¿Por qué tira vacunas un médico francés?

Su vídeo, en el que tira dosis a la basura, se ha hecho viral en Francia

Mar Bermúdez i Jiménez

Barcelona"En plena pandemia tengo que tirar vacunas a la basura porque nadie las quiere". Este es el testimonio de un médico francés publicado en un vídeo en la BBC. Las polémicas y los supuestos problemas alrededor de la vacuna de AstraZeneca han generado una gran desconfianza entre la población francesa. La campaña de vacunación del país, que está administrando dosis ahora a la población de más de 55 años, está encontrando trabas porque son muchos los que se niegan a recibir esta vacuna. Pero la vacuna de AstraZeneca ha sido aprobada por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y ha recibido su apoyo repetidas veces. Además, numerosos estudios han reafirmado su seguridad y recalcado la excepcionalidad de los efectos adversos graves.

"Tenemos a personas de más de 55 años que no quieren la vacuna de AstraZeneca, pero sí quieren la de Pfizer", explica un farmacéutico a la BBC. "Y tenemos a personas de menos edad que quieren ser vacunadas, pero las farmacias no podemos hacerlo", añade. En Francia la vacuna no está aprobada médicamente para personas de menos de 55 años, pero el desbaratamiento de dosis ha llegado a ser tan grave que el ministerio de Salud ha cambiado las normas para permitir que cualquier persona de menos de 50 años pueda ser vacunada con dosis despreciadas por otras personas, siempre que sea la última alternativa antes de tirarla.

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La vacuna de AstraZeneca llega congelada y, una vez se descongela, caduca al cabo de cinco días, que no son suficientes para que los médicos franceses encuentren a personas de más de 55 años dispuestas a aceptar la dosis. El motivo de la negativa es la inquietud social creada alrededor de esta vacuna. De hecho, el gobierno francés hizo toda una puesta en escena cuando el primer ministro, Jean Castex, recibió la primera dosis de AstraZeneca para intentar convencer a los ciudadanos escépticos, que a principios del 2021 eran más de la mitad de la población.

Fue la interrupción de la campaña de vacunación lo que disparó el recelo de la población, pero no venía de nuevo. Ya había pasado a la hora de inmunizarse contra otras enfermedades, como el 2009, durante la campaña de vacunación contra la pandemia de la gripe A (H1N1). La poca letalidad de la enfermedad llevó a la población a desentenderse de las vacunas creando desconfianza hacia las acciones de salud pública.

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A pesar de las dificultades, la situación epidemiológica en el país, en proceso de desescalada después de meses y meses de cierre, mejora día a día. Las cifras de personas ingresadas en cuidados intensivos decrece desde hace diez días. La campaña de vacunación también parece avanzar a buen ritmo y el gobierno anunció que, a partir del 15 de junio, todos los franceses de más de 18 años podrán empezar a ser vacunados. Emmanuel Macron declaró que pretendía llegar a la cuarta y última fase de la desescalada, la normalidad, a las puertas del verano.