Los talibanes impiden el acceso al aeropuerto de Kabul
Manifestantes salen a protestar con banderas afganas en diversas ciudades
BarcelonaAtifa acaba de regresar a casa tras esperar nueve horas ante la puerta del aeropuerto militar de Kabul. Se le nota la voz cansada por teléfono. A la seis de la mañana recibió un email con un visado para viajar a Estados Unidos y una instrucción bien clara: tenía que estar a las ocho en la puerta del aeropuerto. Cogió su equipaje de forma apresurada y, con mucho trabajo, llegó hasta el aeródromo. Conducir hasta allí es un infierno y parte de la carretera está cortada al tráfico. Aun así, estaba ante la puerta del aeropuerto a la hora que la habían convocado. Pero nada. No consiguió entrar. Los talibanes impedían el acceso. Incluso en algún momento dispararon tiros al aire para dispersar a la gente que se agolpaba.
“Yo no soy una persona cualquiera, en la embajada me conocen bien. Llevo tres años esperando el visado”, dice Atifa, que no puede disimular su decepción, su hastío, su impotencia. Los talibanes estaban plantados ante la puerta del aeropuerto con sus kalashnikovs obligando a la gente a recular a la fuerza, mientras los militares extranjeros estaban dentro. Nadie salió a hacer nada. Estados Unidos ha desplegado casi 5.000 efectivos en el aeropuerto militar. “Seguro que nos veían a través de las cámaras de vigilancia”, dice Atifa.
El aeropuerto de Kabul está dividido en dos partes. Hay una zona civil desde donde operaban los vuelos comerciales. Ahora está cerrada. Y hay otra área militar, que es donde despegaban y aterrizaban los vuelos militares mientras las tropas internacionales estuvieron desplegadas en el país. Es una zona fuertemente protegida: con inmensos bloques de hormigón y cámaras de seguridad en su perímetro. Ahí es donde tienen que ir ahora los afganos para embarcar en los vuelos de evacuación.
La familia de Jawad Fazel, un traductor afgano de las tropas españolas que vive en Madrid desde hace cuatro años, también desistió y regresó a casa a pesar de que la embajada española les había convocado para embarcar en un vuelo que debía salir de Kabul en dirección a España en la madrugada del jueves al viernes. También por la misma razón: los talibanes les impidieron el paso.
“Pegaron a todo el mundo, incluso a mi madre y a mi hermana. Y hasta le abrieron la cabeza a mi cuñado que había ido a acompañarles en coche. Le dieron un golpe con el kalashnikov”, relata Fazel, que ha seguido en todo momento los percances de su familia por teléfono desde Barcelona, donde estaba este jueves, y no podía disimular su cara de preocupación.
Los talibanes sí que permitieron el acceso al aeropuerto el miércoles, aunque con cuentagotas y poniendo mil trabas. Por ejemplo, a muchos de los que querían viajar les pidieron dinero para poder entrar. Este jueves, sin embargo, parecía casi misión imposible acceder. Una prueba más de que los talibanes tienen completamente la sartén por el mango y se encuentran en una posición de fuerza para negociar con la comunidad internacional. Desde el domingo al menos doce personas habrían muerto en el aeropuerto y sus alrededores.
Este jueves era festivo en Afganistán porque se conmemoraba el día de la independencia del imperio británico. Otros años, en esta fecha, el gobierno colgaba banderas afganas de las farolas de las principales avenidas de Kabul. Este jueves la bandera verde, roja y negra afgana no estaba por ninguna parte. En su lugar, la bandera talibán, de color blanco, ondea en todos los edificios oficiales. Aun así algunos manifestantes se atrevieron a salir a la calle a protestar.
En las redes sociales se difundieron imágenes de gente manifestándose en diversas ciudades del país con la bandera afgana. En la mayoría de casos eran protestas minoritarias, pero no por eso dejan de ser especialmente significativas. En la ciudad de Asadabad, en la provincia de Kunar, en el este del país, los talibanes habrían disparado contra algunos de los manifestantes y habría diversos muertos, según un testimonio de Reuters. Y el miércoles tres personas murieron en una protesta similar en la ciudad de Jalalabad, también en el este. En los dos casos los manifestantes retiraron la bandera blanca de los talibanes para recuperar la bandera tricolor afgana.