Las tropas lideradas por Rusia se marchan de Kazajistán una vez reprimida la revuelta

BarcelonaLas tropas de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la versión del bloque pro-Rusia de la OTAN, empezarán la retirada de Kazajistán este jueves, menos de dos semanas después de que estallaran los peores disturbios desde la caída de la Unión Soviética en 1991, cuando este país centroasiático consiguió la independencia. Con la situación "estabilizada", tal como anunció el gobierno kazajo el pasado domingo, las tropas aliadas ya no son necesarias.

Los soldados del OTSC llegaron a Kazajistán el día de Reyes. Eran más de 2.000, la mayoría procedentes de Rusia, que lidera la alianza militar, también formada por Armenia, Bielorrusia, el Kirguistán y el Tayikistán, además de Kazajistán. Esta ha sido su primera intervención en dos décadas, y una semana después ya pueden volver a casa. "La principal misión de las fuerzas de pacificación de la OTSC ha acabado con éxito. Dentro de dos días empezará una retirada gradual de las unidades", ha anunciado este martes el presidente del Kazajistán, Jasim-Jomart Tokayev, que ha detallado que el proceso de retirada no se alargará más de diez días.

La revuelta, que empezó el 2 de enero, desatada por el aumento del precio del combustible en un país rico en recursos naturales, ha quedado rápidamente reprimida, con un balance de víctimas que no está claro. Según las cifras oficiales, las manifestaciones se han saldado con más de 160 muertos y casi 10.000 detenciones. Durante los primeros días, la policía habló de "decenas de asaltantes eliminados", y el pasado viernes Tokayev pidió directamente "disparar a matar" y "sin previo aviso".

Agresión "terrorista"

Según el presidente kazajo, el país podría haber perdido el control sobre Alma Ata, la ciudad más grande y centro económico y también principal foco de las protestas, si no hubiera recibido la ayuda de la OTSC. En esta ciudad de cerca de dos millones de habitantes, antigua capital del país, los manifestantes asaltaron algunos edificios oficiales, como el ayuntamiento.

Tanto Tokáyev como el presidente ruso, Vladímir Putin, han calificado las protestas de "terrorismo" con apoyo internacional para justificar la represión y la presencia de la OTSC en el Kazajistán. El presidente del país aseguró este lunes que había evitado un "intento de golpe de estado" por parte de insurgentes procedentes "mayoritariamente de Asia central, Afganistán y el Próximo Oriente".

A pesar de que la mecha de los disturbios fue el repentino aumento del precio de los combustibles, el descontento va más allá, y en las protestas se gritaron consignas contra las élites políticas, como el expresidente del Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev. Líder del país desde la independencia de la URSS, Nazarbáyev renunció al cargo en 2019, a pesar de que sigue manteniendo una significativa influencia política y es uno de los aliados clave de Moscú. Con 81 años, Nazarbáyev se ha mantenido a la sombra durante todos estos días de protestas y algunas informaciones apuntaban que se había marchado del país hacia Rusia. Tojayev lo destituyó de su cargo de jefe del consejo de seguridad nacional la semana pasada.

En un intento de apaciguar el enojo popular, el presidente kazajo ha admitido en el discurso de este martes que los beneficios del país, rico en recursos naturales como el petróleo, el gas y el uranio, no se reparten lo suficiente. "Los principales beneficiarios del crecimiento económico han sido los grupos financieros oligárquicos. Los oligopolios que se crearon [con Nazarbáyev en el poder] han limitado seriamente el desarrollo del libre mercado y han reducido la competitividad del país", ha reconocido. Para revertirlo, ha anunciado que se creará un nuevo fondo nacional al que tendrán que contribuir estas grandes fortunas y empresas.

Este martes, Tojayev también ha nombrado a Aliján Smailov como nuevo primer ministro, después de que la semana pasada destituyera al anterior jefe del ejecutivo, Askar Mamin, y asumiera él mismo el control del país.