"Los talibanes me dictaron las preguntas que les tenía que hacer"

Un periodista afgano explica la coacción de los fundamentalistas en los medios de comunicación

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El periodista Mirwais Heidari Haqdoost, con los talibanes armados al plató de televisión

BarcelonaMirwais Heidari Haqdoost se resiste a hablar por teléfono. Se siente más cómodo escribiendo mensajes por WhatsApp. No quiere exponerse aún más. Este fin de semana su imagen dio la vuelta al mundo: apareció en un programa de un canal de televisión afgano con siete hombres armados con Kalashnikovs a sus espaldas. Le vigilaban mientras hacía una entrevista a un comandante talibán. O mejor dicho, mientras simulaba hacer una entrevista. “Antes de empezar, me dictaron todas las preguntas que tenía que hacer”, explica por WhatsApp. También le dijeron cómo debía presentar el programa. Lógicamente Haqdoost no se resistió. Todo lo contrario, intentó actuar con la máxima profesionalidad. Le iba la vida.

Haqdoost trabaja para Afganistán TV, un canal privado de relativa reciente creación. Es propiedad de Yunus Qanooni, un antiguo muyahidín que participó en la guerra en los años noventa y se recicló como político con la llegada de las tropas internacionales a Afganistán. El periodista explica que los talibanes rodearon el edificio del canal de televisión en Kabul en cuanto ocuparon la capital, y se llevaron todos los vehículos de la cadena. “Cuando intentaron entrar en el edificio, el responsable de la televisión probó impedirlo pero le apalearon”, asegura el periodista. Según dice, el grupo de talibanes que aparecieron en pantalla con Kalashnikovs era el tercero que ocupaba la cadena.

Mirwais Heidari Haqdoost durante la emisión del programa con los talibanes armados detrás suyo.

“En el nombre de Dios, doy la bienvenida a la audiencia de este programa matinal. El expresidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ha escapado del país llevándose un montón de dinero y dejando a la población abandonada. En cambio, los muyahidines intentarán ahora que en el país haya una vida en paz e igual para todo el mundo”, empezó diciendo Haqdoost en el programa, mirando a cámara y con aparente tranquilidad, a pesar de tener siete hombres armados a sus espaldas. Los talibanes ahora se hacen llamar “muyahidines”, que significa “luchadores por la libertad”, en los medios de comunicación.

“Los talibanes aseguran que no tomarán represalias contra nadie y crearán un gobierno inclusivo”, añadió el presentador en dari, una de las dos lenguas oficiales de Afganistán, antes de cambiar al pashtún -la lengua que hablan los talibanes y la población de esa etnia en Afganistán- y lanzar la primera pregunta (pactada) al comandante radical que estaba sentado a su izquierda: “¿Por qué han luchado durante veinte años?”.  

“El Emirato Islámico de Afganistán saluda a la audiencia musulmana y a los afganos que están orgullosos de su país”, empezó diciendo el comandante talibán, no sin antes pronunciar dos versículos del Corán. “Durante veinte años Estados Unidos ocupó nuestro país, agravó la situación y falló a nuestra gente. Por eso hemos luchado”, contestó leyendo la respuesta de un papel.

“La libertad de prensa y el derecho a la información han sido uno de los grandes logros de los últimos veinte años”, destaca el director del Comité por la Seguridad de los Periodistas Afganos (AJSC), Najib Sharifi, que se muestra dispuesto a hablar porque ya ha conseguido huir de Afganistán y que teme que todo lo conseguido hasta ahora se vaya al garete en poco tiempo. En las últimas dos décadas proliferaron las cadenas de televisión y las emisoras de radio en Afganistán, incluso había canales de 24 horas de noticias.

Ni mujeres ni música

Según Sharifi, los talibanes intentaron dar una imagen de moderación durante los primeros días tras su llegada a Kabul. Por ejemplo, incluso aceptaron que una mujer periodista entrevistara a un comandante talibán en una cadena de televisión. Ahora, en cambio, asegura, las mujeres periodistas han desaparecido de los medios de comunicación. Los talibanes les prohíben trabajar. “Tampoco hay música ni en las teles ni en las radios, e incluso se han suprimido algunos culebrones donde aparecían imágenes de mujeres”, detalla. Evidentemente, añade, los periodistas tienen prohibido criticar al movimiento islamista y algunos han sido agredidos mientras buscaban información en la calle.

Sharifi dice que ha marchado de Afganistán porque, si se hubiera quedado, los talibanes le hubieran matado. En una entrevista que Haqdoost ofreció esta semana a la cadena Afganistán Internacional tras aparecer en pantalla con los talibanes armados, aseguró con convencimiento que él se queda en Afganistán porque está comprometido con la información y la libertad de prensa. En cambio, por WhastApp, dice otra cosa: “Me tengo que ir de este país. ¿Me puede ayudar?”

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