, unos días durmiendo en el aeropuerto porque no les dejaban entrar en el país pero tampoco los deportaban; hasta que comprobaron su identidad y se constató que la situación en su país de origen se complicaba. El año pasado España concedió 174 permisos de asilo a afganos y, con la situación actual, es probable que aumenten las peticiones, a pesar de que el gobierno de Madrid todavía no ha dado una cifra de cuántos afganos está dispuesto a acoger, a diferencia por ejemplo de Canadá, que dijo que acogerá a 20.000. La Unión Europea ha expresado recientemente que no puede dar respuesta a la crisis migratoria, y sus estados miembros tienen posiciones diferentes: Alemania, Francia, Holanda y Dinamarca han anunciado que los afganos sin papeles dejarán de ser deportados en su país, mientras que el gobierno conservador austríaco ha dicho que no parará las devoluciones forzosas.
La pareja ha escogido España porque cree que "se respetan los derechos humanos" y porque tiene buenas referencias de cómo las tropas españolas se han comportado con los afganos. En cuanto a los talibanes, no sabe cuánto durarán en el poder, pero voz difícil que "la población civil se pueda rebelar contra ellos" y "los hombres armados ya han abandonado las ciudades". En cuanto a la rápida rendición ante el adelanto fulminante los talibanes, Nasim dice que "los soldados no tenían permiso para defenderse porque se estaban celebrando conversaciones de paz" y que "la población civil no tenía armas".