Escandinavia

El primer ministro sueco dimite para evitar las elecciones anticipadas

Stefan Löfven perdió una moción de censura la semana pasada

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Stefan Löfven, primer ministro sueco en funciones, anunciando su dimisión este lunes

SabadellEl primer ministro de Suecia, Stefan Löfven, ha presentado este lunes la dimisión para evitar la convocatoria de unas elecciones anticipadas, y ahora espera encontrar suficientes apoyos para poder formar un nuevo ejecutivo, a pesar de que no lo tendrá fácil. Löfven perdió la semana pasada una moción de censura y este lunes se le acababa el plazo para decidir si se iba (y, por lo tanto, se abrían negociaciones para un nuevo pacto de gobierno) o bien optaba por las urnas, en una convocatoria electoral anticipada inédita en Suecia desde hace más de 60 años y que no habría evitado que en septiembre del año que viene los ciudadanos tuvieran que volver a votar igualmente en las elecciones generales ordinarias.

"A un año de las elecciones, y en vista de la situación extraordinaria en la que se encuentra el país, con una pandemia en marcha y los grandes desafíos que conlleva, unos comicios extraordinarios no son lo mejor para Suecia", ha argumentado Löfven en el momento de anunciar la decisión. Una vez presentada su dimisión, el gobierno se mantendrá en funciones y el presidente del Parlamento, Andreas Norlén, del opositor Partido Moderado, tendrá que abrir conversaciones con los diferentes grupos y decidir a quiénes encarga la formación del nuevo ejecutivo.

Futuro incierto

De entrada, quien parte en mejor posición es el propio Löfven, líder del Partido Socialdemócrata, que es la fuerza mayoritaria en la cámara, con 100 de los 349 diputados. Pero hace tres años, después de las últimas elecciones, necesitó cuatro meses para ser investido en una coalición con los Verdes y el apoyo externo del Partido de Centro, el Partido Liberal y el Partido de Izquierda. Esta última formación le retiró la confianza hace dos semanas a raíz de una propuesta de modificación de la ley de los alquileres (cosa que dejó al gobierno en minoría y motivó la moción de censura), de forma que ahora Löfven difícilmente podrá contar con ellos. Además, los liberales ya anunciaron también que dejarían de apoyar al primer ministro saliente (de hecho, ya no lo apoyaron en la votación de la moción) y que su preferencia sería un gobierno conservador.

Las negociaciones que se abren ahora, pues, se prevén complicadas, y habrá que ver qué papel reservan los otros partidos a los ultraderechistas Demócratas de Suecia, que con 62 escaños son la tercera formación con más peso en el Parlamento y son los autores de la moción que ha acabado haciendo caer a Löfven. En las negociaciones para formar gobierno después de las elecciones de 2018, el resto de fuerzas aislaron a la formación de ultraderecha, pero ahora los partidos conservadores, e incluso el Parido Liberal, se han mostrado predispuestos a llegar a acuerdos con ellos. Pero, de todos modos, esta suma de partidos no llegaría a la mayoría absoluta. "Tenemos una situación política y parlamentaria muy difícil", ha reconocido Löfven.

La ley establece que el presidente del Parlamento puede convocar hasta cuatro votaciones para conseguir la aprobación de un nuevo ejecutivo. En caso contrario, se tendrían que convocar automáticamente las elecciones anticipadas que Löfven quería evitar.

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