Francia

La rabia contra Macron enciende Francia: la crisis en cinco claves

El país celebra la novena jornada de huelga contra la reforma de las pensiones con 1,1 millones de personas en la calle

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Centenares de personas asisten a una manifestación durante la novena jornada de huelgas nacionales y protestas contra la reforma de las pensiones del gobierno francés, a Nantes

ParísFrancia está indignada. El día después de las primeras declaraciones del presidente Emmanuel Macron sobre la reforma de las pensiones tras ser adoptada por su gobierno, miles de franceses han vuelto a llenar las calles este jueves en la novena jornada de huelga general contra la reforma. La rabia y la indignación han aumentado en los últimos días por la negativa del ejecutivo a someter la reforma, que alarga la edad de jubilación hasta los 64 años, a votación en la Asamblea Nacional. Sindicatos y ciudadanos han salido en masa a la calle para dejar claro que la lucha continúa y que no pararán las protestas aunque el gobierno haya dado la reforma por cerrada. Según la policía, en todo el país se han manifestado casi 1,1 millones de personas, una cifra que los sindicatos elevan a 3,5 millones.

Más allá de la guerra de cifras, las protestas de este jueves dejan más demostraciones de violencia que en los días anteriores, con disturbios en ciudades como Rennes, Nantes, Burdeos y París. Una de las imágenes más espectaculares la han protagonizado los manifestantes de Burdeos, que han prendido fuego al ayuntamiento de la ciudad. La puerta del edificio se ha quemado, pero los bomberos han podido apagar las llamas.

A pesar de que el presidente de la República prefiere mirar hacia otro lado, las movilizaciones se han radicalizado y amenazan con convertirse en una crisis social de envergadura, similar a la que Francia vivió hace más de cuatro años con los "chalecos amarillos". El conflicto social y político que ha desencadenado la reforma de las pensiones parece lejos de amainar. De hecho, los sindicatos han anunciado una nueva huelga general para el 28 de marzo.

La ira en la calle no solo ha crecido por la adopción del texto sin el voto parlamentario. También ha aumentado por las palabras del presidente de la República, que el miércoles justificó la reforma y dejó claro que no dará marcha atrás. "La reforma es necesaria", reiteró en una entrevista televisiva. "Tiene que entrar en vigor antes de que acabe el año", insistió. Macron no dio ningún margen para hacer modificaciones y tampoco mostró ninguna empatía con los ciudadanos que se manifiestan desde hace días. Ante esta actitud, que muchos califican de soberbia, el foco de la indignación apunta ahora al presidente de la República.

Enfrentamiento con la policía

Es la actitud inflexible del inquilino del Elíseo lo que ha explosionado la rabia. En las manifestaciones de este jueves en diferentes ciudades francesas se han visto muchas pancartas contra el presidente. "Macron no ha dado en absoluto una respuesta a lo que está pasando en la calle. Y esto es una muestra de desprecio –ha declarado el líder de la CGT francesa, Philippe Martinez–. Nosotros continuamos con la misma determinación y espíritu combativo. El objetivo es el mismo: que se retire la ley". En París, la manifestación ha reunido a 119.000 personas, según la policía, y ha acabado con enfrentamientos con la policía en los alrededores de la Ópera, un lugar muy turístico. Según ha informado el ministro del Interior, Gérald Darmanin, a las 22.30 horas se habían contabilizado 123 policías heridos y 172 detenidos. El ministro ha acusado a los violentos, "a menudo de la extrema izquierda", de querer "matar a policías".

Un manifestante con una máscara del presidente francés, Emmanuel Macron, en una manifestación este jueves en Niza, Francia.

"Las manifestaciones se repetirán cada día y cada semana", asegura Gaëlle, que se manifiesta en París. A su lado, Pauline, una maestra de París. "Lo que dijo Macron son mentiras. Engañó a Francia. El sentimiento no es de frustración... lo que estamos es enfadados", afirma. Didier es un obrero que ya está jubilado pero también se manifiesta en solidaridad con las futuras generaciones. Sostiene que Macron es presidente porque "mucha gente lo votó para que no ganara la extrema derecha, pero no tiene demasiado apoyo". El pensionista afirma que la gente se continuará manifestando pero ve el futuro negro: "Veremos qué pasa. Francia está cada día peor".

Durante todo el día se han producido actos de protesta en todo el país. Un grupo de manifestantes de sindicatos ha bloqueado esta mañana los accesos por carretera a la terminal 1 del aeropuerto Charles de Gaulle de París, hecho que ha obligado a los pasajeros a llegar a la terminal andando. Después han accedido a la terminal donde se han manifestado en medio de los viajeros. Otro grupo de personas han ocupado durante un rato las vías del tren de la estación de Lyon de París. De hecho, el sector aéreo y el de los transportes son de los más afectados por la huelga general de este jueves. El viernes todavía continuarán los retrasos y las cancelaciones de vuelos con origen o destino a los aeropuertos franceses.

Manifiesto de los actores

Coincidiendo con la jornada de huelga general, 300 personalidades del mundo de la cultura, como las actrices Juliette Binoche y Laure Calamy, han hecho público un manifiesto publicado por el diario Libération contra la reforma de las pensiones. "Es la hora de decir que nos oponemos a esta reforma y a su adopción a la fuerza por el 49.3", afirma el texto. El 49.3 es el artículo de la Constitución francesa que permite al gobierno aprobar leyes sin pasar por el voto parlamentario y que el ejecutivo ha invocado para alargar la edad de jubilación.

Las claves del conflicto de la reforma de las pensiones
  • ¿Qué respuesta ha dado Macron a las protestas?

    A pesar de la movilización histórica en la calle, el presidente de la República se ha mostrado inflexible. Ha dejado claro que no dará marcha atrás y la reforma entrará en vigor "antes de finales de año". En una entrevista este miércoles la defendió, aseguró que "es necesaria" y avanzó que las protestas no harán que cambie de opinión. Emmanuel Macron también cargó contra los sindicatos por "no haber hecho ninguna propuesta", una afirmación que ha irritado a los sindicatos. La oposición ha criticado duramente al presidente por ignorar las movilizaciones.

  • ¿Por qué ha estallado la crisis social?

    La crisis es la respuesta a la voluntad del gobierno de impulsar a cualquier precio una reforma impopular, que no ha sido negociada con los sindicatos y que no tiene el apoyo de una mayoría de la Asamblea Nacional francesa. Las primeras huelgas y protestas en la calle eran contra la reforma, pero ahora ya son contra el gobierno y especialmente contra el presidente, Emmanuel Macron. Los sindicatos y los partidos de la oposición consideran poco democrático que el ejecutivo haya optado por aprobar la reforma invocando el artículo 49.3 de la Constitución, que permite al gobierno adoptar leyes sin someterlas al voto de la Asamblea Nacional. La decisión la tomó el presidente ante el temor de perder la votación.

  • ¿Por qué los franceses no la quieren?

    En Francia, los derechos sociales son intocables. Históricamente, los sindicatos se han movilizado mucho para parar reformas que suponen un paso atrás en los derechos sociales, como es el caso de la edad de jubilación. Tocar cualquier cosa que tenga que ver con las pensiones es un tema muy sensible. Los franceses, con la edad de jubilación fijada en los 62 años, no quieren trabajar más años. Además, los sindicatos denuncian que la reforma afecta especialmente a las mujeres y a los trabajadores con carreras largas.

  • ¿Por qué el gobierno ha impulsado la reforma?

    La reforma de las pensiones, con un aumento de la edad de jubilación hasta los 64 años, era una de las promesas electorales del presidente, Emmanuel Macron. El gobierno sostiene que el sistema no es sostenible si no se trabajan más años, pero los sindicatos afirman que hay alternativas, como promover la ocupación de los seniors y de las mujeres. Con el aumento de la esperanza de vida, la tendencia en toda la Unión Europea es a aumentar la edad de jubilación y Francia, con 62 años, es uno de los países con el umbral más bajo. Aun así, están fijados en 43 los años mínimos de cotización para cobrar la pensión máxima, mucho por encima de otros países europeos.

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