Trump quiere verse con Putin "muy pronto" para detener los combates en Ucrania

Fuentes de la Casa Blanca han confirmado los planes en varios medios tras la primera reunión de Witkoff con el presidente ruso en Moscú

El presidente ruso, Vladimir Putin, y el enviado especial de EEUU, Steve Witkoff, se saludan en el Kremlin.

Moscú / WashingtonLas buenas valoraciones del primer encuentro entre el enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, y el presidente ruso, Vladimir Putin, parecen haber acelerado el deshielo con Washington. Horas después de que hubiera finalizado la reunión en Moscú, Donald Trump puso sobre la mesa la posibilidad de un encuentro con Putin "muy pronto" el que podría ser "el fin del camino". "Hay muchas posibilidades de que haya una reunión muy pronto", ha dicho el presidente estadounidense este miércoles, cuando se está a punto de agotar el ultimátum que había planteado en Rusia para que pusiera fin a los combates en Ucrania.

De hecho, el encuentro con Putin sería después de la fecha límite del 8 de agosto, ya que fuentes de la Casa Blanca han confirmado las intenciones del mandatario de celebrar la reunión lo antes posible, a partir de la próxima semana. Tras este cara a cara, el republicano también quiere volver a verse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para realizar un seguimiento de la situación.

"Los rusos han expresado su deseo de reunirse con el presidente Trump, y el presidente está dispuesto a reunirse tanto con el presidente Putin como con el presidente Zelenski", ha dicho la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Las palabras de la portavoz contrastan con lo que otras fuentes conocedoras de la situación explicaron. Mientras Leavitt dice que son los rusos quienes han pedido verse con Trump, otras fuentes afirman que es Trump quien quiere reunirse con Putin.

Horas antes, el Kremlin enviaba un mensaje protocolario, pero positivo, sobre el encuentro entre Putin y Witkoff este miércoles. El asesor del presidente ruso, Yuri Ushákov, también presente en el encuentro, le calificó de "muy útil y constructiva", explicó que ambas partes intercambiaron "señales" sobre el conflicto ucraniano y que, incluso, debatieron "las perspectivas para el posible desarrollo de una cooperación estratégica entre Estados Unidos y Ruso".

También otro de los participantes de la cita, Kiril Dmítriev, director del Fondo de Inversión Directa ruso, el hombre encargado de explorar las oportunidades de negocio con los estadounidenses, valoró la reunión como "muy importante" y aseguró que "el diálogo constructivo" entre ambos países "continúa".

Ushákov ha añadido que no darán más detalles de la conversación hasta que Witkoff comunique sus resultados a Trump. Sin embargo, el tono de los negociadores rusos aleja el escenario de un choque inminente que se traduzca en un endurecimiento sustancial de las sanciones estadounidenses contra la economía rusa, tal y como había amenazado el presidente de Estados Unidos si Putin no se comprometía a detener la guerra antes del viernes.

Los días previos a la reunión los medios rusos veían muy improbable que el Kremlin cediera a las demandas de Estados Unidos. También fuentes del gobierno ruso aseguraban a la agencia Reuters que Putin no tenía intención de pasar por el aro. De entrada, porque, como ha insistido últimamente el presidente ruso, su ejército lleva la iniciativa al frente y desde el estado mayor le han asegurado que en cuestión de dos o tres meses el frente ucraniano podría colapsarse. Putin mantiene la ambición de ocupar la totalidad de las cuatro provincias ucranianas que se anexionó. Sin embargo, aunque las tropas rusas están progresando, sobre todo en Donetsk, parece improbable que puedan culminar sus objetivos a corto o medio plazo.

Trump sigue presionando

En Moscú tienen claro que la perspectiva de nuevas sanciones no será suficiente para que el Kremlin se desvíe de su hoja de ruta a Ucrania, que, al fin y al cabo, persigue la rendición de Volodímir Zelenski. Además, confían en que la imposición de restricciones no tendrá un impacto significativo porque hasta ahora la economía rusa ha sabido capear el aislamiento occidental con relativo éxito.

Sea como fuere, Trump sigue presionando por la vía de los aranceles. Pocas horas después de la reunión, ha firmado una orden ejecutiva que fija un impuesto adicional del 25% en India como represalia por las compras de petróleo ruso. Los aranceles se aplicarán a las mercancías entregadas 21 días después de la firma del documento.

En el texto, el presidente estadounidense advierte que podría extender estas medidas a otros socios comerciales rusos con el argumento de que "las acciones y políticas del gobierno de la Federación Rusa siguen representando una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos".

¿Una tregua aérea?

Según Bloomberg, una de las fórmulas con las que Putin podría tratar de seducir a Trump es una tregua aérea, algún tipo de moratoria en los ataques con drones y misiles, ante los que el presidente de Estados Unidos se ha mostrado especialmente indignado. Ahora bien, esta propuesta ya la planteó Trump a Putin durante una llamada de marzo, y el Kremlin, por no rechazarla simplemente, se limitó a aplicar un alto el fuego unilateral sobre las infraestructuras energéticas y pasó un mes acusando sin pruebas al ejército ucraniano de violarlo.

"Ofrecimos a Rusia silencio en el cielo: ni ataques con misiles ni drones, ni ataques contra infraestructuras civiles ni, específicamente, contra la energía. Todo esto fue violado por los rusos muy cínicamente", lamenta el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Pocas horas antes de la reunión con el emisario estadounidense, el ejército ruso golpeó un centro recreativo en la región de Zaporíjia, donde mató a dos personas e hirió al menos a doce. "Da igual lo que diga el Kremlin, sólo intentarán poner fin a la guerra cuando sientan la presión adecuada", ha advertido. Rusia está batiendo semana tras semana los récords de lanzamientos de drones: sólo en julio envió cerca de 6.300, más de 200 al día de media, con picos de más de 700 en una sola noche.

El miedo a Kiiv es que Putin logre esquivar el ultimátum de Trump con alguna cesión cosmética destinada a ganar tiempo para continuar los combates. Una fuente de Reuters cercana al Kremlin describe todo el esfuerzo ruso por establecer un proceso de negociación simplemente como "un intento de convencer a Trump de que Putin no rechaza la paz", pero que, en el fondo, "no tiene ninguna sustancia real".

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